Fuertes vendavales asociados al ingreso de una masa de aire frío causaron este lunes estragos en el estado de São Paulo, Brasil.
La llegada de aire frío desató vientos de hasta 100 km/h, oscureciendo el cielo y dejando sin luz a miles de hogares en São Paulo, Brasil.

Fuertes vendavales asociados al ingreso de una masa de aire frío causaron este lunes estragos en el estado de São Paulo, Brasil.
Con ráfagas superiores a los 90‑100 km/h, las tormentas de polvo oscurecieron el cielo en varias zonas y provocaron daños materiales significativos, cortes de luz y caída de árboles.
La oleada de viento estuvo precedida por alertas emitidos días antes, que anticipaban la llegada de un frente frío acompañado de condiciones de tiempo severo.
Este frente frío se encontró con aire muy caliente en su parte anterior, generando una intensa corriente de chorro (jet) en niveles bajos, lo que potenció la fuerza de los vendavales.
En el interior paulista se registraron ráfagas de viento cercanas o superiores a los 100 km/h. Algunas de las localidades afectadas: Bragança Paulista (~99 km/h), Piracicaba (~95 km/h), Avaré (~90 km/h), Marília, Rancharia, Presidente Prudente, Barra Bonita, entre otras.
En la capital y la Gran São Paulo los registros también fueron fuertes: ~98 km/h en el Aeropuerto de Campo de Marte, ~87 km/h en Congonhas, ~78 km/h en Guarulhos, además de otras zonas como Barueri, Mirante de Santana.
Caídas de árboles en muchos puntos, destrozos en techos de edificaciones, techos de estaciones y estacionamientos colapsados, incluyendo la estación Brás, donde parte del techo se vino abajo.
Un pasajero sufrió heridas leves en Brás por el derrumbe parcial del techo de la estación.
Inundaciones menores, ventanas rotas, cortes de luz generalizados que alcanzaron a más de 440.000 domicilios en la capital y la Gran São Paulo durante la tarde.
La empresa de energía (Enel) y la Defensa Civil activaron planes de contingencia para atender los apagones y reparar los daños en tendidos eléctricos.
Autoridades meteorológicas insisten en evitar acercarse a cables de luz caídos, cerrar ventanas durante los vendavales, y mantenerse en espacios protegidos mientras duren las ráfagas.




