Argentina estuvo cerca en 1984 con Chile y se sostienen los fantasmas fronterizos. Este año, Colombia y Perú discuten por la soberanía de una isla reformada por los cambios en la erosión del río Amazonas. Pero el conflicto que realmente genera temor por el eventual regreso de los conflictos bélicos directos entre países sudamericanos tiene a Venezuela y Guyana como protagonistas.
Desde hace unos años, a modo de campaña nacionalista , la dictura de Nicolás Maduro revivió el reclamo “Venezuela toda” por los 16.000 kilómetros cuadrados de Guayana Esequiba, territorio actualmente bajo dominio de Guyana.
Venezuela argumenta el dominio sobre este espacio geográfico remontándose a 1777, con la creación de la Capitanía General de Venezuela, donde se estableció como frontera oriental entre España y Países Bajos, colonialista de Guyana, el río Esequibo. El Estado guyanés sostiene su posición en base a lo que considera argumentos legales como Laudo Arbitral de París de 1899 y el Acuerdo de Ginebra de 1966, los cuales reconocen la frontera como aquella creada posteriormente con la expansión territorial británica y su “definición” con la independencia de Guyana en 1966.
Frontera entre Venezuela y Guyana. En rojo, el territorio de Guayana Esequiba. Crédito: Sovereign Limits
El factor clave de la discusión moderna nace en 2019, cuando Guyana extrae su primer barril de petróleo, estimando una capacidad de 3.200 millones de barriles de petróleo recuperable. El cuestionamiento chavista recae en el rol de la petrolera ExxonMobil y supuestos porcentajes mayoritarios de ganancia en la extracción.
Esta es sólo una de las patas del conflicto. Guyana, con un poderío militar limitado, como indicó en su momento a El Litoral Andrei Serbin Pont, analista internacional, requiere de protección. Ahí es donde ingresa Estados Unidos, que tiene su propia “excusa”.
Estados Unidos y el narcotráfico
A mediados de este mes de agosto se anunció una operación marítima especial de Estados Unidos. Los destructores y buques de guerra anfibios estadounidenses; USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson; se posicionaron en una región cercana a la costa venezolana.
Imagen ilustrativa. El destructor USS Gravely. Crédito: REUTERS/Janis Laizans
En las semanas previas, Washington duplicó la recompensa por Maduro argumentando, entre otros puntos, que “ayudó a gestionar y, en última instancia, a liderar el Cártel de los Soles, una organización narcotraficante venezolana compuesta por altos funcionarios venezolanos”. Esta es la principal línea por la cual opera ahora en la región el gobierno de Donald Trump.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. Crédito: REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, declaró en conferencia de prensa que “la droga es una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos. Obviamente son grupos que están operando con impunidad en aguas internacionales, exportando a Estados Unidos veneno que está matando, que está destruyendo a comunidades".
Guyana se suma a la lucha junto a caribeños
Bajo el mismo argumento de la lucha antiterrorista frente al narcotráfico, pero con el evidente trasfondo de la disputa territorial sobre el Esequibo, Guyana se sumó a las operaciones estadounidenses y abrió su pasillo hacia la frontera venezuela.
En un comunicado oficial que entra en vigencia esta semana, el gobierno del presidente Irfaan Ali “observa con grave preocupación la amenaza a la paz y la seguridad en la región que plantea el crimen organizado transnacional y el narcoterrorismo, a menudo vinculados con redes criminales como el Cartel de los Soles de Venezuela, designado como organización terrorista por algunos países de la región”.
“Guyana reafirma su apoyo a un enfoque colaborativo e integrado para enfrentar el crimen organizado transnacional. Estamos comprometidos a trabajar con nuestros socios bilaterales para encontrar soluciones significativas y apoyaremos iniciativas regionales y globales orientadas a desmantelar las redes criminales y proteger nuestra seguridad compartida”, indica el texto y agrega: “Al enfrentar unidos el crimen organizado transnacional y el narcoterrorismo, reafirmamos nuestra dedicación a defender el Estado de derecho y garantizar que la región siga siendo una Zona de Paz”.
Irfaan Ali, presidente de Guyana. Crédito: Sarah Silbiger/Reuters
Al igual que Surinam, Barbados y las Islas Turcas y Caicos, Trinidad y Tobago, otra de las naciones cercanas geográficamente a Caracas, se sumó de lleno al mismo barco estadounidense y se posicionó sobre el Esequibo.
Su primera ministra, Kamla Persad-Bissessar, anunció su disposición a conceder acceso a su territorio a las fuerzas estadounidenses si Washington lo solicita para defender a Guyana.
Nicolás Maduro e Irfaan Ali en la cumbre de la CELAC el 1 de marzo de 2024 en San Vicente y las Granadinas. Crédito: Palacio de Miraflores
“Si el régimen de Maduro lanza algún ataque contra el pueblo guyanés o invade el territorio guyanés y el gobierno estadounidense solicita acceso al territorio trinitario para defender al pueblo de Guyana, mi gobierno se lo concederá sin reservas”, afirmó la mandataria trinitense.
Qué dijo el presidente de Guyana
Sobre la disputa específica sobre el Esequibo, Irfaan Ali, presidente guyanense, alertó sobre la sensibilidad del tema para Latinoamérica: “"Estas decisiones no son fáciles. Requieren experiencia, presencia internacional, y nuestra soberanía, nuestra seguridad nacional, nuestra existencia, nuestro sustento y nuestro país deben estar preparados".
"Debemos ser capaces de tener un liderazgo que sea respetado y en el que confíen nuestros socios, de modo que cuando trabajemos con ellos, sepan que están trabajando con personas en las que pueden confiar y respetar", agregó el mandatario.