En la 80.ª Asamblea General de las Naciones Unidas, Volodímir Zelenski pronunció este miércoles un discurso que rompió la formalidad institucional para transformarse en una tesis de defensa nacional.
Discurso contundente ante la Asamblea General de la ONU del presidente ucraniano. Defendió el rearmamento como única defensa real frente a la agresión rusa, pidió regulación de la IA militar y lanzó un llamado a socios estratégicos.

En la 80.ª Asamblea General de las Naciones Unidas, Volodímir Zelenski pronunció este miércoles un discurso que rompió la formalidad institucional para transformarse en una tesis de defensa nacional.
Con tono grave y discursos duros, el presidente de Ucrania sostuvo que ante Rusia ya no caben garantías simbólicas: “no hay garantías de seguridad salvo las armas y los amigos”.
Su intervención fue también un llamado a redefinir el papel de la comunidad internacional y las alianzas militares en un mundo que, según él, se rige cada vez más por el poderío tecnológico y la estrategia armamentista.
Zelenski insistió en que Ucrania no es un caso aislado: Rusia, subrayó, pretende extender su ofensiva más allá, con Europa como próximo terreno. El mandatario alertó que ni siquiera pertenecer a una alianza garantiza seguridad: los tratados, dijo, ceden ante el empuje militar.
En su diagnóstico, declaraciones y resoluciones ya no bastan. Ucrania está invirtiendo en defensa concreta porque “ya no importa la geografía”: las guerras modernas, fundamentadas en drones o en la inteligencia artificial, trascienden fronteras físicas.
Zelenski aprovechó su discurso para agradecer el apoyo de Donald Trump, cuyo giro reciente sobre Ucrania fue interpretado en Kiev como una señal política de peso. Dijo valorar esa ayuda como pilar estratégico en su lucha contra Moscú.
Trump aseguró luego del encuentro con Zelenski que Ucrania está en condiciones de recuperar todo el terreno que perdió tras la invasión de Vladimir Putin: “Tras observar los problemas económicos que está causando a Rusia, creo que Ucrania, con el apoyo de la Unión Europea, está en condiciones de luchar y recuperar toda Ucrania a su estado original”, aseguró el estadounidense.
Por eso, no sorprendió que el presidente ucraniano dirigiera parte de su intervención hacia EE. UU., señalando que las alianzas fuertes —no solo diplomáticas, sino militares y tecnológicas— son hoy el eje sobre el que pivota la supervivencia de su país.
Zelenski identificó a la inteligencia artificial como uno de los ejes centrales del conflicto actual. Denunció que los desarrollos tecnológicos —aplicados al armamento no tripulado y los drones— convierten la guerra en algo más letal y expande su alcance.
En ese contexto, planteó que la comunidad global necesita normas para controlar el uso de la IA militar. Su pedido fue sutil, pero directo: “Necesitamos normas que regulen el uso de la IA para controlar las armas”.
A su vez, adelantó que Ucrania planea conformar una empresa conjunta de producción armamentística en asociación con EE. UU., para reforzar su base tecnológica. Una delegación viajará a Washington en los próximos días con este fin.
Zelenski fue crítico con la ONU como mecanismo de contención de agresiones. Cuestionó que en conflictos prolongados, las declaraciones se convierten en palabras al viento: “¿Qué pueden esperar Sudán, Somalia o Palestina de la ONU? Durante décadas, declaraciones y declaraciones”, sostuvo.
Insistió en que la defensa real reside en alianzas activas y compromiso militar. La arquitectura diplomática, advirtió, está cediendo terreno frente a la lógica del poder.
Por eso, dijo, Ucrania no solo necesita armas: necesita socios estratégicos con voluntad real para sostener su resistencia. “Las armas avanzan con rapidez y se perfeccionan”, agregó, apuntando a un mundo donde la ventaja tecnológica marcará quién permanece de pie.




