Hoy, si se pudiera juntar a todos los funcionarios políticos y legisladores nacionales -es decir Poder Ejecutivo, Cámara de Senadores, Cámara de Diputados, Poder Judicial-, para lograr que se debata en qué situación de administración está nuestra Patria, podríamos darnos cuenta entre todos el Estado que generamos más o menos desde el año 1945 a esta parte, sin dejar de considerar lo que venimos viviendo desde 1810. ¿Por qué aclaro esto último? Porque la ciudad de Buenos Aires para esa fecha ya tenía una existencia de unos doscientos treinta años y lógicamente sus habitantes fueron quienes lideraron lo que conocemos como Revolución de Mayo, fortaleciendo con el paso del tiempo su puerto.
Se que la historia es mucho más rica y más larga, pero a partir de esos inicios se podría decir que en algún punto tuvimos conciencia de un crecimiento económico como Nación y también que en un principio fue por el desarrollo y la producción del campo en sus diferentes etapas. Luego se da un crecimiento industrial, con ferrocarriles abriendo caminos para esa producción. Tuvimos una industrialización importante, con fábricas de máquinas agrícolas, automóviles, aviones y otras tantas, que ahora ya no existen (muchas de esas empresas, que fueron nacionales, si hoy existen seguramente pasaron a manos extranjeras).
Se generaba riqueza y crecimiento en general, al margen de lo que se quiera establecer o debatir. Fuéramos militaristas o democráticos, existió cierta organización. Pero en algún momento apareció un Estado "nacional" con más impuestos que disponibilidades para distribuir, producir o crecer, por lo que lógicamente la distribución política/económica pasó a ser muy distinta y más centralizada que nunca, auqnue yo prefiero siempre hablar de "más unitaria" que nunca. Por eso hoy planteo un análisis de nuestra actualidad en esos términos.
Hemos generado un "Estado Unitario", administrado desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que domina la economía de los ciudadanos a través de impuestos y gravámenes nacionales. Por ese motivo los aportes del país van a un solo lugar, ese Estado "nacional" con asiento en la antigua Capital Federal. Por eso somos aquello que alguna vez quisimos dejar de ser: un país unitario. Con el lógico agravante de la aparición de políticos que al ponerles la banda presidencial se creen dueños de todo y olvidan que a partir de ese momento se deben pura y exclusivamente a los ciudadanos.
Pero volvamos una vez más la visión hacia atrás. Hubo una época que el presidente de turno, Juan Domingo Perón, al estar interiorizado de la riqueza existente creyó que era pertinente hacer funcionar el Estado dadivoso, pero al margen de ello determinó que las universidades fueran gratuitas, por ejemplo, fundamentalmente para los hijos de los obreros. Pero hoy son pocos los hijos de los obreros que pueden ir a la universidad, incluso a la pública, porque sus padres tienen un nivel de ingresos cercano a la línea de pobreza. De todas formas, muchas universidades siguen siendo gratuitas, auqnue imposibles de mantener con los aportes del Estado.
En nuestra Historia, para sumar disponibilidades a los Administradores de los Estados, aparecieron los ofrecimientos de Préstamos y fundamentalmente el FMI. Los Argentinos tenemos noción de lo que cada Gobernante ha tomado Créditos siempre en Dólares y siempre a futuro normalmente Treinta Años, y ya venimos tomando nuevos Préstamos para pagar los anteriores Préstamos y sus intereses y el Pueblo estamos adormecidos, porque nadie nos aclara los Montos de Deudas del FMI y demás formas de deudas como descuentos de Bonos. Hoy tenemos Deudas Impagables.
Hoy los mas importantes continentes están en guerra y nosotros creemos que estamos lejos. Cuando esos países -que ya no son pocos- tengan necesidades alimenticias y de tierra, nos vamos a dar cuenta qué poco resguardados estamos. Esto no es una novedad, pero nos va a pasar. Se van a cobrar las deudas, con nuestras tierras y propiedades. Pero el problema más grave es que no tenemos en claro qué es más importante: si el pueblo, la Nación, las provincias, el dólar, la justicia, la educación, la salud, la producción, las empresas, los comercios.
En semejante contexto, debemos enfrentar a los que se quedan con lo que nos pertenece. Todos "engordan", nadie devuelve nada, gracias a la (in)justicia que nos debe preservar de aquellas administarcione que distan de ser correctas y honestas. Y quienes tienen que resguardarnos duermen eternas siestas, mientras el pueblo, los ciudadanos "de a pie", padece los vaivenes de la economía, sufriendo bajo el apetito insaciable de políticos que dicen representarnos. También deben padecer a los empresarios evasores y profesionales inescrupulosos, que actúan con total libertad e impunidad, es decir en "negro" -si quieren una expresión simple y clásica, que todos conocen- porque los controles de la ex AFIP (ahora ARCA) son excesivamente débiles.
En definitiva: a través de los años hemos construido un Estado dadivoso (no distributivo), porque siempre hubo una exscusa -por más humana o humanitaria que fuera- para subsidiar. Pero lo que el pueblo no logra ver o entender, o darse cuenta, es que a la par de un subsidiado legítimo -que lo necesita- muchas veces existe un beneficiado ilegítimo, alguien que se beneficia, sí, pero a través de la corrupción. Por eso... ¡Hay que poner patas para arriba al país! ¡Darlo vuelta como a una media! Tenemos que eliminar el Estado Nacional Unitario, con disponibilidades basadas en la recaudación de unos impuestos excesivos, que atrofian la producción del campo, a la industria, al comercio y a los asalariados.
Debe generarse un Estado austero y modesto, que respalde a un pueblo produciendo con verdadero sentido del trabajo, donde las disponibilidades que se generen sean genuinas, resultado de la actividad productiva. Daría la impresión que hoy todo tiene que ser regalado, o subvencionado/subsidiado, que tiene que cubrirlo el Estado. Pero... ¿cómo hacemos para dar vuelta al Estado elefantiásico "que supimos conseguir"? Yo creo que una de las formas es cambiando el sistema tributario múltiple actual por un solo "impuesto universal". Que todos paguemos ese impuesto y se vaya abandonando el trabajo en negro.
Esta opinión/propuesta, poner el país patas para arriba en el buen sentido (para dejar de una buena vez por todas lo que estamos experimentando permanentemente), puede parecerles el apocalipsis de nuestra Patria, pero no es así... porque va en defensa de ella. ¿Y saben por qué? Porque como digo siempre, me duele la Patria. Ahora bien, me pregunto: ¿A los políticos que nos gobiernan sin decir la verdad y sin tener cargos de conciencia, les pasa lo mismo... ¿les duele la Patria? No lo creo. Sinceramente, no lo creo.