Mientras Israel detiene su acción militar, el vacío de poder en Gaza intensifica la lucha interna, con Hamás reforzando su control mediante métodos brutales.
Están todos, una concurrencia ejemplar en Israel. El vicepresidente estadounidense JD Vance y el secretario de Estado de Estados Unidos (cargo equivalente al de ministro de Relaciones Exteriores), Marco Rubio, además del negociador para Medio Oriente, Steve Witkoff, junto a uno de los cerebros de los Acuerdos de Abraham en la zona, Jared Kushner, yerno del presidente Donald Trump.
A ellos hay que sumarles los representantes de Egipto, Turquía, Arabia Saudita y Jordania. Algo está claro para todos: Israel permitirá fuerzas pacificadoras en el terreno solo de potencias amigas (no vamos a poner el zorro en el gallinero). Con Egipto, Israel tiene un tratado de paz "fría" y con Jordania algo similar. Veremos. ¿Bajar los brazos? Nunca.
A destiempo, pero lenta e inexorablemente, la verdad sale a la luz. Como expliqué en su momento: se puede engañar a algunos un tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.
El apoyo al falso reclamo de tierras irredentas de Judea y Samaria por parte de gran parte de países de la comunidad internacional confunde al público ingenuo pero legitimiza los procedimientos de la barbarie, lo que denota que la declaración estratégicamente emitida por muchos de un Estado palestino improbable se hizo en el momento que se firmaba el proceso de paz. ¿Qué casualidad no?
Dicen que la memoria de las masas es endeble y por eso hay que reiterar que el ataque inicial del grupo Hamás (el del 7 de octubre de 2023) fue dirigido en su mayoría a población indefensa y que los bombardeos desde Gaza por un periodo de dos años también fueron dirigidos a población civil israelí.
Los caminos hacia una solución desde ese momento se sabía que serían muy difíciles y no por las acciones de Israel sino por el accionar encubierto de muchos países anti-israelíes, antisemitas o como quieran llamarlos.
Donald Trump. Crédito: REUTERS/Evelyn Hockstein
Las imágenes más recientes que se están viendo de Gaza -con las ejecuciones internas de Hamás- son la demostración evidente en vivo y en directo de lo que el extremismo absoluto puede hacer con las sociedades.
Generaciones tras generaciones educadas en el odio a la vida retrotraen a los individuos a la barbarie. Saquemos una foto de la actual situación gazatí: Israel ha detenido su acción militar y se ha retirado a un perímetro de contención a la espera de que se cumpla el primer punto de lo pactado.
En esta etapa momentáneamente hay un vacío de poder en la Franja de Gaza, mientras los distintos grupos y clanes intentan recuperar sus zonas de influencia, las que perdieron por la acción bélica y los desplazamientos. Por eso se está viendo que con métodos medievales están intentando recuperar posiciones.
Ojo, no es una discusión de vecinos que a cualquiera le podría pasar en una sociedad moderna, es la lucha salvaje por el poder sobre la desesperación de los más indefensos, en un territorio diezmado por la guerra y por sobre los cadáveres de los gazatíes.
Aparentemente quien tiene superioridad es Hamás, pero con purgas, persecuciones, robos, asesinatos y fusilamientos in situ, los que están a la orden del día. El famoso "día después" se torna así en una eterna barbarie, hasta que de alguna manera alguien le ponga coto.
Hay quienes sostienen que si el proceso se prolonga en el tiempo, habida cuenta que Hamás lo dilata al no entregar los secuestrados que restan, fácilmente podría suceder lo que sucedió en varias ocasiones en masacres africanas con el resultado de la muerte indiscriminada entre los adversarios.
El filósofo e historiador Yuval Noah Harari sostiene que las civilizaciones acuerdan crecer basándose en ficciones sobre las cuales construyen sus sociedades y sus futuros, posición que comparto. Veamos ahora sobre que ficción se construyó el Estado de Israel y comparemos las ficciones de la Autoridad Nacional Palestina y del Hamás.
Lo anterior podemos circunscribirlo a la palabra "relato" el que el entorno acepta y sobre el mismo opera crece se comporta. Veamos la posición histórica o relato concreto israelí:
1) La comunidad de naciones declara que el territorio sea para dos estados, muchos judíos en la diáspora deciden regresar y se suman a la población local. Automáticamente se declara la creación del Estado de Israel en donde se expresa que la intención es vivir en comunidad y entendimiento con los vecinos árabes.
2) Inmediatamente se recibe la declaración guerra de toda la Liga Árabe de la región con ataque efectivo, negándose la existencia del Estado de Israel hasta hoy (y esta última es su ficción o relato, sobre el que ven su futuro).
No pretendo hoy detallar los hechos históricos y pruebas en el terreno que confirman a estas tierras como del pueblo judío de carácter ancestral, de milenios. Lo que sí es de destacar que la posición de los árabes zonales y locales no cambió en el tiempo y se educaron siempre con el relato de una tierra irredenta que les corresponde en su totalidad.
Desde 1948 hasta hoy hubo siete propuestas por parte de Israel, una contenía hasta más del 90 por ciento de lo que la ONU determinó en 1948. Respuesta: no, para ellos es todo o nada y como dice el eslogan: "Desde el río Jordán hasta el mar".
La ciudad de Gaza este sábado 25 de octubre. Crédito: REUTERS/Dawoud Abu Alkas
Los últimos cuarenta años se han contabilizado 90.000 atentados islámicos con aproximadamente 300.000 víctimas a nivel mundial. La cantidad aproximada es de 20 víctimas por día, con un in crescendo en la estadística.
Lo único que genera esto es estupor y todo en pos de castigar a los herejes que no comparten una religión, que no lo es tal sino un proyecto de dominación. Mientras tanto, la llamada "diplomacia de salón", de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, de la ONU y de diversas ONG, emite sus comunicados, que no son vinculantes pero sí impactan en la imagen de Israel de forma negativa.
¿Dónde están las resoluciones o manifestaciones de esos organismos denunciando las atrocidades y el brutal control del Hamás en Gaza? O sobre el famoso "círculo de odio" que armó Irán en contra de Israel, expresado por todos sus participantes (Hamás, Hezbolá, hutíes de Yemen, Yihad Islámica), ya que todos en algún momento atacaron a Israel, y nuestro país se defendió y se defiende de ellos.
Se aprecia entre bambalinas que inclusive entre los del mismo palo hay diferencias. Por eso el propio Trump presiona, no le importa cómo. A la vez que Rubio no deja de expresar que "solo fuerzas amigas operarán en Gaza". Israel coincide y se observa presiones para que Turquía o Egipto participen de las definiciones. Las acciones se irán sucediendo, veremos qué caminos toman.
El autor es un santafesino radicado en Israel desde 2002.