Hace ya varias décadas, conocí al licenciado Felipe J. Cervera en oportunidad de ingresar como alumna al Instituto del Profesorado de la Universidad Nacional del Litoral. Recuerdo sus clases sobre la realidad social argentina sólidamente desarrolladas y con criterios didácticos, pese a que su preparación no era en asignaturas pedagógicas sino en Ciencias Políticas y Sociales.
Si bien al graduarme dejé de verlo -la tarea educativa laboral puso distancia con las aulas universitarias- nuevamente nos encontramos una década después como colegas de la facultad de Formación Docente en Ciencias (UNL), ex Instituto. A esta instancia académica y de camaradería, se sumó luego nuestra común pertenencia a la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe.
En su función de presidente en la misma, introdujo una práctica dinamizadora: en cada reunión institucional, uno de los integrantes compartía avances de las investigaciones que estábamos desarrollando y así enriquecíamos nuestro trabajo con los aportes de cada colega.
Su recorrido empírico y teórico
La realidad socio política económica es registrada de forma destacada, afirmación verificable en sus numerosas publicaciones. Como sociólogo, tuvo en la población uno de sus objetos de estudio, generalmente basado en censos. Tempranamente, publicó un “Estudio de la población de Santa Fe: relación con factores económicos” (1966) editado por Extensión Universitaria, UNL.
Destinó muchas páginas a la creciente urbanización que alteraba la vida rural agrícola del modelo “chacra-farmer” santafesina, efecto de la opción sojera con paquete tecnológico introducida en los 90. A ello atribuyó el enriquecimiento de algunas familias y la simultánea y consecuente desigual distribución de la riqueza, dado el destino exportador de la producción.
Una preocupación de Cervera fue abordar conceptualmente cada tema. En 2004 publicó en la revista América el artículo “Ensayo sobre la relación entre sociedad, globalización y prioridades en la historia. El caso de Santa Fe".
En este marco de relaciones asignó importancia a la dimensión sistémica y temporal, considerando en cambio que lo individual pertenece al plano de lo coyuntural y acontecimental. La cultura de la costa fue un clásico en sus textos como conocedor de la misma por una doble fuente: el manejo de datos científicos por un lado y su frecuente tránsito en territorio por el otro.
Sus trabajos fueron mayormente desarrollados en la temporalidad de larga duración. En un ensayo de dos partes explicó “La sustentabilidad económica de la ciudad de Santa Fe en el tiempo, entre los siglos XVII y XXI”. Fue uno de sus últimos trabajos, publicado en 2019 por la Junta de Estudios Históricos.
Pese a que sus publicaciones evidencian el espectro temporal desde la colonia al tiempo presente, su tiempo favorito fue el de la conformación del estado moderno santafesino en el siglo XIX y comienzos del XX. Reconocía en ellos hitos importantes, como la creación de puertos, las exportaciones, el desarrollo industrial, cuyo deterioro o cierres fabriles lamentaba.
Pese a la amplitud temporal, siempre retornaba a sus ideas recurrentes: las profundidades de la vida social, las cuestiones identitarias, el funcionamiento del Estado y el sistema económico, sobre todo la dependencia como efecto.
En sus postreros trabajos insistió en explicar la formación de redes o alianzas familiares a lo largo de los períodos históricos de la ciudad capital, que, al conformar una suerte de parentescos espirituales por intereses económicos, produjeron efectos nepóticos.
Difusión de sus publicaciones
Cervera publicó libros en diversas editoriales, como ser Sudamericana de Santa Fe, La Cortada, Editorial BICA, Colmegna, Universidad Nacional del Litoral, Sistemas de Apoyo Educativo, Sociedad Argentina de Estudios Geográficos, Prohistoria Rosario, Comuna de Candioti.
Y también artículos en las revistas Universidad UNL, Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe, Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de La Plata y “América” del Centro de Estudios Hispanoamericanos.
Sus libros pueblan las bibliotecas públicas. En la revisión del catálogo del mayor repositorio de la ciudad para usuarios escolares, biblioteca “Sarmiento”- se comprueba la disponibilidad de una veintena de títulos para préstamo.
Cargos y premios a su escritura
La gestión educativa, académica y política fue importante en su trayectoria laboral. Se desempeñó como Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de Entre Ríos -UNER Paraná- y Director de la Escuela Universitaria del Profesorado UNL, Santa Fe.
Asimismo, ejerció como Docente en la Universidad Católica de Santa Fe y en la Universidad de Concepción del Uruguay, áreas de Sociología y Economía respectivamente. Ocupó también la Dirección General de Planificación del Ministerio de Gobierno de la Provincia de Santa Fe.
En instituciones académicas fue miembro de número -como adelantamos-de la Junta Provincial de Estudios Históricos de la Provincia, y del Centro de Estudios Hispanoamericanos de Santa Fes. En ambas ejerció como presidente.
a escritura de Cervera nos permite abordar al menos dos estilos: el narrativo científico social y el literario histórico ficcional; ambos merecieron el reconocimiento de expertos analistas que le otorgaron numerosos premios. Entre ellos, dos veces el Primer Premio de la Asociación Santafesina de Escritores ASDE, en 1975 y en 1986.
También obtuvo reconocimientos literarios como el Primer Premio en el Concurso Nacional “Centenario de Mateo Booz” (1981) y el Premio Arcien (1982). En materia de narrativa histórica, el Premio "Juan Álvarez" de la provincia de Santa Fe, en rubro Ensayo (1982). Y el importante Primer Premio en Humanidades por la Provincia de Santa Fe en el Concurso Nacional “Grandes Temas Argentinos”, 1987.
Valoraciones
Incansable trabajador, dictó clases universitarias y publicó investigaciones hasta sus últimos días. Actuó con tesón en todos los campos, aún en el recreativo. Siendo ya de edad avanzada ascendió hasta hacer cumbre a uno de los emblemáticos cerros de Córdoba, no recuerdo bien si el Champaquí o el Uritorco.
Felipe Justo Cervera fue ampliamente valorado por sus contemporáneos. Seguramente habrá experimentado y gozado por ello. Pero también recibió un golpe muy duro como fue la muerte de una hija. Al transmitirle mi pesar, respondió con fortaleza “no puedo más que aceptarlo”. Quiero destacar que tuvo una familia numerosa a la que apoyó con todo su esfuerzo y de la que recibió constante aprecio.
Conocimos, por la profesora de Geografía Mabel Gallardo, cuñada del Lic. Cervera, las travesuras de sus cuatro sobrinos, hijos de su hermana Mirta y Felipe. Dos de sus nietos, Guillermina y Maximiliano me participaron sus sentimientos de afecto. De la primera son estas palabras:
“El Feli, como lo llamábamos en casa… un abuelo único, maravilloso y fabuloso, pero fabuloso de fábulas y cuentos, de historias vividas y miles inventadas que nos atrapaban desde que éramos chicos, un tipo calmo, paciente, generoso y con una memoria inigualable, ese era mi abuelo, el Feli”.
Hace poco más de un mes se cumplió el primer lustro de su partida. Felipe se ha marchado no sin antes dejarnos una producción -que excede largamente lo dicho aquí- por la que estamos agradecidas/os como sociedad. Reconforta haber compartido contemporaneidad con un ser tan especial.
Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos en el año de su 90° Aniversario (1935-2025)