Javier Milei habló sobre el presupuesto de 2026 y definió cuál es el camino para que nuestro país logre su desarrollo económico. Y para convencernos de que lo estamos transitando, celebró la baja sostenida de la inflación, de la pobreza y de los impuestos como grandes logros, afirmando que "los años más duros de afrontar fueron los primeros, y por eso podemos afirmar, como hemos hecho tantas otras veces, y pese a las turbulencias coyunturales, que lo peor ya pasó". Una mentira ante el presente que vive y sufre nuestra sociedad.
La inflación bajó desde el desastre K pero se amesetó en los últimos diez meses y llega al 33,9% anual nivel general. Y es mucho más alta en rubros sensibles al bolsillo de las familias como educación 48,5% y viviendas, gas y electricidad 50,1% para el último año. La pobreza se mantuvo del 41,7%% del segundo semestre de 2023 al 38,1% de 2024 y la baja impositiva, mínima y selectiva no incidió en una actividad económica estancada durante todo 2025 (Indec).
Sin un verdadero plan económico desde que asumió, hoy el Banco Central de la República Argentina interviene para frenar al dólar, el riesgo país supera los 1.400 puntos y la Deuda de la Administración Pública que en diciembre de 2023 era de U$S 370.673 millones aumentó a U$S 454.230 millones a agosto de 2025 (Hacienda). Entonces es mentira que hay "turbulencias coyunturales" sino graves problemas a resolver. Y lo peor todavía no pasó.
Su vanagloria del "déficit 0" logrado con el brutal recorte a los haberes previsionales, educación y salud solo malgastó el índice que más importa: la confianza en su gobierno. Presidente, su deber es guiar a la gente y no confundirla. Si no lo hace solo será un imitador de la señora presa de la calle San José, que quiso vendernos durante años el relato de un país imaginario.