La reciente evaluación de fluidez lectora aplicada en Santa Fe -la primera tomada de forma estandarizada a nivel provincial- dejó al descubierto una realidad alarmante: el 38,8% de los estudiantes de segundo grado no sabe leer o lee solo palabras sencillas. Este dato no es menor, dado que representa cerca de 19.000 chicos con dificultades en lectoescritura, en una provincia donde más de 50 mil alumnos de 2do grado fueron evaluados el año pasado con un test censal y nominal.
El propio ministro de Educación, José Goity, calificó como "catástrofe educativa" el resultado de esta prueba inédita en Santa Fe por su alcance y especificidad, y porque recabó cifras propias provinciales de un diagnóstico ya conocido de antemano, evidenciado en las evaluaciones nacionales Aprender.
La mayoría de los alumnos evaluados se ubicó en los niveles más bajos: un 38,8% fueron clasificados como prelectores (no logran leer palabras) o en nivel principiante 1 (leen palabras simples), y un 36% en nivel principiante 2, con lecturas muy lentas y silabeadas. Apenas un 25,2% se encuentra en niveles intermedios o fluidos.
La mayoría de los alumnos evaluados se ubicó en los niveles más bajos. Foto: Archivo / Flavio Raina.El informe también revela lo que en otras evaluaciones viene saliendo como constante: la situación de desigualdad, dado que a los chicos de sectores más vulnerables les va peor: el 58% de los alumnos quedó en los niveles más bajos, mientras que en los segmentos medios la proporción es de 29% y en los altos del 13%, donde además casi la mitad alcanza niveles de lectura adecuados.
Este contraste evidencia que la vulnerabilidad social es un factor de peso. Y aunque el ministro lo reconoce, señala que no debe ser una excusa y que todos los chicos deben salir de 3er grado alfabetizados. Por eso, junto con el diagnóstico, hizo anuncios. Además del plan de alfabetización "Raíz" -que ya está en marcha desde el año pasado con más de 100.000 chicos involucrados- ahora se implementarán tutorías personalizadas para los 4.500 chicos que, según se identificó, no pueden leer absolutamente nada, y se acompañará de provisión de materiales didácticos y ateneos docentes pagos para revertir el déficit lector.
En las dos conferencias que ofreció sobre el tema, Goity defendió el método de evaluación de fluidez lectora como una herramienta clave para poder identificar y revertir los problemas estructurales del sistema educativo santafesino. Y contestó a las críticas que comenzaron a llegar por parte del gremialismo docente.
Los gremios docentes sostienen que la evaluación no refleja el nivel real de lectura y rechazan el formato estandarizado. Foto: Archivo / Flavio Raina.A considerar es que este magro resultado en los aprendizajes se dio a conocer en un momento en que la relación entre el gobierno provincial y los docentes está tirante por la cuestión salarial, por la resistida reforma previsional y por lo que los gremios consideran una restricción del derecho a huelga y la ruptura del ámbito paritario.
Con relación a la evaluación, Amsafe sostiene que no refleja el nivel real de lectura, ya que se aplicó en condiciones artificiales (alumnos aislados del aula, con docentes desconocidos, frente a un grabador, leyendo palabras desconocidas), a la vez que acusa que el plan de alfabetización fue impuesto sin debate ni consulta con los docentes que trabajan diariamente en las aulas. Sadop, en tanto, rechaza la afirmación de que en los últimos 20 años en la provincia no se evaluaba sino que no se utilizaban "mediciones extremadamente estandarizadas" como estas. También considera que el test mide la lectura de forma reduccionista, centrada únicamente en la conciencia fonológica y velocidad lectora (palabras por minuto), sin considerar los procesos de aprendizaje ni el contexto social y cultural, entre otros cuestionamientos.
El ministro Goity, por su lado, fustigó la resistencia histórica a este tipo de pruebas. Sostuvo que no evaluar durante años fue "un grave error" y criticó los discursos "ideologizados" que descalificaron las evaluaciones como imposiciones externas. Afirmó que asumir responsabilidades sin repartir culpas es esencial para mejorar, y que el bajo rendimiento en lectura no puede atribuirse únicamente a la pobreza o a factores externos como la falta de acompañamiento familiar, ya que en contextos similares, como el noreste de Brasil, se han logrado buenos resultados. Habrá que ver si esos mismos éxitos se consiguen en la provincia con la batería de acciones anunciadas. Goity está confiado en que así será.