El Club Deportivo Santa Rosa escribió una de las páginas más importantes de su historia deportiva al conseguir el ascenso a la Primera A de la Liga Santafesina de Fútbol.
El club del barrio alcanzó el objetivo más esperado de su historia al vencer a Banco Provincial y cerrar un 2025 inolvidable. Con Osmar Martínez como entrenador, la institución celebra junto a su gente y comienza a planificar un 2026 con entusiasmo, refuerzos y el gran desafío de competir por primera vez en la máxima categoría.

El Club Deportivo Santa Rosa escribió una de las páginas más importantes de su historia deportiva al conseguir el ascenso a la Primera A de la Liga Santafesina de Fútbol.
Fue el cierre perfecto para un 2025 cargado de esfuerzo, perseverancia y convicción, un año que quedará grabado para siempre en la memoria de un barrio que vive el fútbol como parte de su identidad cotidiana.
El objetivo se concretó en un partido inolvidable ante Banco Provincial, en un contexto de enorme expectativa y con el acompañamiento masivo de su gente.
El pitazo final desató una fiesta que desbordó la cancha y se trasladó a cada rincón de Santa Rosa, donde el club representa mucho más que noventa minutos de juego: es punto de encuentro, contención social y orgullo colectivo.
Osmar Martínez, entrenador del primer equipo y uno de los técnicos más jóvenes que participan en la Liga Santafesina, dialogó con El Litoral y destacó el significado profundo de este logro.
“Vivimos un momento único, con mucha alegría. Ya veníamos intentando y la pelota no terminaba de entrar para conseguir el ascenso. La verdad que fue muy lindo porque todo el plantel se sintió acompañado por todo un barrio que le festejó a lo grande”, expresó, todavía con la emoción a flor de piel.
Santa Rosa es un club de raíces humildes, forjado a pulmón y sostenido por el trabajo silencioso de dirigentes, colaboradores y vecinos. “Santa Rosa es un barrio de gente humilde y de un gran corazón. Acá todos trabajan para el día a día y el club es la alegría de cada partido.
El hincha lo disfruta, lo cuida, lo quiere, el club es como una segunda casa para muchos, especialmente para los pibes y pibas que buscan un lugar de contención”, remarcó Martínez, poniendo en valor el rol social que cumple la institución.
El ascenso no fue casualidad. Fue el resultado de un proceso que combinó paciencia, aprendizaje y compromiso. Hubo intentos fallidos en temporadas anteriores, golpes que dolieron pero que sirvieron para fortalecerse.
Este 2025 encontró a Santa Rosa más maduro, convencido y decidido a ir por el objetivo máximo. Cuando llegó el momento clave, el equipo respondió y el sueño se hizo realidad.
El Deportivo Santa Rosa es el reflejo de su gente. En cada partido, la tribuna se transforma en un abrazo colectivo que empuja al equipo y le da sentido a cada esfuerzo.
En tiempos donde sostener un club se vuelve cada vez más complejo, la institución logró cerrar el año con orden y responsabilidad, algo que también fue destacado por su entrenador.
“Para nosotros, como para otros clubes, es difícil hacerle frente al mantenimiento del club. Gracias a la colaboración de la gente y del trabajo incansable de la Comisión Directiva se pueden hacer muchas cosas y hoy podemos decir que una vez más cerramos bien lo económico con la Liga Santafesina”, señaló Martínez, dejando en claro que el crecimiento deportivo vino acompañado de una gestión responsable.
Ese equilibrio entre lo futbolístico y lo institucional fue clave para que el proyecto se sostenga en el tiempo. El club no sólo celebró el ascenso, sino que también fortaleció su estructura, cuidó sus recursos y afianzó el vínculo con el barrio, entendiendo que el éxito deportivo es mucho más sólido cuando se construye desde bases firmes.
La alegría del ascenso fue compartida por todas las categorías, por las familias que acompañan cada fin de semana y por quienes hacen del club un espacio abierto e inclusivo. Santa Rosa no es sólo Primera División: es formación, es pertenencia y es futuro.
Con el ascenso consumado, el Deportivo Santa Rosa ya comenzó a mirar hacia adelante. El 2026 será un año histórico, con el debut en la Primera A de la Liga Santafesina, un desafío mayúsculo para un club que nunca antes había competido en la máxima categoría.
“Estamos armando el plantel, bien y a conciencia. Creo que vamos a poder jugar en nuestra cancha y para eso ya se está trabajando. A los jugadores que ya teníamos se sumaron varios refuerzos y eso nos hace alimentar la ilusión”, adelantó Martínez, quien se mostró enfocado y consciente de lo que viene.
La planificación ya está en marcha. La idea es sostener la base que logró el ascenso y sumar incorporaciones puntuales que le permitan al equipo ser competitivo. El cuerpo técnico sabe que el salto de categoría exige un esfuerzo extra, tanto desde lo físico como desde lo mental, y por eso cada paso se da con cautela y responsabilidad.
“El principal objetivo es mantenernos en Primera A, tarea que no será para nada sencilla”, reconoció el entrenador, con los pies sobre la tierra. La frase resume el espíritu con el que Santa Rosa encarará esta nueva etapa: humildad, trabajo y compromiso.
El 2026 encontrará al Deportivo Santa Rosa viviendo un sueño largamente esperado. Con un barrio detrás, una dirigencia comprometida y un plantel que ya demostró carácter, el club se prepara para escribir un nuevo capítulo de su historia.
El ascenso ya es realidad; ahora, el desafío será consolidarse y seguir creciendo sin perder la esencia que lo llevó hasta lo más alto.