El Gobierno quiere tener como regalo navideño tener ley de Presupuesto 2026 aprobada antes de fin de año. Para eso, no deberá tocar ni una coma del proyecto. Por lo que después del pan dulce, llegan los porotos al recinto del Senado de la Nación.
La Libertad Avanza quiere evitar un regreso contrarreloj a la Cámara baja y dejar aprobada la “ley de leyes” antes de fin de año. Para eso, resignó el capítulo 11 que readecuará por vía administrativa. Mientras el peronismo y bloques “federales” pusieron la mira en el artículo 30 con recorte de metas de inversión en educación, ciencia y defensa.

El Gobierno quiere tener como regalo navideño tener ley de Presupuesto 2026 aprobada antes de fin de año. Para eso, no deberá tocar ni una coma del proyecto. Por lo que después del pan dulce, llegan los porotos al recinto del Senado de la Nación.
Para este viernes 26 de diciembre a las 12 está prevista la sesión. En primer lugar se tratará el Presupuesto General para el Ejercicio Fiscal 2026 y después la denominada ley de "Inocencia Fiscal". La convocatoria fue motorizada por la vicepresidenta Victoria Villarruel tras los despachos emitidos y la reunión de Labor Parlamentaria.
En Casa Rosada, la estrategia es llegar al recinto con el texto tal como salió de Diputados, resignando la revancha por el capítulo 11, que contenía el artículo 75 y proponía derogar leyes ya insistidas por el Congreso, como Financiamiento Universitario y Emergencia en Discapacidad, además de otros ítems sensibles como subsidios energéticos, actualización en asignaciones familiares, coparticipación para CABA y fondos para la Corte .
La premura se anota en el calendario. Cualquier modificación al proyecto en la Cámara alta abre la puerta a un regreso a Diputados y deja al oficialismo corriendo contrarreloj para volver a discutir el texto en los dos días hábiles que le faltarán al año. El apuro de mostrar ante los mercados un aval del Congreso a la hoja de ruta del Ejercicio Fiscal que Javier Milei y su Gabinete ya ratificaron que reasignarán por vía administrativa partidas presupuestarias para alcanzar igual el déficit cero.
En tanto, la oposición ya marcó la cancha por dónde piensa discutir en la Cámara alta: el artículo 30, que explicita recortes de metas de inversión en educación, ciencia y defensa.
“Si sale como está, está muy bien, es un gran paso”, sostuvo este martes el Ministro del Interior, Diego Santilli, remarcando que el objetivo político que busca la administración libertaria es tener Presupuesto aprobado, el primero en los tres años de gestión: “su eventual sanción le dará previsibilidad y ordenamiento a Argentina”, aseguró en diálogo con El Observador.
Hubo intentos para rearmar el capítulo rechazado en la votación en particular de Diputados, pero no prosperaron. Por eso, el oficialismo decidió impulsar el dictamen en el Senado sin cambios. El propio Javier Milei salió a adelantar su postura públicamente: no vetará el Presupuesto si el Senado lo aprueba como viene de Diputados.
La condición es el mantra libertario: “déficit cero". “Vamos a buscar la forma por todos los medios de conseguir el déficit cero sin subir impuestos, corrigiendo por la vía de la reasignación de gastos en el resto del presupuesto o de la reformulación de los recursos en las propias áreas”, dijo Milei el domingo en una entrevista en Casa Rosada.
En la misma línea Santilli aportó lecturas sobre la composición del gasto, para justificar el el equilibrio fiscal por otras vías: “El Presupuesto tiene un 85% de jubilaciones, AUH, salud, educación, discapacidad. Los temas centrales, el 85% son esos temas, por lo que hay un margen fino de maniobra para tener el presupuesto equilibrado”. Incluso afirmó que el proyecto incluye aumentos por encima de la inflación en “temáticas centrales” como educación, discapacidad y salud.
A tal fin, el oficialismo, con Patricia Bullrcih a la cabeza, hace números. En la Cámara Alta La Libertad Avanza tiene 19 senadores, con Enzo Fullone, reemplazante de Lorena Villaverde en la gatera. A ellos se suman Luis Juez que dejó el PRO recientemente. Las alianzas con los 10 integrantes de la UCR y los 3 del PRO es casi una fija. En las posibles alianzas entran legisladores provinciales como el correntino” Camau” Espínola (Unidad Federal), la tucumana Beatriz Ávila (Independencia), Julieta Corroza (la nequinidad), la salteña Flavia Royón, la chubutense Edith Terenzi y los misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut.
La oposición puso en la mira el artículo 30 que plantea derogaciones en materia de financiamiento educativo, científico y de defensa: el artículo 9 de la Ley de Educación Nacional; los artículos 5, 6 y 7 del Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación; el artículo 52 de Educación Técnico Profesional; y el inciso 1 del artículo 4 de la Ley 27.565 del Fondo Nacional de la Defensa.
El bloque peronista que conduce José Mayans ya adelantó que buscará incluir reformas para frenar lo que define como un retroceso en materia educativa. En ese marco se produjo una foto política en el Congreso: senadores y diputados del espacio se reunieron con estudiantes para organizar el rechazo al artículo. Por el Senado participaron Jorge Capitanich, Carlos Linares y Mariano Recalde; por Diputados, Julia Strada, además del exdirector del INET Gerardo Marchesini y estudiantes secundarios de escuelas técnicas y agrotécnicas.
Pero el frente peronista no es uno solo. El bloque Convicción Federal abrió una grieta al dejar correr la versión que votaría afirmativamente el Presupuesto. Sin embargo, este miércoles el panorama se volvió más incierto porque el puntano Fernando Salino planteó que la bancada podría dividirse.
“Creo que la Argentina necesita Presupuesto, en el bloque Convicción Federal estamos viendo la posición de cada uno de los cinco, cada uno representa a provincias distintas”, dijo el jefe del bloque de CF, integrado además por Carolina Moisés (Jujuy), Fernando Rejal (La Rioja), Guillermo Andrada (Catamarca) y Sandra Mendoza (Tucumán). Y fue todavía más tajante sobre su voto: “Yo voy a votar en contra del Presupuesto”.
En declaraciones radiales, fijó postura sobre lo que cree que puede pasar en el recinto: “Seguramente no tendremos una posición uniforme”, anticipó. Y cuestionó el trámite exprés: “En la Comisión de Presupuesto hubo un atropello, esperábamos un tratamiento mucho más profundo y equitativo. Nuestras preguntas no han sido del todo respondidas”.
Salino también puso el foco en el capítulo XI caído en Diputados: “el oficialismo no terminó de resolver las diferencias que tiene; hay sectores que pretenden que corrijamos lo que pasó en Diputados”, advirtió. A la vez, dejó una lectura táctica: si el Ejecutivo presiona para reponerlo, “se le va a dificultar”; si se vota el texto como salió de Diputados, “aparentemente los votos están”.
El senador puntano, además, se plantó contra el artículo 30 desde su trayectoria: “Yo fui ministro de Educación de San Luis, no puedo aprobar el artículo 30. Fui rector de la Universidad de la Punta, no pudo aprobar el artículo 30”. Y cerró con una crítica política al vínculo con el Congreso: consideró un “error garrafal” del Ejecutivo que “tendría que tener otro diálogo con los legisladores” porque, recordó, “en definitiva somos quienes tenemos que votar”.




