Para reanimar el mercado inmobiliario, en Rosario bajan los precios en dólares

Ignacio Pellizzón

Desde que se cortó todo tipo de crédito inmobiliario y la megadevaluación depreció la moneda nacional en más de un 100%, el mercado inmobiliario se vio fuertemente golpeado al punto de paralizarse todas las operaciones.

La nueva política monetaria del flamante presidente del Banco Central (BCRA), Guido Sandleris, que está generando que se corten los créditos personales en pos de desacelerar el índice inflacionario, está desincentivando las inversiones en el mercado inmobiliario, apoyado por una brecha cambiaria alta y un contexto económico desfavorable.

Si bien el gobierno nacional tomó medidas concretas para resucitar los créditos hipotecarios en UVA y el plan Procrear, de modo que la disparada del dólar no ahogue a los que tomaron préstamos, el sector inmobiliario aún no ve reflotar las operaciones.

En este marco, en Rosario los precios de las viviendas -que se encuentran en un 80% dolarizadas- están bajando “entre un 7% y un 9% en promedio”, aseguró a El Litoral el titular de la Cámara de Inmobiliarias local (Cadeiros), José Ellena.

La vertiginosa escalada de la divisa estadounidense que superó los 40 pesos -ayer se encontraba en los 36,60 pesos-, desplomó toda posibilidad de vender una vivienda. Es que un hogar que tenía un costo de 100 mil dólares pasó de costar cerca de 2 millones de pesos a más de 4 millones. Esta situación provocó que la demanda se paralice.

Con el desplome de los precios, aspiran a que el sector pueda reflotar e incentivar la compra-venta de casas y departamentos que, hoy en día, están paralizadas. Inclusive, creen desde Cadeiros que “si la situación actual del país se mantiene, puede que el porcentaje de caída aumente en marzo y abril”.

“La última vez que detectamos una baja importante en el precio de los inmuebles fue en 2001 cuando la economía estaba destrozada y se vendían departamentos que costaban, por ejemplo, 40 mil dólares y se entregaban en 15 mil dólares; por suerte no estamos en la misma situación y el contexto no es parecido en absoluto”, añadió Ellena.

Dependiendo de la zona estratégica donde esté ubicada la vivienda o el departamento, lo que a principio de año costaba unos 100 mil dólares “actualmente se están ofreciendo entre 85 y 90 mil”, lo cual refleja que la fuerte caída en la demanda está generando que los costos bajen en pos de reactivar de algún modo el mercado que se encuentra estancado.

En comparación con Buenos Aires, según un informe que realizó el sitio de búsqueda de propiedades, Properati, durante el mes de septiembre, el precio de venta en dólares mostró una caída del 0,6%. La variación interanual del precio promedio de las propiedades en la Ciudad de Buenos Aires, cayó al 9,4%, desde máximos de 15,2% mostrados durante el mes de junio, confirmando el significativo cambio de tendencia en el sector. Así, el acumulado en lo que va de 2018 totaliza un alza del 7,6%.

Según Zonaprop (sitio de clasificados de Argentina) y Navent (clasificados online), realizaron un relevamiento en el que destacan que el 80% de los departamentos en la ciudad están en dólares, mientras que los avisos de inmuebles a estrenar o de pozo se realizan en pesos, siendo un 61% y 76% respectivamente.

Se estima que en Rosario hay unos 18 mil departamentos en venta de los cuales el 35% se encuentran en estado de construcción. El 20% de los mismos son a estrenar y el 35% son usados. Por lo general hay mayor cantidad de dos ambientes, siendo un 50% de la oferta, seguido por un 25%de propiedades de tres ambientes.

La construcción resiste

A diferencia de lo que está sucediendo en otras regiones del país, en la provincia de Santa Fe las obras se sostienen. “No estamos con una sociedad endeudada y las constructoras están sólidas, mantienen los pagos, hay oferta de terrenos para seguir construyendo, no hay convocatoria de acreedores en masa y, hasta el momento, no se cortó la cadena de pagos”, explicó Ellena.

Desde la Cámara Argentina de la Construcción -Delegación Rosario-, aclararon a este medio: “El sector está a la baja, no como el reflejo del país, pero las variables económicas están influyendo muchísimo”.

En la provincia, hasta el momento “no hay ninguna obra detenida”, pero sí es cierto que hay varios proyectos privados “que están mermando un poco”, es decir que están ralentizando sus trabajos, porque se manejan “con cuidado”.

Es sabido que en el resto del país la situación es alarmante. Las provincias realizan malabares para sostener el empleo y la construcción, porque “cuando el país crece, la construcción crece un poco más”, expresaron. “Nosotros seguimos atravesando la crisis apuntalada por la obra pública provincial, porque continúa activa del mismo modo que se sostienen los pagos”, concluyeron.