Derrumbe del Hotel Dubrovnik en Villa Gesell: a un año sin detenidos y con la causa estancada

El colapso total del hotel Dubrovnik ocurrió aproximadamente a las 00:25 del martes 29 de octubre de 2024, cuando la torre de 10 pisos —construida en 1986 y ubicada en la intersección de la avenida 1 y Buenos Aires, en Villa Gesell— se desplomó por completo.

El hecho dejó como saldo nueve personas fallecidas y una única sobreviviente que, tras luchar un mes por su vida, finalmente murió.

Las víctimas incluyen a la expropietaria del edificio, su sobrino, trabajadores de la obra y residentes.

A un año del siniestro, los familiares de las víctimas mantienen su reclamo de justicia mientras la investigación se encuentra estancada. No hay detenidos, solo imputados que están en libertad bajo medidas restrictivas. Los peritajes avanzan lentamente y aún no se establecen con precisión las causas del colapso.

Investigación y obstáculos en el proceso

La causa judicial está caratulada como “estrago culposo agravado” (o “estrago doloso agravado” según versiones) y se tramita en la Fiscalía N.º 6 de Villa Gesell.

Hasta el momento hay imputadas al menos seis personas —incluyendo dos capataces, dos albañiles, el arquitecto de la obra y el contratista responsable— aunque también se menciona la empresa propietaria, Parada Liniers S.A., y sus directivos.

Ninguno permanece detenido: todos aparecen en libertad bajo condicionamientos como la prohibición de salida del país y presentaciones periódicas ante la justicia.

Uno de los informes clave del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) concluyó que no se detectaron fallas estructurales de origen en el hormigón ni en los elementos constructivos originales del hotel.

Según ese peritaje, la resistencia del hormigón correspondía al estándar de su época (tipo H-21) y cumplía con los parámetros esperados.

En consecuencia, el foco de la hipótesis investigativa se desplaza hacia intervenciones posteriores: remodelaciones, especialmente la instalación de un ascensor y obras en el ala oeste del edificio, que podrían haber debilitado la estructura.

Quienes representan a las familias de las víctimas sostienen que esas obras fueron determinantes en el colapso. En cambio, los apoderados del dueño del edificio argumentan que la estructura “se cayó sobre sus bases” y rechazan la vinculación con los trabajos recientes.

Pese a estos avances periciales, los familiares denuncian la falta de comunicación con la justicia, la ausencia de interrogatorios decisivos y el estancamiento del expediente. Manifestaciones de vecinos frente al lugar del derrumbe y marchas de familiares han sido parte del reclamo público.

Dolor, reclamos y falta de respuestas

En paralelo a la causa judicial, la dimensión humana del desastre continúa presente. Los allegados de las víctimas señalan que, además de perder a sus familiares, varios residentes del edificio lindero o trabajadores de la obra quedaron sin vivienda, con secuelas físicas y psicológicas.

Incluso se registró un episodio reciente en que una madre reclamante fue retirada de un evento municipal por sostener carteles con fotos y peticiones de justicia.

La instalación de placas recordatorias, velas y memoriales improvisados frente al predio intervenido son parte del escenario de la espera. El edificio permanece tapiado y los escombros del hotel aún visibles, una postal que para muchos representa la falta de avances.

Desde el municipio de Villa Gesell hasta los organismos provinciales y el gobierno bonaerense se anunciaron ayudas, apoyo a los familiares y decretos de emergencia para agilizar tareas de rescate. Pero para los afectados, esas medidas no han sido suficientes ante la ausencia de responsables concretos.

En este contexto, los reclamos de “verdad, memoria y justicia” persisten como eje central de la movilización social. Los familiares solicitan que se cite a indagatoria a los directivos y profesionales involucrados, que se definan plazos, y que la investigación deje de ser una causa sin movimiento visible.