Un crimen brutal

Eran aproximadamente las 9 de hoy cuando un empleado municipal de recolección de residuos se topó con el cuerpo. El trabajador necesitaba encontrar un baño con urgencia y decidió entrar a la obra (ya está techada en una parte, pero carece totalmente de aberturas), ubicada precisamente en la cuadra de calle Monteagudo al 4800. Inmediatamente, este hombre dio aviso a la policía y minutos después el lugar se llenó de patrulleros.

Según pudo saberse, la construcción estaba detenida desde hacía aproximadamente dos semanas. Igualmente, el propietario la había recorrido el martes pasado y no había notado nada raro.
Esta mañana, investigadores de la Policía de Investigaciones y el fiscal de la Unidad Especial Jorge Nessier examinaron la escena.

La víctima -que aparentemente pernoctaba allí- estaba en uno de los ambientes, seguramente el futuro dormitorio de la vivienda. Presentaba muchos golpes en la cabeza, uno de ellos aplicado con tanta violencia que le provocó hundimiento de cráneo en la zona occipital. Por otra parte, el muchacho había sido “empalado” por el ano con un caño de PVC, de los que se usan para las instalaciones eléctricas o de agua corriente.

En ese sitio había tantas manchas de sangre como en el baño, donde además “apareció” un colchón. Los peritos también hallaron ensangrentados un pesado caño metálico, un palo y una cuchara de albañil.

“Estimamos que el crimen fue cometido varias horas atrás, probablemente más de un día, por la rigidez cadavérica que presentaba la víctima. Vamos a saber eso con más precisión cuando se concluya la autopsia que fue solicitada”, explicó este mediodía el doctor Nessier.

Por otra parte, se trata de determinar si algunas leyendas que aparecieron escritas en una de las paredes de la obra tienen relación con el hecho. Escrito con tiza sobre los ladrillos vistos podía leerse: “Puto ja ja”

La identidad de la víctima era un misterio todavía este mediodía. Trascendió que no había documentación alguna en el lugar y que su rostro estaba muy desfigurado. Especialistas tomaron sus huellas dactilares, para cotejarlas con las bases de datos.

Por las características del crimen, los investigadores intentan determinar si hubo algún caso de abuso sexual en la zona durante los últimos tiempos.