El Director Provincial de Investigaciones Criminales, Rolando Galfrascoli, trazó un diagnóstico crudo pero estratégico sobre el presente y el futuro de la seguridad en Santa Fe.
Así lo reveló el Director Provincial de Investigaciones Criminales, Rolando Galfrascoli. Pretende una ley que profesionalice al investigador, con escalafón propio, formación específica y autonomía funcional.

El Director Provincial de Investigaciones Criminales, Rolando Galfrascoli, trazó un diagnóstico crudo pero estratégico sobre el presente y el futuro de la seguridad en Santa Fe.
En una entrevista concedida al programa Santa Fe Policiales, el funcionario habló de prioridades criminales, reorganización policial, delitos violentos, narcotráfico y prófugos, y dejó una definición de fondo: “Los ciudadanos tienen derecho a vivir tranquilos; quienes delinquen deben estar tras las rejas”.
Galfrascoli fue categórico al señalar que la prioridad número uno del Estado santafesino está puesta en los delitos que afectan directamente la vida y la integridad de las personas. Homicidios, tentativas, lesiones y abusos de armas, especialmente aquellos cometidos con armas de fuego, encabezan la agenda.
En ese marco, destacó el avance hacia un modelo de investigación por focos, similar al que ya funciona en Rosario con la Unidad de Violencia Altamente Lesiva (UVAL). En Santa Fe capital, explicó, se trabaja para centralizar este tipo de causas y preparar a la Policía de Investigaciones (PDI) para actuar en espejo con el Ministerio Público de la Acusación.
El segundo gran eje es el microtráfico, definido por Galfrascoli como el eslabón más visible —y no menos dañino— del narcotráfico. Según explicó, este delito genera economías criminales que alimentan la violencia armada y el delito callejero.
“Donde hay microtráfico, hay armas, disputas territoriales y víctimas”, resumió, al justificar la decisión política de priorizar estas investigaciones en toda la provincia.
Uno de los cambios más notorios en la política de seguridad, según el director, es la búsqueda activa de personas prófugas. Hoy existe un esquema racionalizado con distintos niveles de complejidad, que incluye desde los “más buscados” —con recompensas y equipos especiales— hasta capturas regionales y pedidos judiciales de menor perfil.
En ese esquema se destacan unidades específicas como la UCAP, dedicada a la captura de alto perfil, y las unidades regionales de la PDI.
Consultado sobre la aparición de una avioneta en territorio santafesino, Galfrascoli fue tajante: “No es un mito, es una realidad”. Explicó que la geografía del norte y noroeste provincial —campos extensos, caminos rurales y pistas naturales— facilita el aterrizaje de aeronaves utilizadas para el transporte de estupefacientes.
En ese sentido, reclamó un mayor control del espacio aéreo a nivel nacional, y valoró el trabajo conjunto entre la policía provincial, el MPA y la Justicia Federal para preservar evidencias e impulsar investigaciones que permitan determinar el origen y destino de estas aeronaves.
Galfrascoli también hizo un balance de gestión. Señaló que 2024 estuvo marcado por la recuperación de la seguridad pública en las calles, con más patrulleros, caminantes y presencia policial, lo que derivó —según afirmó— en una baja contundente de los índices de violencia.
En 2025, en cambio, el foco estuvo puesto en fortalecer la investigación criminal, dotando a la PDI de más recursos, tecnología y organización.
Mirando hacia el futuro, el funcionario dejó una de las definiciones más fuertes de la entrevista: la necesidad de avanzar hacia una policía de investigaciones autónoma, al estilo chileno.
Galfrascoli volvió a poner sobre la mesa la posibilidad de una ley que profesionalice al investigador, con escalafón propio, formación específica y autonomía funcional, similar a la Policía de Investigaciones de Chile, que convive con Carabineros y Gendarmería desde hace casi un siglo.
“Ojalá 2026 sea el año en que Santa Fe consolide ese modelo”, cerró.




