La mañana del jueves se presentó caótica en barrio Candioti Norte cuando, de pronto, un estruendo se escuchó en la esquina de Domingo Silva y Las Heras. Dos autos —un Ford Fiesta y un Toyota Etios— protagonizaron una violenta colisión que los catapultó fuera de la calle, hasta terminar sobre la vereda de una casa, apenas a metros de un local comercial.
Afortunadamente, el incidente no dejó heridos. Ninguno de los conductores requirió asistencia médica y, más allá del impacto, pudieron bajarse por sus propios medios. Solo los autos quedaron maltrechos: carrocerías hundidas, ópticas destruidas y ese inconfundible olor a motor forzado que queda flotando tras una frenada brusca.
Uno del los vehículos impactó contra el frente de una vivienda. Crédito: Guillermo Di Salvatore
"Con cuatro ojos no alcanza"
Uno de los protagonistas del siniestro accedió a hablar con la prensa, todavía con la adrenalina a flor de piel. "Venía detrás de otro auto y me pegaron del lado derecho. No sé cómo no terminé adentro del negocio de la esquina", relató, señalando los restos de plástico y metal esparcidos sobre la vereda.
El conductor no ocultó su malestar con la situación del tránsito en esa zona de la ciudad: "Es una locura circular por calle Las Heras a la mañana. Tenés que ir mirando para todos lados, con mil ojos. Está claro que acá algo hay que hacer".
No es la primera vez que se produce un fuerte choque en dicha esquina. Crédito: Guillermo Di Salvatore
Tránsito, tensión y rutina interrumpida
La esquina quedó parcialmente cortada mientras personal policial trabajaba para ordenar el tráfico y tomar los datos del caso.
A un costado, vecinos y transeúntes miraban con curiosidad, algunos comentaban que no es la primera vez que esa intersección protagoniza un choque de este tipo, y otros se preguntaban qué hubiese pasado si justo alguien caminaba por la vereda.