(Enviado Especial a San Salvador de Jujuy)
Martín Minella confirmó el equipo con Tomás Giménez, Thaller, Talpone y Luis Miguel Rodríguez. Colón quiere meter un triunfo clave en una Jujuy que celebra su fiesta en la que honra a la tierra.

(Enviado Especial a San Salvador de Jujuy)
“Llegaste justo. No te das una idea lo que fue ayer acá, sobre todo en la zona de Alto Comedero y Palpalá. Un viento norte que hizo volar todo. Y hubo muchos incendios forestales”. El taxista, fiel a las costumbres de estos lugares, mascaba coca y contaba lo que se vivió en un viernes de “terror” para San Salvador y las zonas aledañas. Vientos fuertes y se observaba, al costado del camino, el pasto quemado por los incendios. Viento norte, muy fuerte y momentos de pánico. También muchos destrozos. Fue un rato que, para muchos, pareció una eternidad. Pero así fue la víspera de la llegada de Colón para enfrentar a uno de los punteros del torneo, en el 23 de Agosto de la Tacita de Plata.
Esta bienvenida jujeña se dio, justamente, en el día de la Pachamama, esa fiesta que no es más que una tradición ancestral, de los pueblos originarios, ofrendando a la Madre tierra. Es algo simbólico pero con un alto contenido espiritual, pues tiene que ver con el agradecimiento del hombre por todo lo que la tierra le proporciona. En realidad, la fiesta de la Pachamama tiene su día principal que es el 1 de agosto, pero se celebra a lo largo del mes. Y Colón llega, justamente, en el comienzo de esta fiesta tan típica de este pueblo jujeño tan sufrido como histórico para nuestro país, por aquel éxodo en 1812, de la mano de Manuel Belgrano, para quemar y destruir todo lo que pudiere resultar útil a las fuerzas realistas que descendían desde el Alto Perú y fueron esperadas en Tucumán.
Colón paró en un hotel que queda en Perico, a unos 25 minutos de San Salvador de Jujuy. El avión arribó a la capital salteña y desde allí hicieron micro hasta el hotel Los Arcos, donde Minella ordenó una práctica liviana este sábado por la tarde en el mismo hotel.
Las novedades en cuanto a la lista de viajeros, se dio en las ausencias de Bernardi y Soñora. Lo de Bernardi se veía venir por una sobrecarga muscular. Lo de Soñora es una pubalgia que lo deja nuevamente afuera de la posibilidad de ser una alternativa, como de hecho lo fue el domingo pasado ingresando ante Gimnasia de Mendoza.
¿Cuál era la gran incógnita?, saber si el Pulga iba a jugar. Y el Pulga va a jugar. Se recuperó de una ruptura fibrilar que los integrantes del Departamento Médico titularon “de 10 a 12 días de recuperación”, pero sabemos que eso es algo estándar y no se puede generalizar. Menos en un jugador de 41 años como él. Pero se nota el compromiso del Pulga para este momento en el que Colón requiere de eso, de gente que afronte el mal momento y se la juegue hasta el final por algo que, a diez fechas del cierre de la fase clasificatoria, parece una “quimera”, casi un “milagro futbolero”, pero mientras exista la chance matemática, hay que pelearla.
Minella le dio una vuelta de rosca al equipo con las dos victorias consecutivas que no ayudaron a remontar en la tabla. La diferencia de 9 puntos con 30 por jugarse es considerable pero no definitiva. El domingo perdió de local, pero el equipo mostró una imagen que la gente premió con aplausos y no con silbidos ni con agresiones a los jugadores. Colón no ligó. No tuvo eficacia. Y allí estuvo el defecto que lo condujo a la derrota ante un equipo que llegó dos veces en el primer tiempo y fueron goles. Recién en el segundo y sobre el final, supimos qué clase de arquero es Tomás Paredes, que hasta ese momento no había intervenido y nada pudo hacer en los dos goles mendocinos.
Volvamos al equipo. Vuelve el Pulga, pero también vuelven Tomás Giménez al arco, Nicolás Thaller a la defensa y Nicolás Talpone al mediocampo. Minella no cambia la estructura táctica. Seguirá con ese 4-2-3-1 que tiene dos laterales con ciertas libertades para sumarse al ataque y cuatro jugadores, del medio hacia arriba, para ir en búsqueda de la victoria. La única aseveración “defensiva” de Minella, es cuando dice que “tenemos que mantener nuestro arco en cero”. Pero después, el objetivo es uno solo: mandar al equipo al frente para buscar los tres puntos, más allá de la envergadura de un rival que viene de perder (ante Temperley y por la mínima diferencia), pero que antes de ese partido llevaba 13 sin derrotas y es uno de los líderes de la zona B.
Tomás Giménez; Bettini, Thaller, Zahir Ibarra y Conrado Ibarra; Yunis y Talpone; Jourdan, Luis Miguel Rodríguez y Lago; Gigliotti. Estos son los once depositarios de la esperanza sabalera en esta lejana San Salvador de Jujuy que nos recibió –al plantel de Colón y al enviado de El Litoral- con una temperatura casi veraniega, que anduvo rondando los 25 o 26 grados durante las horas de la siesta, pero que por la noche refresca un poco. Pero un poco nada más, a pesar de que estamos en el medio de un invierno que, al menos en esta zona, se ha tomado en serio este “veranito”.
Todos saben que Colón “quema” sus últimos cartuchos. Todos saben que después de Talleres de Remedios de Escalada y Defensores Unidos de Zárate, es el equipo que más partidos perdió de todo el torneo. Todos saben que se dilapidó de una manera poco entendible este año. Todos saben que aquel mercado que Moreno y Fabianesi tildó de “inteligente” en enero, no lo fue; y todos saben también que cuando definió de “eficaz” al mercado de invierno, también “pifió”. Hoy Soto es suplente, Castro también, Cristian García hace casi dos meses que llegó y todavía no pudo debutar y al Pulga Rodríguez no lo trajo ni Moreno y Fabianesi ni Yllana; al Pulga lo trajo el veredicto de la gente, el clamor popular que, en un momento de zozobra, fue escuchado por los dirigentes.
Ahora hay que plantearse escenarios cortos. Si Colón está adonde está porque cosechó algo más del 30 por ciento de los puntos, hay que pensar que de acá hasta el final hay que ganar mucho y no perder casi nada. Colón juega este domingo con Gimnasia de Jujuy, el domingo que viene con Agropecuario y el sábado 16 con San Telmo. Son 9 puntos de los que Colón tendrá que sacar 7. Y así sucesivamente. Y de esa forma, sumando mucho en cada mini ciclo, ver de qué manera llega al sprint final. Matemáticamente, las chances le asisten. En la práctica, resulta casi una “quimera”, porque si Colón sigue así es imposible que mejorando un poquito nomás, le alcance. Va a tener que mejorar muchísimo. No le queda otra.




