Agustina Mai
amai@ellitoral.com
En 2010 siete personas murieron ahogadas en el río Salado, en la zona Santa Fe-Santo Tomé. En lo que va de 2011 ya hubo dos casos más. Los lugares más peligrosos fueron -y son- Varadero Sarsotti y La Tablada. Con la llegada del calor, los ríos, lagunas y riachos que rodean la ciudad se convierten en una tentación para hacer frente a las altas temperaturas. Ahora bien, ¿los ahogamientos se produjeron por imprudencia? o ¿el Salado tiene características que lo convierten en una trampa mortal?
“El Salado no es un río recto, sino que genera curvas en todo su recorrido. Es lo que se denomina, técnicamente, un río meandriforme. En algunas partes, estas curvas son más o menos regulares y en otras no: algunas son más agudas, otras más redondeadas, y de dispar tamaño entre sí”, comenzó explicando Carlos Ramonell, docente e investigador de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
Un dato sumamente importante es que en las curvas, las profundidades no son iguales en ambas márgenes. En la orilla donde la curva tiene su mayor amplitud, el cauce es mucho más profundo. Por el contrario, en la orilla opuesta -donde la curva es más cerrada-, es más playo (Ver infografía).
“Si uno se mete al río del lado donde la curva es más amplia puede “caerse’ porque allí es más profundo. Pero, además, es arrastrado más rápido por la corriente porque la velocidad del agua es mayor”, señaló Ramonell.
Esto sucede porque una de las variables que determina la velocidad es la fricción. En las zonas playas, el agua suele circular más despacio porque tiene más fricción. En cambio, donde es más profundo el agua corre más rápido porque no tiene tanta resistencia.
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