El tesoro que dejaron las ruinas: viaje al corazón profundo de Santa Fe La Vieja

Santa Fe cumple este viernes 446 años de historia. Fue fundada por Juan de Garay en Santa Fe La Vieja, Cayastá, el 15 de noviembre de 1573. La antigua ciudad estuvo enterrada por siglos, y aún parte de ella sigue bajo tierra. El traslado al actual emplazamiento de la capital provincial se inició en 1651, y se completó casi una década después. Mucho más tarde en la línea histórica, el gobierno provincial expropió el espacio de Santa Fe La Vieja, y en 1957 lo declaró Monumento Histórico Nacional. En la actualidad está al cuidado del Ministerio de Innovación y Cultura, a través de su Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales.

Pero fue unos años antes, en 1949, cuando la administración provincial encomendó a ese departamento realizar excavaciones en la zona de Cayastá —a 82 kilómetros de esta capital, por el corredor de la Ruta N° 1—. El eje central de esa investigación era situar los restos de aquella ciudad que fundó Garay. Las tareas estuvieron a cargo del por entonces director de la aludida área de Estudios Etnográficos, Agustín Zapata Gollán.

El recordado historiador inició las excavaciones arqueológicas en la loma más alta del lugar, lo que le permitió recuperar un excepcional conjunto de estructuras arquitectónicas y de artefactos, que documentaban la vida de los pobladores de finales del siglo XVI y primera mitad del XVII.



Gabriel Cocco, coordinador del Parque Arqueológico, explicó que Zapata Gollán investigó archivos documentales y cartografía, y que empezó justamente donde se situaba un monolito. “Lo primero que encontró fue la Iglesia de San Francisco. Entre 1949 y 1952 se pudo avanzar más rápido con la excavación y así identificar, gracias a los registros fotográficos de la época, cómo fue localizada la casa de Garay, otras viviendas y el Cabildo. Se sabe que la antigua Santa Fe tenía la misma estructura que
tuvo la relocalización de la actual capital. También, los solares y las iglesias estaban ubicados de la misma forma en que están hoy”, dijo el especialista.

Recorrer la historia

El Parque Arqueológico cuenta con 69 hectáreas, que son las dos terceras partes de la traza fundacional. En ese sector se encuentra el remanente de la Plaza de Armas, el Cabildo y las iglesias conventuales de Santo Domingo, La Merced y San Francisco y algunas viviendas. La Iglesia de San Francisco fue una de las seis que existían antiguamente; otras tres fueron “llevadas por el río”.


Nidia Mangold, integrante de Servicios Didácticos del Parque, relató que la orden religiosa de San Francisco fue la primera en instalarse en Santa Fe, y que justamente una de sus primeras iglesias se descubrió en 1949. “Es un lugar emblemático, ya que fueron las primeras ruinas que encontró con su trabajo Zapata Gollán”, explica.

Durante las excavaciones en la Iglesia de San Francisco, se descubrió lo que es el Altar Mayor, del lado del Evangelio, y una sepultura con los restos de dos personas que, según revelan los documentos, pertenecen a Doña Jerónima de Contreras, hija de Juan de Garay, y a su esposo Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias), quien fuera el primer gobernador criollo del Río de la Plata.

Fue llamativo del lugar descubrir que las iglesias eran usadas como cementerio, ya que las personas acaudalas de la época elegían ser sepultadas en ellas. Mangold sostuvo que tanto a los chicos como a los adultos, “lo que más les llama la atención es la muerte y la exhibición de los restos humanos”. Pero también, “dentro del área se puede apreciar y recorrer la casa ambientada, que es donde se cuenta la historia de lo que hacían nuestros antepasados: dicha casa pertenecía a Vera Muxica”. Esta ambientación integra el recorrido del Parque Arqueológico: se ofrece un espacio ambientado interactivo que recrea una casa principal con sus usos y costumbres durante la primera mitad del siglo XXII.


Durante casi dos años el Museo de Sitio estuvo cerrado, debido a que se llevó a cabo una obra muy importante que ejecutó el Gobierno provincial: fue una reparación integral del lugar —principalmente de todos los techos del Museo—, y el arreglo del pórtico de ingreso al Parque Arqueológico, lo que obligó a desarmar toda la muestra permanente que había al momento de iniciarse la obra. El trabajo duró varios meses.

Proyectos a futuro


Cocco sostuvo que en el Parque tienen el desafío permanente de conservar el sitio, “puesto que todas las estructuras arquitectónicas de tierra cruda requieren de una protección especial, sobre todo para conservar las viviendas, las iglesias y el cabildo, que es lo que queda de remanente de la ciudad”. Subrayó uno de los proyectos es retomar las investigaciones arqueológicas: “Hace mucho tiempo que no se hacen excavaciones a gran escala para conocer un poco más de lo que ya se sabe del sitio. Entonces, pensamos que para los próximos años sería interesante retomarlas en algunos sectores del lugar”. Según el coordinador del Parque, “mucha gente cree que ya está todo excavado, pero gran parte del espacio todavía está sin explorar”.

Contó que en la época de Zapata Gollán había otras metodologías para descubrir las viviendas principales: “Por lo tanto, la idea sería poder ahondar en un solar entero y ver cómo estaban distribuidas todas las viviendas y las dependencias”. Si bien en la casa ambientada se puede apreciar todo en su contexto, Cocco admitió que su deseo es encontrar evidencias de los distintos actores sociales que vivieron, “ya sea desde los grupos indígenas, los africanos y los afroamericanos. Además, tratar de ver la cronología del territorio: qué cosas son anteriores, cuáles posteriores y cómo fue evolucionando la ciudad hasta el momento del traslado”, concluyó.

Invitación al Museo

El Ministerio de Innovación y Cultura provincial invita a visitar este viernes el Museo de Sitio del Parque Arqueológico Ruinas de Santa Fe la Vieja (Ruta Nº 1, Kilómetro 78), en el marco de los actos oficiales del 446º Aniversario de la fundación de Santa Fe, y tras las obras de restauración realizadas en ese espacio, que demandaron una inversión superior a los 10 millones de pesos.

El Museo Arqueológico Santa Fe la Vieja tiene por mes unas 5 mil visitas. La temporada alta se registra entre agosto a noviembre. Cada día, pasan por el lugar entre 400 y 500 personas, entre ellos contingentes escolares de la provincia y la región. Además, se recibe la visita de turistas extranjeros, ya sea por estudio o por atracción.


Andrés Nieres, integrante del Servicio Didáctico, sugirió que la recorrida “se haga por la tarde. Y que los asistentes se lleven el mate, y se dispongan a compartir de la naturaleza y de la historia del lugar”.