La plaza Italia, ubicada en Avenida General López al 3000, será durante tres jornadas consecutivas el escenario de una propuesta titulada "Instrucciones para cartearse", que invita a recuperar el valor de la escritura y la memoria epistolar.
El museo montará dos estaciones participativas para intervenir postales y utilizar máquinas de escribir. La iniciativa "dialoga" con la muestra que revisa las donaciones de Luis León de los Santos entre 1942 y 1971.

La plaza Italia, ubicada en Avenida General López al 3000, será durante tres jornadas consecutivas el escenario de una propuesta titulada "Instrucciones para cartearse", que invita a recuperar el valor de la escritura y la memoria epistolar.
Desde el sábado 6 hasta el lunes 8 de diciembre, de 17 a 20, el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez realizará una activación al aire libre en el marco de la exposición "Disociaciones. Obras, cartas y legajos de la donación Luis León de los Santos".
La iniciativa apunta a reponer los vínculos entre obra, archivo y comunidad a través de dos prácticas que son simples pero están cargadas de un fuerte simbolismo. Las mismas son intervenir postales y redactar en una máquina de escribir, "ecos", si se quiere, de los tiempos analógicos.
La propuesta, con entrada libre y gratuita, invita a redescubrir la belleza de la correspondencia como un puente entre las personas y también como una suerte de huella o marca cultural que atraviesa generaciones.
En un contexto dominado por la comunicación instantánea y por el vértigo de lo digital, esta activación recobra el valor de la pausa y también de la "materialidad", dándole importancia a la experiencia que supone escribir y de mandar una postal.
Las dos estaciones funcionan como prácticas independientes que confluyen en una misma intención, que es la de reactivar los vínculos que el tiempo dispersó.
El espacio para dibujar y dedicar postales invita a los participantes a intervenir imágenes, sumar palabras, construir pequeños relatos visuales o afectivos que dialoguen con la trama de la muestra.
La estación dedicada a la escritura en máquina de escribir reivindica la pausa y la conciencia del propio trazo. El objetivo es reactivar la memoria epistolar de manera tangible.
La muestra revisa las donaciones que Luis León de los Santos realizó entre 1942 y 1971, durante la gestión de Horacio Caillet-Bois, un período decisivo para la conformación de la colección del museo.
El concepto de "disociación", tomado del campo de la conservación, alude a la pérdida de los vínculos entre las obras y la información que les da contexto.
Por eso, la exposición se organiza en tres núcleos complementarios. Una selección de piezas donadas, que permite recorrer la diversidad de obras que ingresaron al museo en aquellas décadas.
El intercambio epistolar, testimonio de cómo cada obra llegó al Rosa y del vínculo entre donante e institución. Y las fichas técnicas actualizadas, dónde es posible recomponer las conexiones originales.
La muestra incluye "Degage en avant", trabajo en bronce de Hermi Baglietto, escultora de estilo clásico que se especializó en la figuración, sobre todo en rostros de mujeres y niños.
También un imponente óleo titulado "Nuestra Señora de los Desamparados". Su autora es Norah Borges, artista plástica vanguardista, hermana de Jorge Luis Borges.
Alberto Bruzzone, el sanjuanino que pretendía contribuir "a la auténtica cultura argentina en su lucha contra la atrofiante influencia de tantos 'ismos' europeizantes", está representado a través de un autorretrato al óleo, expuesto de revés para mostrar la dedicatoria del pintor.
Eugenio Daneri, pintor postimpresionista argentino, perteneciente al grupo de pintores del barrio de La Boca de Buenos Aires, está presente bajo la forma de un autorretrato, realizado con la técnica dibujo con grafito. También José Fernández Muro, parte del Grupo de Artistas Modernos, aparece con un óleo sobre lienzo.
Enrique Estrada Bello, creador santafesino que, según señaló Nidia Maidana en esta misma sección, "tiene un arraigo en lo local; recupera un imaginario litoraleño, urbano y ribereño, profundamente ligado a la gente de aquí" aparece con su obra "Vagabundo", un dibujo con carbonillas.
De Raquel Forner, la artista que quería que su pintura "sea un eco dramático del momento que vivo", los visitantes pueden ver una litografía. Y de Jorge Larco, acuarelista excepcional y escenógrafo, un autorretrato en acuarela.
Raúl Soldi, el gran creador que dejó 3000 óleos, acuarelas, pasteles y litografías, figura en la exposición a través de un trabajo en óleo, un díptico de los dos angelitos.
De Carlota Stein, de quien José León Pagano valoró "su paleta de registros tan variados que le permitió una pintura de gamas y oposiciones de ricos contrastes", hay un retrato en óleo sobre lienzo de Luis León de los Santos.
Y la obra de Alfredo Sturla, escultor que desarrolló su breve carrera artística a principios del siglo XX, se puede apreciar en un trabajo en bronce. Y Miguel Victorica, integrante del Grupo de la Boca, gran observador de los elementos cotidianos, a través de un retrato de Luis León de los Santos.




