Djokovic venció a Shapovalov y se metió en la final de Wimbledon

A un partido de la cima. Novak Djokovic avanzó a la final de Wimbledon, donde, de ganarle al italiano Matteo Berrettini, empataría a Roger Federer y Rafael Nadal con la mayor cantidad de 'Grand Slam' en la historia.

El serbio se ha clasificado hoy para su séptima final de Wimbledon, igualando la marca de Arthur Gore, Boris Becker y Pete Sampras, tras acabar con la resistencia de Denis Shapovalov por 7-6(3), 7-5 y 7-5. Sus 30 finales en los 'majors' sólo son superadas por las 31 de Federer.

Djokovic, que empezó marcando terreno con un saque en blanco, vio cómo dos juegos después encajaba el primer 'break' del partido. El descaro de Shapovalov se imponía a cualquier táctica establecida.

El canadiense se adelantaba por 3-1 en el marcador y se ganaba a la grada, que no está históricamente a favor de Novak en el All England Club. Denis llegó a servir con 5-4 para anotarse la manga inicial. Pero pagó la novatada.

El número uno, que no regala nada, recuperó un par de bolas imposibles desde el fondo de la pista que sacaron de sus casillas a su joven rival. En la posterior muerte súbita, sólo hubo un dominador y ese fue el campeón de 19 grandes, que aprovechó el regalo de una doble falta para poner la primera piedra hacia la final.

Shapovalov decantaba a su favor los puntos más espectaculares, pero perdía todos los importantes. El resumen del partido se puede concentrar en lo que pasó en el cuarto juego del segundo set. El canadiense se puso con 0-40 y no logró la rotura. Entregó otra vez su servicio en el undécimo asalto con otra doble falta.

La tercera manga fue un calco de la segunda y acabó con otro 'break' en el undécimo juego. Adiós Shapovalov.

Djokovic va lanzado para convertirse en el quinto jugador capaz de encadenar victorias en los tres primeros grandes del curso después de Jack Crawford (1933), Don Budge (1938), Lew Hoad (1956) y Rod Laver (1962 y 1969). Eso significa que Novak ha ganado sus 20 compromisos este año en los 'majors'. Sería el tercer entorchado seguido en la catedral del tenis, algo sólo a la altura de Björn Borg, Federer y Pete Sampras.

Nomal, con todo lo que es y todo lo que ha hecho, que al mejor tenista del planeta le moleste que los aficionados presentes en Wimbledon aplaudan mucho más a cualquiera de sus adversarios que a él. Por eso Goran Ivanisevic, entrenador del tenista de Belgrado, no dejó de animar para que su pupilo sintiera algo de apoyo.