La historia y el sueño olímpico del santafesino que busca representar al país en las Sordolimpiadas de Tokio
Martino Tempo, un joven de 20 años, fue convocado a la Selección Argentina de fútbol 11 de sordos. Junto a su familia, vive la emoción de un logro que nació del esfuerzo, la superación y el amor por el deporte. Ahora, buscan colaboración para cumplir una meta más.
La historia y el sueño olímpico del santafesino que busca representar al país en las Sordolimpiadas de Tokio
“Soy Martino Tempo, tengo 20 años y desde los 3 años llevo un implante coclear tras quedar sordo bilateral por una enfermedad llamada meningitis”, se presenta el joven santafesino en un video que se viralizó en estos días. El futbolista, que hoy está entre los 23 mejores para defender la celeste y blanca, define esa etapa como “el primer gran desafío de mi vida”.
Con una sonrisa serena y la humildad de quien ya superó demasiado, Martino relata cómo el fútbol se volvió su cable a tierra, su refugio y, ahora, su pasaporte para cumplir un sueño: representar a la Argentina en las Sordolimpiadas 2025, que se desarrollarán en Tokio del 15 al 26 de noviembre.
Martino y Daniel Tempo visitaron El Litoral para contar su historia de resiliencia.
Una infancia marcada por la fuerza
Su papá, Daniel, revive aquellos años con la voz entrecortada. “Martino nació sano, pero a los 15 meses una meningitis bacteriana lo dejó internado casi un mes. Estuvo con respirador, fue durísimo. La medicación que le administraron le salvó la vida, pero una de las secuelas que podía tener era la pérdida de audición”, recuerda.
A los tres años recibió su implante coclear. “No es que se lo ponés y escucha. Es digital, se calibra, se trabaja con terapias y mucha paciencia. Aprendimos juntos. Él nos enseñó a vivir”, cuenta Daniel, emocionado.
Con esfuerzo, Martino asistió a jardín y escuela común, integrándose con niños oyentes. Mientras tanto, su familia nunca dejó de buscar terapias, acompañamiento y oportunidades para que su hijo creciera en igualdad.
"Mi historia con el fútbol empezó desde chico. Para mí es una pasión y me hace sentir libre", dice el joven.
El fútbol como camino
“Empecé a los cinco o seis años en una escuelita. Me divertía mucho, después pasé a la UNL y seguí creciendo”, recuerda Martino. En 2018 dio el salto a la Liga Santafesina. “Antes jugaba por diversión, pero en la Liga aprendí el trabajo en equipo y la disciplina”.
Sin embargo, convivía con una ansiedad constante. “A mí jugar al fútbol me hace sentir libre, pero jugaba en la Liga lo hacía con miedo a que el implante se me caiga o se rompa y estaba muy ansioso todo el tiempo. Hasta que decidí probar otra forma: me uní a la Asociación de Sordos de Santa Fe (ASORSAFE) quienes me guiaron un montón. Sin implante, me sentí libre”, confiesa.
"Nuestro viaje a Japón está en riesgo, no estamos recibiendo ayuda", dicen desde Los Toros.
Una convocatoria inesperada
Fue en un torneo nacional en Misiones donde la historia dio un giro. “Me vieron jugar y se me acercaron los técnicos. Me pidieron mis datos y me dijeron que estaba convocado para la Selección Argentina de Sordos. No lo podía creer. Era mi sueño”, cuenta con una mezcla de timidez y orgullo.
Desde entonces, Martino entrena cada fin de mes con el equipo. “Hace poco me confirmaron entre los 23 que van a las Sordolimpiadas. Estoy feliz”, dice. Su papá lo mira y sonríe, con lágrimas contenidas. “No hay palabras. Para nosotros, esto es un milagro.”
“Hace poco me confirmaron entre los 23 que van a las Sordolimpiadas. Estoy feliz”, cuenta Martino.
El fútbol silencioso, jugar con la mirada
El fútbol silencioso tiene sus propias reglas. “Los árbitros no usan silbato, sino directamente utilizan las banderas. Todo se comunica con gestos y nadie puede usar audífonos ni implante”, explica Daniel. Antes de competir, cada jugador debe presentar una audiometría certificada por el comité internacional.
Martino se adaptó rápido a ese lenguaje visual. “Hay que mirar mucho e interpretar todo más rápido. Hay respeto y compañerismo”, relata el joven emocionado, con una gran sonrisa, demostrando que el fútbol también se puede sentir sin sonido.
Hoy, Martino combina los entrenamientos con su carrera de Kinesiología en la Universidad del Gran Rosario. “Me gusta mucho. Primero pensé en ser profe de educación física, pero elegí la kinesiología, que también está muy relacionada con el deporte”, cuenta.
Su historia inspira y emociona. “Él nos enseñó a vivir”, repite Daniel. Y Martino no para de remarcar un especial mensaje para otros jóvenes: “Con perseverancia y esfuerzo se pueden cumplir los sueños. Yo quiero representar a Santa Fe y a la Argentina, y demostrar que nada es imposible”.
La noticia de la convocatoria los llenó de orgullo, pero también de un nuevo desafío: los costos del viaje. “Las Sordolimpiadas son totalmente amateurs. Empezamos una movida en redes y la respuesta fue increíble. La gente se sumó con lo que podía, con cariño y apoyo”, cuenta Daniel.
Empresas, amigos y desconocidos se unieron a la campaña solidaria. “Hace tiempo otro de los chicos de Santa Fe seleccionados, Iván Moietta -corondino-, está con esta movida también.No se trata solo de dinero, sino de visibilizar. De que se hable del deporte adaptado y de las oportunidades que merecen estos chicos”, agrega el padre.
Hoy, "Los Toros" están muy complicados para participar del evento deportivo internacional: "Nuestro viaje a Japón está en riesgo, no estamos recibiendo ayuda. A pesar de que venimos de ser campeones panamericanos, estamos a punto de no poder participar de las Sordoolimpiadas", dicen en un comunicado oficial los futbolistas argentinos que ansían con viajar y representar al país.
Si querés acompañar a Martino -y a otros jóvenes sordos- en este sueño de llevar los colores de Santa Fe y de la Argentina a las Sordolimpiadas de Tokio, podés hacerlo con tu aporte al alias martinotempo. -con punto al final-. Cada gesto cuenta y acerca un poco más a este joven santafesino a su meta.