Roger y Nole, la gran final

Dpa

La catedral del tenis tendrá el domingo una final de Wimbledon de lujo entre el serbio Novak Djokovic, que quiere ratificar su supremacía como número uno, y el suizo Roger Federer, que enfrenta quizás su última gran chance de sumar otro título de Grand Slam.

La gran final incluye, además, el condimento de la revancha, pues Federer querrá cobrarse su caída ante Djokovic el año pasado, en un ajustado 6-4 en el quinto set en el césped del All England.

La recompensa es tan alta que conlleva una gran carga de presión y responsabilidad. ‘Es la final de Wimbledon, es el partido más importante para cualquier jugador. Voy a prepararme para dar lo que se espera de mí en la pista‘, dijo el serbio tras alcanzar su cuarta definición en el All England, donde ganó en 2011 y 2014.

El exitoso andar de Djokovic en el circuito se sostiene desde hace cinco temporadas: en julio de 2011 alcanzó la cima del ranking por primera vez, luego fue número dos, y desde julio del año pasado que se mantiene como el rey del tenis.

‘Novak ha tenido un increíble éxito en su carrera, pero especialmente en los últimos años porque ha sido increíblemente dominante, especialmente en pistas rápidas y ha mejorado mucho sobre césped‘, elogió Federer, quien ganó 20 de los 39 duelos ante Djokovic.

El del domingo será el decimotercer choque en un torneo de Grand Slam entre ambos, igualando los duelos entre el propio Djokovic y Rafael Nadal como máximos enfrentamientos en la historia de los torneos grandes.

Camino a la definición, el suizo ‘ahorró‘ más de tres horas de juego que su rival: Djokovic totaliza trece horas y 4 minutos mientras que Federer, nueve horas y 58 minutos en pista.
Federer, número dos, enfrenta quizás una de sus últimas oportunidades de sumar otro Grand Slam a los 17 que posee en sus vitrinas.

Pero a tres semanas de cumplir 34 años, el suizo está exhibiendo nuevamente su mejor tenis. ‘He jugado uno de los mejores partidos en mi carrera‘, reconoció Federer sobre la victoria en sets corridos sobre el británico Andy Murray, que incluyó un repertorio de sus mejores lujos.

¿Le pesa al suizo la final perdida en 2014? ‘No pienso realmente en el partido que jugamos el año pasado. Estoy feliz de estar nuevamente en la final, es siempre una gran ocasión para mí‘, dijo Federer, que el domingo jugará su décima definición en el All England Club.

Para tener buenas chances de llevarse el título, el suizo deberá mantener el nivel de sus servicios: en seis partidos ha cedido su saque apenas una vez, en los cuartos de final ante Gilles Simon.

Djokovic, por su parte, estuvo cerca de marcharse prematuramente de Londres en los octavos de final: tuvo que revertir una desventaja de dos sets a cero ante el sudafricano Kevin Anderson. Luego, avanzó cómodamente con victorias en sets corridos ante Marin Cilic y Richard Gasquet.

Ambos llegan en gran forma y desplegando un tenis vistoso. Sus principales armas se contrarrestan mutuamente: el servicio de Federer verá amenazas en la devolución de Djokovic, y el serbio tendrá un gran desafío en neutralizar los saques del suizo.

Si alza el título, el serbio igualará los tres trofeos en la catedral que posee su entrenador, el alemán Boris Becker. Para Federer, está la chance de convertirse en el máximo ganador de Wimbledon, con ocho coronas, superando las siete que comparte con el estadounidense Pete Sampras.

La final del torneo de tenis más emblemático difícilmente pueda pedir más para la previa.

Los precios de las entradas así lo ratifican: en sitios de reventa se piden hasta 15.500 dólares para un asiento en la pista central, que originalmente cuesta 160 libras (248 dólares) para aquellos socios que adquirieron paquetes de entradas por cuatro años y tienen derecho a revenderlas.