El artista que fusiona el hip hop con diversos aportes vocales e instrumentales, apostando a la fusión de géneros, cerró en septiembre su primer álbum solista, que comenzó con singles y pasó por el EP “Verbo intransitivo” hasta llegar a este formato definitivo. Cerrada la etapa, El Litoral habló con el solista para repasar este ciclo y empezar a pensar en lo que se viene.
El viernes 16 de septiembre, Germán Croci (o Croci a secas, tal como elige presentarse artísticamente) publicó en plataformas digitales el single “Todo está demás”, completando su primer álbum, “Sujeto tácito”. La grabación tuvo lugar en Garage Studio (Santo Tomé, Santa Fe), con la producción musical de Matías Pallero (también a cargo de la mezcla) y el propio Croci. El arte de tapa es un dibujo en lápiz realizado por Diego Olmedo, con la producción digital, logo, tipografía e intervención de Valentín Sarmiento.
Ahora, con tres canciones más, ese material se expandió a “Sujeto tácito”. Y El Litoral conversó con el solista para darle cierre a este proceso, repasar la experiencia de hacer un álbum a la luz pública, adelantar la presentación en vivo y aventurarse un poco en la nueva etapa.
Contrastes
-¿Cómo fue el tránsito de “Verbo intransitivo”, que ya se planteaba como “primer episodio”, a este “Sujeto tácito”? Que en realidad son los últimos tres años de tu carrera.
-Sí: más allá de que son tres años de mi carrera, y tres años de grabar un disco (porque son verdaderamente son tiempos bastante largos para grabar un disco), son tres años de mi vida, con todo lo que implica. Son tres años de poder problematizar cada canción, más allá de que cada canción tiene un tema específico, para mí es un momento de ocho canciones, son tres años en poder llevar a cabo un proceso muy personal.
Para mí el disco es un proceso personal, y poder finalizarlo, poder tomar la decisión, para mí también es muy importante: porque podemos estirarnos en 15 canciones. Me parece que estaba bueno tener un disco de ocho canciones y sacarlo con un tema nuevo: sale con “Todo está demás”; nos faltaba un género por incorporar, me parece que estaba bueno incorporar un poco de folclore con muchos vientos, bombo legüero, charango; hay mucha instrumentación grabada. Y con otro nombre más: “Sujeto tácito”, para retirarme un poco de las canciones tan personales y dejarlo al público.
-Salirte del yo un poco.
-Exactamente, de eso se trata.
-Hay un sujeto que está ahí tácito.
-Un poco mi intención es yo retirarme para esto que siempre me cuestioné: siempre problematicé muchas cosas puntuales de experiencia vivida. Entonces estaba bueno ese contraste; porque es puro contraste para mí el disco: si hay algo que lo identifica es el contraste en la música, en los instrumentos...
-En los géneros.
-Sí.
-El primero de esta segunda tanda fue “Te raspa un poco el ego”.
-Sí con el Flaco Ferrero, empezamos en esa etapa. Ese está con videoclip, después salimos con lo que fue con Avril Lerman con “Me siento bien”; y finalmente “Todo está demás”.
“Hay escritos que van apareciendo, pero me gusta no tener nada preparado, tan explícito así como fue esto”, comenta sobre el futuro. Foto: Gentileza Alberto Ruiz
Revisar todo
-Hablabas de problematizarte. ¿Cuánto cambió tu mirada sobre algunas cosas, o cuántas “sanaciones” o resoluciones personales hubo en ese proceso? Que vos digas: “Si escuchás ‘Queman’ está esto, y en ‘Todo está demás’ lo resolví”.
-Si bien (como siempre hemos dicho) es un disco temático, hoy que lo cierro y lo vuelvo a escuchar por completo interpreto que hay un trabajo hecho; y de algunas cuestiones trágicas (que son inevitables porque son cosas propias de la vida: no estoy hablando de cuestiones que me pasan a mí sino que le pasan a todos, o a algunos), me parece que lo importante es qué pude hacer con eso, con los tiempos y con estos tres años, responder una atrás de la otra las canciones. Y tratar de hacer algo con eso: sentirme un poco mejor con las cuestiones que uno problematiza, que no dejan de ser la finitud, la muerte, cuestiones de proceso, de cómo se van construyendo nuestros recuerdos: cómo cuenta cada uno su discurso, su historia.
Hay un tema que es “Me siento bien”, que era un desafío. Más allá de todo esto, algo uno puede simbolizar de todo de todo el trabajo que venía problematizando. Y con “Todo está demás” vuelve al contraste, de “bueno, más allá de todo lo que puedo decir también está todo un poco de más” (risas); porque hay muchas voces, hay muchos discurso.
Lo loco es que el otro día me daba cuenta de que empecé con un tema que se llama “Queman”, y “Todo está demás” también tiene una puntuación bastante importante en lo que es la destrucción al planeta, las quemas que hay; sin darme cuenta me pasó. El disco empieza personal, de esas emociones que queman, y termina exteriorizado en cosas que se queman.
-En esa autoconsciencia, ¿cuánto de formación por el lado del psicoanálisis tiene que ver en esa capacidad tuya de poder poner en palabras esas cosas?
-Mucho, hay varios factores ahí: primero el análisis propio (risas), que siempre ayuda a los disparadores de las canciones; creo que si no hay preguntas, si no hay una reflexión sobre lo que uno quiere escribir, es muy difícil escribir una letra. En el medio aparecen mis clases de rap con los niños, que me hizo entrenar mucho más la escritura: mucho más de lo que yo venía haciéndolo; y seguir preguntándome, así que hubo un trabajo ahí muy interesante.
-Es un ida y vuelta: uno enseña, pero aprende.
-Exactamente. Encontrarme de nuevo también con cuestiones gramaticales: otra vez con los nombres como “Sujeto tácito”, revisar bien si estaba bien poniendo ese nombre. Siempre está directamente relacionado con lo que es la lectura, un poco el preguntarse y un poco en mi andar en la pregunta con el otro.
-El video de “Queman” es una sesión con vos mismo, hay como una manifiesto de decir “acá me analizo a mí mismo desde otro lugar”.
-Sí, es un juego raro, porque es medio difícil analizarse a uno mismo: siempre se necesita de un otro. Pero quise dejar un poco explícito en un primer momento eso: que no había algo que estaba diciendo por decir, sino que había algo que me estaba escuchando. Y ponerme en estos lugares: un Germán bastante crítico y otro que está escuchando. El disco pasa mucho por ahí.
Paleta vocal
-Yendo más a la cosa sonora, es un disco que tiene muchas voces invitadas: María Nela Pini (“Queman”), Selene Rozycki (“No soy tan místico”), la “Tana” María Monti (“Es la primera vez”), Agustín “Flaco Ferrero (“Te raspa un poco el ego”), y Avril Lerman (“Me siento bien”). En algunos casos más protagónicas, en otros están más atrás; pero siempre destacado como feat. Y habiendo diferentes géneros y paletas estilísticas, siempre vas buscando en una voz que no es la tuya alguien que te dé ese color de la canción.
-Sí, tener a otra persona invitada me abre mucho el panorama; me resuelve muchísimas cosas, obviamente: creo que también entra en el género esa persona, que yo identifico que tenga que ver con ese género. Y además hay una posicionamiento político, se podría decir, con respecto a cómo uno maneja un proyecto como maneja uno lo que está haciendo, las decisiones.
Detecto que un poco se ha perdido esa de invitar a otros en la grabación de un disco. Bueno, ahora volvieron un poco más las colaboraciones, los feats; pero quería un disco en el que verdaderamente esté el poder construir con el otro, que el otro también cuente con vos en un disco; y que se arme un poco esa fraternidad con lo que uno va pensando y construyendo. Me parece importante recuperar eso.
-También está esa cosa de que cuando sos el solista y te ponés el proyecto el hombro, ver cómo se juega lo colectivo.
-Si bien está mi nombre al frente, valoro muchísimo a la banda; aparte estoy tocando con músicos increíbles. Entonces que a ellos también les termine cerrando el proyecto, que les termine gustando, que vengan contentos a los ensayos (que no sea una cuestión de bueno de obligación) y hacerlos sentir parte, más allá del nombre propio, está bueno. Está bueno que pase algo nuevo, que haya olores y matices nuevos en la música y dentro del género del rap; y que no termina el rap anclado en lo que es la cuestión pista digital, beats, y que la música sea en vivo. Que es un desafío para llevarlo al escenario ahora.
-De hecho es un disco donde lo instrumental tiene una gran presencia; y un gran desafío porque si bien ahora tenés una formación estable, en el disco toca un montón de gente variada. Todos muy destacados en lo suyo, como para poder darle esa diversidad de que haya tango, folclore, rock, funk. Hubo que entusiasmar a mucha gente para que se sube a este bote.
-Sí, siempre digo: si bien este disco fue pensado con Matías Pallero a la par mía, desde un principio el planteo fue tratar de rescatar a la gente que un poco lo adoptó en el camino. Ejemplos puedo dar un montón, de toda la gente que está invitada; pero creo que muchos de ellos en el camino me han adoptado, en el sentido de que a muchos no los conocía, y mis anteriores proyectos les han gustado, se han acercado, me han mandado mensajes. Bueno, tenerlos en cuenta, porque entiendo que es un ida y vuelta todo el tiempo.
-¿Quiénes están hoy en la banda estable?
-Matías Pallero como productor y guitarrista; Alex Russell-White en el bajo; Vicente Flores en las teclas; Juancito (ex Utopa) está la bata. Y después las voces femeninas las voy a reducir en dos voces fijas en el vivo: la Tana Monti y María Nela Pini. Ellas van a interpretar todas las voces; después si ese día del show el Flaco está, subirá; pero la idea es que las chicas puedan interpretar todas esas voces que fueron grabadas.
Dupla creativa
-¿Cuál fue el aporte de Matías desde la producción y desde las ideas musicales? Además de haber tocado todas las guitarras, y eso junto con tu voz, le da unidad más allá de la mutación entre los temas?
-Muchísimo. Inmediatamente que yo salgo de un proyecto, que era Furor Sanandi, él enseguida me mete al estudio y me dice: “Continuá, vamos a ver qué hacemos”. Yo estaba en esa cuestión más crítica, un poco más expresiva en el escenario, un poco más volada.
-Con más ganas de pelearte con el mundo.
-Claro, no sé si enojado, pero tenía ganas de decirlo de otra manera. Con él aprendí a bajar un cambio. Él se ha puesto al hombro también lo que es su estudio de grabación: grabar no es nada fácil acá en Santa Fe, ni en ningún lado.
-Y grabar con muchos músicos, menos.
-Exactamente. Y sobre todo la producción, porque fue una manera de construir desde las letras; llevar una letra y entre los dos pensar: “¿Para dónde va? ¿Para qué género puede ir?”. Él me ayudó mucho en guiarme en eso, en construir este disco; en aportar las violas, en aportar las bases. Y después todo lo que fue para ahí fuimos juntos, pero la verdad es que de un disco que es de los dos.
-Es una construcción diferente porque generalmente se empieza sobre el beat. Acá no, acá estaba el texto primero.
-Exacto, y creo que va a ser así, por lo menos por un tiempo (risas). Pero sí, siempre está la escritura primero, y siempre me parece importante presentar la escritura para ver qué sonido, qué colores, qué tranquilidad o qué fusión le vamos a poner a eso.
-¿Y cómo es ese momento de escritura pura?
-Eso también ha cambiado. Hace tres años. Antes me preocupaba cuando no podía escribir; hoy ya no me preocupo tanto.
Siempre son disparadores que salen en los momentos menos pensados. Voy caminando por la calle y sé que hay un disparador, sé que eso en algún momento va a caer; si ese disparador me llamó la atención, porque después hay un montón. Y no hay un momento, no hay una noche; siempre hay algo clave que después lo desarrollo en algún momento. No hay tiempos tampoco; antes sí me lo cuestionaba un poco más: “Bueno, ahora en una semana tengo que terminar esta letra”.
-Va acumulándose en el tiempo, construyéndose.
-Exacto.
Hacia adelante
-Ahora el disco está publicado. ¿Cómo sigue la cosa?
-Ahora estamos ensayando cada 15 días, porque estoy tocando con músicos que no necesitan ensayar todos los domingos seis horas (risas). Estamos preparando un show, que queríamos presentarlo ahora fin de año; pero sabemos que la agenda está complicada en todos los lugares. Así que estamos armando un show que tenga todas las características de la presentación de un disco: que tenga visuales, intervalos; que vos te pueda sentar a ver un show con una luminaria, con cuestiones interesantes. Y un pre recital que no estemos acostumbrados, como las bandas soportes, sino que haya algo distinto también en lo previo.
-Romper un poco los códigos.
-Claro, y que también habite un poco las cosas que yo hago; si bien son todas las cuestiones autogestivas que hago con respecto a lo cultural, también unificar eso me interesa.
-¿Hay un poco de “nido vacío” en algún sentido, hay un poco de expectativa por lo nuevo, o las dos cosas?
-No sé si hay un “nido vacío”, estoy bien en ese sentido; me siento bien con el lanzamiento: siento que estoy cómodo, siento que hay una etapa que está buenísima, que pude hacer lo que tenía más o menos pensado. Más o menos digo porque lo fui construyendo, no es que tenía programado. Y creo que este disco, al abrirlo tanto y tener tanta diversidad, me permite ya pensar también y animarme a otras cosas, que es un poco esto de tener tanta intervenciones de músicos, que a lo mejor vos no lo podés resolver y te lo puede resolver otro. Animarme yo también a hacerlo. Creo que en “Todo esta demás”, hay un poco de eso: con Matías metimos las voces folclóricas entre los dos; en vez de invitar a alguien del palo del folclore lo hicimos nosotros. Y animarnos un poco más a eso: a hacer un disco que pueda seguir abriendo las capacidades y la confianza de grabar un disco.
-Pero todavía no hay ideas decantadas, es como que necesitás también parar, bajar un poco la cabeza.
-Sí. Ahora estoy pensando en el show. Los temas, si bien van a sonar con la instrumentación que tienen, también me gusta que se reversionen un poco en el escenario, que superen el disco: no que suenen como en el disco, al contrario.
Hay escritos que van apareciendo, pero me gusta no tener nada preparado, tan explícito así como fue esto.
-Correrte también de la autopresión.
-Claro. Y tampoco copiar este disco, que fue una canción de cada género. No sé dónde va a terminar lo que viene, ya estamos laburando en eso, pero estoy con la cabeza en el show: tengo muchas ganas de subir a tocar, porque hace cuatro años que no me subo al escenario (risas).
-En el medio pasaron cosas.
-Sí, tengo colaboraciones hermosas ahora, como para ir entrando en calor, con mucha gente. Pero estoy pensando en el show, que es lo que más lo que más quiero. Me gustaría un formato más sala, más teatrito: que te puedas sentar tranquilo y ver un despliegue ahí, disfrutando de la presentación de un disco, con un montón de cuestiones culturales que me interesa incorporarle, más allá de lo musical.