La mítica banda platense Guasones se presentará el sábado 5 de julio en el Club Echagüe de Paraná. Con más de tres décadas de trayectoria, Guasones continúa demostrando por qué es una de las bandas más representativas del género en el país.
La banda platense se presentará en la capital entrerriana dentro de la gira nacional 2025. En diálogo con El Litoral, el guitarrista Maximiliano Tymczyszyn habló de su último material en vivo, “Acústico Gran Rex Vol. 2”, y de las vivencias de una banda con tres décadas de recorrido.

La mítica banda platense Guasones se presentará el sábado 5 de julio en el Club Echagüe de Paraná. Con más de tres décadas de trayectoria, Guasones continúa demostrando por qué es una de las bandas más representativas del género en el país.
Con nueve discos de estudio y tres álbumes grabados en vivo, Guasones sigue conquistando corazones. En julio de 2024, lanzaron su décimo disco, el segundo en formato acústico, grabado en vivo en el Teatro Gran Rex.
Las entradas están disponibles a través del sitio web www.harlem.com.ar; se pueden abonar en hasta seis cuotas sin interés con tarjetas de crédito de Banco Entre Ríos o Banco Santa Fe.
Anticipando el show, El Litoral conversó con el guitarrista Maximiliano Tymczyszyn, cofundador del grupo junto a Facundo Cruz Soto (voz y guitarra) y Damián “Starky” Celedón (batería), en una formación que se completa con Esteban “Pato” Monti (bajo), Matías Sorokin (guitarra) y Yamil Salvador (teclados).
-En esta gira volvieron al formato más eléctrico después de la experiencia acústica, como había sido el show de Gran Rex. ¿Cómo es reconectarse y volver a la ruta con el formato más convencional de Guasones?
-Para nosotros es nuestro ámbito natural; hay que cambiar el chip para hacer lo otro, porque nos aleja de nuestro ámbito normal. Ahí se dedican muchas horas para que las canciones tengan un formato diferente, y poder entrar en la onda de lo que queremos tratar de conseguir con el tema del acústico. Pero volver es muy simple: es prender el amplificador y se terminó. Es un click.
-¿Cómo están viviendo esta gira nacional 2025?
-Bien: por suerte contentos, relajados, sin apuro de tener que andar persiguiendo grabar cosas ni nada por el estilo. Disfrutando mucho: no estamos haciendo gran cantidad de shows, pero sí estamos haciendo los que tenemos ganas de hacer.
-¿Cómo viviste esos esas dos noches en el Gran Rex, desde el escenario, en el momento que estaba pasando?
-Es un momento lindo, sobre todo por un trabajo que uno hace previo. Después hay cosas que salen mejor, peor; por ahí tendríamos que haber arrancado con la gira nacional que hicimos después de los Rex con los acústicos, para llegar al Rex. Tendríamos que haberlo hecho al revés, como para poder llegar un poquito más finos con el tema de la grabación, porque eso se grabó y quedó así como como estaba. Está muy bien, quedó bárbaro, pero si hubiésemos arrancado la gira al revés hubiese estado un poco mejor.
El momento muy lindo, y después que van pasando los shows, y va pasando el tema de estar tocando acústico, la necesidad de volver a tocar eléctrico es más fuerte que todo.
-En 2013 habían salido el primer acústico ¿Por qué nació 10 años después estoy de decir: “Volvamos a este formato, para jugar un rato”?
-Siempre nos gustaron los discos acústicos, hay un montón de artistas que nos gustan que tienen su carrera doble, como Neil Young, por ejemplo; que tiene su carrera solista de canciones acústicas y su banda eléctrica. Siempre nos gustó un poco esa esa dualidad. Y también somos de la generación de los de los Unplugged de MTV, era muy lindo todo lo que pasaba en ese momento con las versiones acústicas.
Cuando lo hicimos en 2013 nunca pensamos que iba a ser un disco que terminó siendo importante; con canciones que sonaron un montón, y versiones que salieron a partir de ahí, como “Pasan las horas” y algunas más.
Mucho tiempo después nos pedían que volvamos a tocar acústico; para nosotros era una responsabilidad grande, porque no queríamos agarrar la guitarra acústica y salir a hacer un fogonazo. Había que dedicarle un montón de tiempo a que las versiones tengan un buen marco.
Y ahí surgió el tema de poder volver: tanto nos pidieron que volvamos a hacer aquel acústico aquel que le dimos una vuelta nueva de rosca: con versiones nuevas, con arreglos nuevos, con todo nuevo. Nos dedicamos un rato a armarlo y lo pudimos hacer de vuelta.
-Lo que incorporaron esta vez también fue este docu-show que hicieron con Vicente Linares, que permitió mostrar los camarines, ensayos, viajes. ¿Cómo fue abrir un poco la intimidad de la banda al público?
-Muy natural. Lástima que se mostró solamente en Flow, en algún momento estará libre para que lo puedan ver. Vicente es amigo, trabaja con nosotros; era trabajar con gente con la que uno se conoce y la intimidad era más de lo mismo. No afecta para nada la vida de la banda, cuando pasa eso está todo bien.
-Es alguien que es del equipo, no es invasivo tener una cámara prendida.
Claro, totalmente; cuando hay gente que viene de afuera, por ahí la cosa es más rara. Pero como son todas todos chicos que trabajan con nosotros siempre, era más de lo mismo. Y de hecho tenemos montones de cosas grabadas por ellos mismos, de giras que han venido con nosotros, han filmado y tenemos un montón de material de ellos.
-Se podrían hacer más documentales en cualquier momento.
-No creo que sean interesantes, por eso no los hacemos. En algún momento alguna cosa, va a volver a a salir a la calle, porque hay un montón de cosas filmadas. Después a eso también hay que hacerle un laburo, tampoco es que agarrás la filmación, la cortás y la subís a YouTube. Pero en cualquier momento nos agarra la loca y empiezan a subir cosas.
-Hablando de gente con la que uno se vincula de diferentes maneras, en esas noches estuvieron invitados variados: Leiva, Juanse, Jimmy Rip, Joaquín Levinton, Emi Brancciari y Santi Motorizado. ¿Cómo es compartir escenario con artistas que son (con referencia a ustedes y entre ellos mismos) de diferentes generaciones y estilos?
-Con todos tenemos cosas en común, si no, no sucede. Santi Motorizado por ahí es con el que menos nos hemos cruzado; pero es platense, tenemos un montón de puntos de contacto.
Con todos los demás, Juanse está más cortado de generación, porque es una generación arriba nuestro, pero son parte de nuestras raíces: es más conocido que todos los demás para nosotros.
-Es el prócer del rock and roll.
-Sí, claro: crecimos con su música y hasta el día de hoy uno escucha esos discos de los Ratones, que son parte de nuestra formación musical. Entonces tenerlo ahí es un gusto grande.
-Después de más de 30 años de andar en la ruta, ¿cómo se equilibra dentro de la banda esta fidelidad al estilo o al género, con la necesidad también de salir a buscar lo nuevo o querer sonar fresco?
-Es que nunca queremos sonar como algo nuevo (risas), en todo caso queremos sonar como algo viejo. Nuestra búsqueda siempre fue por sonidos viejos, por formatos de banda, de gente tocando arriba del escenario. Nunca tratamos de buscarle la vuelta para acomodarnos a lo que pasa en la escena. De hecho, nunca la música que hacemos estuvo cerca de estar de moda ni nada que se le parezca, y no nos no nos importa; no nos interesa, va por otro lado lo que hacemos.
Está bueno, porque se vive de un lado relajado: no estás persiguiendo ponerle el look o hacer el featuring con el artista de moda o lo que sea. Totalmente algo que no tiene nada que ver con nosotros.
-La pregunta iba más a cómo ser uno mismo renovándose dentro de lo que uno hace. Cómo se le busca la vuelta cuando uno hace nuevas canciones y nuevos discos, y estar buscando algo que no sea lo mismo que uno ya hizo.
-El crecimiento de la banda siempre es algo que está, aunque uno no lo vea; porque uno lo vive día a día. Después cuando uno va grabando los discos, y va escuchando disco a disco, te vas dando cuenta de que la banda de una forma u otra va mutando: ya sea por oficio, por cantidad de horas que tocamos juntos, por conocimiento, por cambios en los gustos musicales. Es algo que se va dando de forma natural, no es algo que uno va persiguiendo.
Después de tantos años, teniendo los discos en la mano, te das cuenta de que la cosa fue mutando. Pero no es una búsqueda, es algo que va cayendo por su propio peso. Por lo menos es lo que nos pasa a nosotros.
En cuanto a repetirse, cuando uno va por el disco número diez, en un momento escuchás que todo es repetido, porque sos vos mismo tocando en un disco, en las canciones, en tus gustos, en un montón de cosas. Tiene una complejidad extra: hay un montón de cosas repetidas porque es la misma persona tocando música.
-¿Cómo se sostiene un grupo humano a través de tanto tiempo andando, más allá de algún cambio de integrantes?
-Creo que el secreto más grande es realmente compartir lo que lo que queremos, que es la banda, la música; a partir de eso todo lo demás es mucho más fácil. Porque podemos ser muy distintos en la vida, en las creencias de cualquier cosa; pero cuando nos colgamos los instrumentos, y la cosa fluye, es mucho más fácil todo lo demás.
-¿Qué se viene para segunda mitad de del año y hacia adelante para Guasones?
-Tenemos un montón de shows programados de aquí a fin de año. Y estamos pensando en empezar a hacer algunas grabaciones, pero son solamente charlas, ideas sueltas y cosas.
También el tema de que no tenemos que perseguir grabar un disco de diez, 12 canciones: es mucho más simple porque agarrás lo que querés, lo grabás y vas viendo qué pasa; lo sacás suelto. Es muy delirante esta modernidad, pero en ese sentido te relaja de que no tenés que estar meses encerrado trabajando canciones del disco para empezar y terminar.
-También hay una conexión vintage, porque es como volver a probar con los singles antes de que salga el disco.
-Sí, puede ser, pero estaban los estaban las canciones para los discos. Ahora hay artistas hay artistas que tienen tres canciones y llenan un estadio: son cosas raras que pasan. Pero bueno, bienvenido.
-¿Qué sentís cuando ves imágenes de la banda en los 90, en La Plata, vistas desde hoy, desde decir: “Lo hicimos, hicimos una carrera con proyección internacional, somos esto”?
-Es fuerte, porque pasaron muchos años y todavía estamos andando, eso es increíble. Cuando arrancó la banda, nunca nadie pensó que íbamos a durar lo que íbamos a durar, que íbamos a tener la carrera que tenemos y que seguimos teniendo. Ahí hay una complejidad extra. Pero es fuerte verse con el pelo de color.
Igual es mejor verse que escucharse, porque está toda la adolescencia y todas las hormonas ahí. Está buenísimo escucharse, porque ahí había un montón de ideas que estaban ahí; las escuchó y me siguen gustando muchísimo, pero también están todas las falencias del adolescente que quiere pasar por encima todas las etapas.
-Visto desde el aprendizaje que hay en el medio. Pero de todos modos es positivo: estaban bien aquellos pibes.
-Es recontra positivo y me parece súper natural también que así sea. Me gustan las bandas como las de nuestra generación, que se fueron haciendo con los shows, con los años, con los ensayos. Los discos había que grabarlos tocando dentro de un estudio, no había chamuyo: los primeros discos los grabamos en cinta, no había verso.
Recién aparecían los ProTools y todas las herramientas digitales para mejorar; hoy una banda de primer disco puede sonar increíblemente perfecta; en ese momento no había chance, había que tocar. Todo ese aprendizaje suma un montón, está buenísimo. No reniego de lo que pasa ahora, porque está buenísima también. Pero bueno, lo que nos tocó a nosotros estuvo muy lindo.
-Lo que tocaban en el estudio lo podían tocar en vivo.
-Sí, y en vivo tocábamos mejor que en el estudio. Porque era una semana de estudio, en una carrera entera, y nosotros nos las pasábamos tocando. La banda siempre se caracterizaba por eso: sorprendía con lo que pasaba en vivo; y después lo que se grababa era una cosa media a los ponchazos; aparte estábamos aprendiendo: cuando te metías a grabar era toda una experiencia nueva.
Ahora ya somos señores con muchos kilómetros, horas de estudio, herramientas y un montón de cosas. Los últimos discos los grabamos con la banda sonando en vivo, con muy pocas grabaciones extra. Y la banda suena igual en vivo que en una grabación. En ese momento no: había otra complejidad, una falencia de trabajo dentro de un estudio que era lógica para una banda de poquitos de poquitos años.




