En este 2023 se cumplen 25 años de la salida del primer disco de Kapanga “A 15 cm de la realidad” y la banda decidió festejarlo como se merece: tocando el disco completo con una gira itinerante por todo el país. Este álbum es el que contiene los temas emblemáticos “Me mata”, “Ramón” y “El mono relojero”, entre tantos otros infaltables en cualquier setlist de Kapanga, pero esta vez estarán incluidos en este nuevo espectáculo donde se tocarán exclusivamente las canciones de aquel disco emblemático.
El show en Santa Fe será el viernes 30 de junio a las 21, en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572). Las entradas están a la venta en la boletería de Tribus (de miércoles a domingo, de 18 a 0) y a través del sistema Ticketway y sus puntos de venta (online y físicos)
Antes del desembarco, El Litoral conversó con el guitarrista Miguel “Maikel” de Luna Campos, el cerebro musical de la formación que comparte con Martín “Mono” Fabio (voz), Javier “Memo” Manera (bajo) y Claudio “Mafia” Maffia (batería).
Aquella revelación
-Están haciendo la gira por los 25 años de “A 15 cm de la realidad”, tocando ese disco completo. ¿Cómo surgió la propuesta?
-En realidad estábamos planeando editar un disco nuevo, pero después de la pandemia, en la que estuvimos otros formatos (no acústicos, pero sí más íntimos) decidimos en vez de hacer el disco nuevo aprovechar que estamos cumpliendo 25 años (lo cual para nosotros es icónico, porque tocamos hace 28, ya casi 30 años de conocernos) para poder celebrar aquel primer disco, que nos abrió las puertas para un montón de cosas que nos fueron pasando a lo largo de los años.
Para las bandas como nosotros, old school (que es mejor que decir una banda vieja) el tema es el recambio generacional: para mí es lo más difícil en una carrera larga de cualquier banda o cualquier artista. Nos pasó que sigue viniendo gente más joven, o chicos con sus padres, en clave familiar. Y era una buena oportunidad también para que ese público nuevo pueda ver esas canciones en vivo.
-Ese primer disco fue Disco de Oro, también fue ganador del premio Revelación del suplemento Sí de Clarín, algo que en ese tiempo era muy importante. ¿Cómo recordás aquellos tiempos, y ese éxito explosivo que tuvieron?
-La verdad es que fue raro. Incluso eso del Sí de Clarín: el otro día estábamos con el Mono estábamos contando en una nota que en la encuesta del Sí votaba la gente, los lectores. Cuando ganamos Banda Revelación el suplemento decidió que los editores hagan una votación interna, que después no se hizo más: por ahí no entendían por qué habíamos ganado nosotros, que éramos una banda que accedió rápido a público y a hacer cosas.
Finalmente ganamos nosotros pero salió Sergio Pángaro. Es algo simpático, no éramos muy entendidos: no se sabía si era cuarteto, si era jazz, si era cumbia. Realmente hacíamos la música entre todos, porque a todos nos gusta música diferente. Lo más lindo que tiene Kapanga es eso: hay cosas de cada uno. El Mono vino con el cuarteto de la Mona Jiménez, que yo no lo tenía; a mí me gustaba Living Colour, Jane’s Addiction: otro palo. Coincidimos ahí y es parte de nuestro ADN en la música.
Maikel, director musical y una de las caras de la banda junto a su primo Martín “Mono” Fabio. Foto: Gentileza KapangaÉxito temprano
-¿Cómo recordás ese momento de empezar a salir y tener esa repercusión? Todavía eran unos pibes del barrio que acababan de empezar.
-Cuando fue lo de “El mono relojero”, ese tema es un demo en realidad, aunque está en el disco. Se hizo un demo porque para la compañía EMI faltaba una canción; y al “Balde” (Marcelo Spósito), bajista y uno de los fundadores de Kapanga (que ya no está hace varios años) se le ocurrió “El mono relojero”, lo llamó al Mono por teléfono y le dijo: “Esto puede funcionar”. Después lo llevamos al estudio, después produje y escribí algunas partes de la sexta estrofa. Era raro, porque mandamos a fabricar varias copias del CD y las distribuimos en las radios de la Costa Atlántica.
El tema salió, se empezó a escuchar en las radios; los pibes y las pibas iban a bailar y justo les cortaban el boliche a las tres de la mañana. Era rarísimo: estábamos en San Bernardo, tomando una birra o con una factura y un café, porque eran seis y pico de la mañana; y pasaban grupos de gente cantando la canción: “Andate a dormir vos...”. Estábamos al lado y ni nos conocían, nos tiraban unas monedas.
-De hecho esas canciones pegaron tanto en la gente que muchas siguen estando en las listas.
-Totalmente. Como “El mono relojero”, que es nuestro “Jijiji”, o nuestro “Jojojo”, porque hacemos esa canción desde que empezamos a tocar. Sólo una vez al principio no la tocamos porque nos olvidamos, porque somos colgados. Es una canción en la que no podés no saltar, como en “Ramón”: hay clásicos que a uno lo exceden también. Hay artistas que deciden: “No, esta canción no la conoce nadie, no la toco más”; la verdad que a nosotros nos copa disfrutar con la gente.
-Muchos de aquellos chicos que los habían empezado a escuchar en los comienzos, hoy van a los shows con sus propios hijos o van sus hijos en algunos casos. Es una continuidad familiar del público.
-Totalmente, y eso lo más flashero vemos con Kapanga. Tocamos mucho por todo el país, en fiestas nacionales y provinciales: sale de la Fiesta de la Papa hasta la Fiesta de la Manzana. Están bárbaros porque tenés artistas locales, folclore, tango, y una banda de rock. Nosotros siempre caemos bien ahí. Y sí, hay gente que nos venía a ver y ahora viene con los hijos. Nuestros propios hijos son grandes: Tobi, el hijo del Mono, jugaba a que tocaba la guitarra con cuatro años; hoy tiene 19 años, es músico profesional, toca con Los Tabaleros.
Relaciones
-En una nota anterior decías que otras bandas dicen que son una familia, ustedes decían que son como un matrimonio de a varios, por esto de elegirse día a día no. Eso es algo que más allá de la convivencia además se ve arriba del escenario, ¿no?
-Sí. Lo que pasa es que Kapanga nos trascendió. Eso está bueno también, porque le tenemos muchísimo respeto a la música por sobre todo. Si no, no lo podríamos hacer, porque nosotros también jugamos mucho con el humor: capaz que vamos al show y estamos peleados, pero como tiran todos para adelante no creo que se de cuenta la gente que estamos peleados o no (risas).
-Es importante divertirse en la gira entre ustedes.
-Tal cual. Aparte es nuestro trabajo, ¿cuántas personas pueden trabajar en esto? En ese sentido somos muy responsables. Obviamente que en estos 28 años que llevamos juntos, hubo momentos de delirio, cuando éramos más jóvenes: es la vida la vida misma.
-Con el Mono son familia (primos hermanos), y eso lo pudieron llevar a otro nivel de la convivencia.
-Bueno, pero con el Mono lo contamos: al principio no nos llevábamos bien, éramos completamente diferentes, por cuestiones que veníamos desde la vida; desde la música, como contaba antes, o que él venía de una ex adicción y yo venía entrando en una adicción. Lo pudimos hacer gracias a la música, porque la música era nuestro nexo en común. Hoy en día nos reímos de todo eso, porque ya pasó.
-Pudieron pasar varias fases en esa historia.
-Tal cual. Ahora estamos ensayando, y hacer todo el disco de vuelta, ver lo que tocábamos cuando éramos más jóvenes, quizás simplificar algunas cosas, quizás otras desarrollarlas más. Armar todo el show, que no es tener solamente el set listo: estamos muy acostumbrados a interactuar mucho entre nosotros, no sólo con el público. Entonces era cómo hacer todo este disco, la verdad es que no nos acordábamos, fue hace mucho (risas). También hay otros equipos, otra tecnología; va a haber una súper escenografía.
Hay un desarrollo, está bueno planearlo; pero lo más extático es tocar el tema y decir: “Che, ¿te acordás...?”, la música es como un perfume, que lo olés y te acordás de situaciones. Es lo mismo: te acordás de lo que hacías en ese momento.
Nuevas ideas
-Buena parte del año les va a llevar seguramente esta gira. ¿Cómo sigue el año y las otras actividades de Kapanga, hasta donde sepas?
-Después de hacer dos Vorterix (donde fue el lanzamiento de la gira) y haber tocado en Brasil, vamos a estar por todo el país presentando esto, tenemos compromisos también Colombia. También la intención de grabar material nuevo, así que va a ser un año intenso.
-¿Ya hay material como para empezar a grabar, o hay que sentarse todavía a pulir?
-No, de hecho antes de la pandemia estábamos por terminar la preproducción del disco, nos faltaban ponele dos canciones para lo que nosotros tenemos en la cabeza, la cantidad de temas que queríamos registrar. Pero después cuando empezamos a tocar lo dejamos de lado.
Entonces es retomar el proyecto de vuelta; también hay canciones nuevas, ideas nuevas que no están grabadas. Así que hay un montón de materiales, pero tenemos que empezar a organizarnos, que es para lo que somos un poco más vagos (risas).