¿Qué es la Encefalopatía traumática crónica?, la enfermedad ligada al fútbol americano
El caso volvió a poner en agenda los riesgos neurológicos a los que se enfrentan quienes practican deportes de contacto desde edades tempranas. Suele detectarse recién tras la muerte y afecta a cientos de exdeportistas en Estados Unidos.
¿Qué es la Encefalopatía traumática crónica?, la enfermedad ligada al fútbol americano
La tragedia ocurrida este lunes en Manhattan, donde un francotirador abrió fuego hiriendo a varias personas y causando pánico en una zona concurrida, tomó un giro inesperado cuando las autoridades identificaron al atacante como un exjugador de la NFL.
Según informes preliminares, el hombre padecía Encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés), una enfermedad cerebral progresiva vinculada a los impactos repetitivos en la cabeza.
La CTE es una afección neurodegenerativa que ha ganado notoriedad en los últimos años, especialmente entre deportistas profesionales de disciplinas como el boxeo, el rugby y el fútbol americano. Fue identificada por primera vez en boxeadores bajo el nombre de "demencia pugilística", y se ha convertido en una preocupación creciente en la comunidad médica y deportiva.
Esta enfermedad se produce por una acumulación anormal de la proteína tau en el cerebro, lo que provoca la degeneración progresiva del tejido cerebral. Los síntomas incluyen pérdida de memoria, cambios de humor, agresividad, confusión, impulsividad y, en estadios avanzados, demencia.
¿Qué es la Encefalopatía traumática crónica?
Historial deportivo marcado por el trauma
El atacante, identificado como Tamura Jones, había jugado durante años en ligas universitarias y profesionales de fútbol americano. Amigos y familiares aseguran que desde su retiro presentaba comportamientos erráticos y episodios depresivos.
Algunos de estos signos son comunes en personas que desarrollan CTE, aunque el diagnóstico definitivo solo puede realizarse post mortem mediante estudios del tejido cerebral.
Según reveló el entorno cercano, Jones había expresado en varias ocasiones sentirse perseguido y fuera de control. Su caso remite a otros jugadores retirados de la NFL que, tras padecer la enfermedad, incurrieron en actos de violencia o incluso se suicidaron.
El hecho generó conmoción en Estados Unidos y reactivó el debate sobre las secuelas del fútbol americano. La NFL ha sido objeto de múltiples demandas y presiones para mejorar la seguridad de sus jugadores y realizar estudios más profundos sobre la salud cerebral a largo plazo.
En los últimos años, el protocolo de conmociones en la liga ha sido reformulado, y se promueve el uso de cascos más seguros. Sin embargo, muchos especialistas afirman que estas medidas aún son insuficientes frente a los daños acumulativos que pueden generar años de golpes constantes.
Historial deportivo marcado por el trauma.
Llamado a la prevención
La CTE no tiene cura, y su detección en vida es extremadamente difícil. Expertos en neurología insisten en la necesidad de implementar medidas preventivas desde los niveles formativos del deporte, limitar los contactos repetidos y generar conciencia sobre los síntomas tempranos.
El caso de Jones, como antes el de otras figuras trágicas del deporte, representa una alarma más sobre los costos ocultos de la alta competencia. A medida que el fútbol americano gana terreno fuera de Estados Unidos, también crece la responsabilidad de los clubes y federaciones de proteger a sus jugadores.