Sorpresa y ternura: Piriápolis sigue de cerca el crecimiento de un elefante marino
Autoridades, ONG y vecinos coordinan guardias y cuidados especializados para asegurar la alimentación y el desarrollo saludable del recién nacido en la costa uruguaya.
Sorpresa y ternura: Piriápolis sigue de cerca el crecimiento de un elefante marino
La arena de Piriápolis, un balneario ubicado a 40 kilómetros de Punta del Este en Uruguay, es escenario de un hecho poco común: una elefanta marina dio a luz a su cría a mediados de octubre. Madre e hijo se encuentran protegidos por un cercado que impide cualquier alteración que pueda poner en riesgo a los animales, generando la curiosidad de turistas y lugareños.
El pequeño, llamado Francisco por los residentes,tiene apenas 13 días. Se espera que permanezca junto a su madre en la arena durante aproximadamente 25 días, el período habitual de lactancia exclusiva. Las autoridades remarcan la importancia de mantener la calma para que la madre no abandone al recién nacido.
Protección y colaboración
La ONG Fauna Marina realiza un seguimiento constante del nacimiento y publicó en sus redes que toda la comunidad se involucró para cuidar a los animales.
El nacimiento del elefante marino despierta curiosidad entre vecinos y turistas.
“Gracias al esfuerzo conjunto de instituciones, autoridades, voluntarios y vecinos, se cercó una amplia porción de playa para resguardar a Francisco y su madre. Día y noche se organizan guardias junto a Prefectura y voluntarios de Fauna Marina, y no faltan los comercios que acercan café caliente o algo rico para acompañar a quienes los cuidan”, detalló la organización.
Durante estos días, escolares, turistas y familias se acercan al lugar con respeto y asombro, inspirados por la ternura del nacimiento, que ha generado poemas, canciones y dibujos que se difunden más allá de Uruguay.
Primeros cuidados
Richard Tesore, responsable de Fauna Marina, explicó que el cachorro aumenta cerca de cinco kilos diarios, mientras que la madre pierde alrededor de 10 kilos durante el período de lactancia. “Es un proceso delicado. Después de transferir grasa y nutrientes, la madre debe ir a alimentarse”, explicó.
Madre e hijo reciben cuidados diarios en la playa de Piriápolis.
La Prefectura destinó tres hectáreas de playa para garantizar tranquilidad a los animales y nueve hectáreas en el mar. Además, se colocaron boyas a 300 metros de la costa para prohibir el ingreso de vehículos motorizados. Tesore señaló que la playa es adecuada para los primeros días del cachorro por su extensión y llano del terreno, evitando depredadores que podrían encontrarse en otras regiones.
De noche, ambos ingresan al mar para optimizar la energía corporal: cuando el agua alcanza temperaturas bajas, la madre se asegura de que la cría permanezca a salvo en el agua, regulando su gasto energético. La Prefectura y los voluntarios organizanguardias las 24 horas para proteger a la familia marina.