La ciudad de Nueva York se encuentra en medio de una fuerte controversia por la incorporación de vehículos autónomos al sistema de transporte.
La Federación de Taxistas del Estado de Nueva York advirtió que podría lanzar un paro total en los cinco condados si las autoridades no frenan las pruebas de robotaxis de Waymo, la filial de vehículos autónomos de Google. Denuncian que la iniciativa pone en jaque miles de empleos y representa un riesgo para la seguridad vial en una de las ciudades más transitadas del mundo.

La ciudad de Nueva York se encuentra en medio de una fuerte controversia por la incorporación de vehículos autónomos al sistema de transporte.
La Federación de Taxistas lanzó una dura advertencia: podrían llevar adelante un paro total en los cinco condados si se permite que continúen las pruebas piloto de los robotaxis operados por Waymo, la empresa de tecnología de conducción autónoma perteneciente a Google.
El conflicto estalló luego de que la alcaldía autorizara un plan piloto que permite a Waymo operar ocho vehículos autónomos en zonas de Manhattan y Brooklyn durante un mes.
Aunque la legislación vigente obliga a que estos coches lleven un conductor humano de seguridad al volante, los taxistas consideran que esto es solo el primer paso hacia una automatización que amenaza directamente sus fuentes de trabajo.
Desde la Federación, liderada por Fernando Mateo, se mostraron firmes en su rechazo. Aseguran que no están en contra del progreso tecnológico, pero que una ciudad como Nueva York, con tráfico intenso y peatones en cada esquina, no es el lugar adecuado para experimentar con vehículos sin conductor.
Mateo advirtió que, si no se detienen las pruebas, habrá un paro masivo que podría paralizar el transporte público en la ciudad. También expresó preocupación por la situación de miles de choferes que trabajan fuera del sistema oficial de taxis amarillos y que dependen de este ingreso diario para sobrevivir.
Por su parte, Waymo celebró la aprobación del plan piloto como un paso histórico hacia una nueva era de movilidad urbana. La empresa sostiene que su tecnología es segura y que puede convivir con el transporte tradicional, generando incluso nuevos empleos para tareas de mantenimiento, monitoreo y soporte de las flotas autónomas.
Desde la administración municipal no han emitido declaraciones específicas tras la amenaza de paro, aunque previamente han respaldado la innovación como parte de su estrategia de modernización del transporte.
El rechazo de los taxistas tiene un fuerte componente económico. Durante la última década, la llegada de aplicaciones como Uber y Lyft ya había golpeado fuertemente al sistema tradicional. El valor de las licencias oficiales (medallions) llegó a desplomarse de más de un millón de dólares a cifras por debajo de los 200.000, dejando a miles de conductores endeudados y en situaciones límite.
La disputa trasciende lo meramente laboral y expone tensiones profundas en torno a la desigualdad tecnológica. Mientras grandes corporaciones avanzan con desarrollos que prometen eficiencia y reducción de costos, miles de trabajadores —muchos de ellos inmigrantes y principales sostenes de familia— sienten que quedan al margen del progreso.
El conflicto ya empieza a escalar políticamente y se espera que tanto el gobernador del estado como legisladores locales deban intervenir en los próximos días.




