Tendencia beauty: guía para lograr un delineado doble perfecto
Este estilo permite experimentar con distintos colores y grosores para lograr un look personalizado y de impacto, creando un efecto sofisticado y atractivo.
Tendencia beauty: guía para lograr un delineado doble perfecto
En el dinámico mundo de la belleza, las tendencias van y vienen, pero algunas logran imponerse con fuerza y convertirse en un verdadero must entre quienes aman experimentar frente al espejo. Tal es el caso del delineado doble gracias a su estilo audaz y versátil que permite transformar cualquier look en algo más sofisticado y llamativo.
A diferencia del clásico cat eye, que se limita a un solo trazo sobre el párpado superior, el delineado doble suma una segunda línea que puede ubicarse en distintos lugares: justo por encima del pliegue del párpado, siguiendo la línea inferior de las pestañas o incluso sobre el párpado inferior para un efecto más dramático.
Delineado doble resaltando la mirada con trazos precisos.
Cómo lograrlo paso a paso
Aunque a simple vista puede parecer complicado, hacer un delineado doble es más sencillo de lo que parece si se siguen algunos pasos básicos y se practica frente al espejo.
Preparación: el primer paso clave es asegurarse de que la zona esté limpia y libre de restos de maquillaje o cremas. Aplicar primer específico para párpados ayuda a fijar mejor el producto y evita que se corra o difumine durante el día.
Primer trazo clásico: con un delineador líquido o en gel, trazar una línea desde el lagrimal hasta el final del ojo siguiendo la línea natural de las pestañas superiores. Este delineado puede ser fino o más grueso, según el estilo deseado.
Segundo delineado: el gran protagonista de esta tendencia. Puede dibujarse por encima del pliegue del párpado, siguiendo la curvatura del ojo, o bien desde el ángulo externo hacia el centro del párpado, generando un efecto flotante. También se puede delinear la línea inferior de las pestañas para un resultado más dramático.
Correcciones y detalles: usar un pincel fino o un hisopo humedecido con desmaquillante para corregir imperfecciones y lograr que ambos delineados queden simétricos.
Finalizar el look: completar con máscara de pestañas, iluminador en el lagrimal y, si se desea, sombras neutras que resalten el contraste del delineado.
La clave para que luzca perfecto es la paciencia: al principio puede ser necesario practicar varias veces hasta encontrar el grosor, la forma y la ubicación que más favorecen a cada tipo de ojo.
Colores y estilos que marcan la diferencia
Una de las grandes virtudes del delineado doble es su versatilidad. Si bien el negro sigue siendo el tono más elegido por su elegancia y definición, muchas personas se animan a sumar color, especialmente en la segunda línea. Tonos metálicos como dorado o plateado, pasteles como celeste o lavanda, e incluso neones, ofrecen un toque más moderno y juvenil.
Diferentes colores y estilos para innovar en el maquillaje de ojos.
Para un look de noche, el delineado doble puede combinarse con sombras oscuras o brillos para lograr un efecto más sofisticado. En cambio, durante el día, tonos marrones, nude o beige suavizan el contraste, manteniendo la frescura y naturalidad del maquillaje.
El delineado doble también puede integrarse a estilos gráficos o más artísticos: líneas flotantes, triángulos, puntos o trazos discontinuos son opciones cada vez más vistas en redes sociales, donde el maquillaje se convierte en una forma de expresión personal.
Consejos para que dure más
Más allá de la técnica, hay algunos secretos que marcan la diferencia para que el delineado doble se mantenga impecable durante horas:
Elegir delineadores de buena calidad, preferentemente waterproof.
Aplicar polvo translúcido sobre el párpado antes de delinear para evitar el exceso de oleosidad.
Evitar frotarse los ojos y retocar si es necesario a lo largo del día.
Sellar el delineado con una sombra del mismo tono para prolongar su duración.
Inspiración para combinar sombras neutras con líneas llamativas.
En definitiva, el delineado doble es mucho más que una moda pasajera. Es una invitación a jugar con formas, texturas y colores, logrando un look personalizado que realza la mirada y permite explorar la creatividad. Con un poco de práctica y los productos adecuados, cualquier persona puede animarse a llevar esta tendencia que ya se convirtió en una favorita del mundo beauty.