"Estén preparados, porque no saben qué día vendrá el Señor"
Con solo diez de cada cien estudiantes completando la secundaria, el Adviento nos recuerda la urgencia de priorizar la educación y el crecimiento personal.
"Estén preparados, porque no saben qué día vendrá el Señor"
Queridos Amigos. Espero que se encuentren bien, transitando esta última etapa del año. Este domingo en toda la Iglesia Católica comenzamos el Tiempo de Adviento. Se nos regala una nueva oportunidad para detener nuestra marcha y reflexionar sobre lo que somos y lo que deberíamos ser. ¡Qué oportunidad! En el pasado, existía más tiempo para la reflexión, la filosofía y la contemplación.
Y así se nos relata que en la Academia Platónica en Atenas figuraba el lema desafiante que decía: "Conócete a ti mismo". El joven que entraba a ella sabía a qué se comprometía. Ciertamente era algo difícil, pero me permito preguntar: ¿puede haber alguna tarea más importante que el propio crecimiento personal, que el desarrollo de la auténtica humanidad? Para mí, no.
En el colegio donde trabajo a los docentes y a los padres suelo repetirles con frecuencia: "Los verdaderos tesoros de nuestra Patria no están en el Banco Central, tampoco en las 'Bodegas de los Hoteles del Calafate'. Los verdaderos tesoros de la sociedad son nuestros alumnos, futuros ciudadanos, profesionales y cristianos".
Ocuparnos de ellos es la tarea fundamental de una sociedad que pretende ser próspera y feliz. Tristemente bien sabemos que no es así. La realidad de la educación santafesina preocupa mucho. En el artículo "Una política de Estado para la Educación santafesina", publicado en el diario El Litoral del 22 de noviembre de 2025, el Dr. Carlos Cantero señala varios indicadores preocupantes.
Menciono solo dos de ellos:
* Primero. Se nos dice que de cada 100 niños santafesinos que comenzaron el primer grado en el año 2013, solo 10 egresaron de quinto año del nivel secundario en 2024 en los doce años de escolaridad.
* Segundo. En las pruebas Aprender de 2024: el 84,3% de los estudiantes santafesinos del último año del Secundario no alcanzó el Nivel Satisfactorio en Matemática y 42,1% no logró ese nivel en el área de Lengua.
Estos son solo algunos datos, pero si estas evidencias no nos cuestionan, no nos movilizan y no nos comprometen a hacer algo para revertirlo... ¿qué lo hará?
¿Qué es el Adviento? Adviento es un tiempo, algo que se celebra, algo que se vive. Durante estas cuatro semanas nos iremos preparando para vivir solemnemente la Navidad, recordando el nacimiento histórico de Jesús.
En dicho contexto de reflexión, el Adviento también es una actitud, algo permanente que nos invita a la vigilancia: nos recuerda que caminamos por el mundo que pasa, donde todo es transitorio. Las cosas materiales se pueden reconstruir, pero la vida humana no. Tenemos una sola chance, como bien nos lo recuerda el filósofo francés Jean-Paul Sartre.
Mis queridos amigos. La situación actual en nuestra Patria presenta muchos problemas. No solo nos afecta la crisis económica, sino que hay también una profunda crisis del hombre. Tristemente la vida vale cada vez menos. Se mata por un celular, por una moto o por un par de zapatillas. Incluso desde el año 2020, en nuestra Patria, donde la mayoría somos cristianos, sostenemos la Ley del Aborto.
La vida humana, en muchos casos manifiesta también una falta de sentido. Cada vez más son los que se preguntan ¿Para qué vivir? Preocupa -por lo menos a mí- el aumento de suicidios, especialmente entre la gente joven en nuestro país.
El "vacío existencial" producido por la cultura actual, reclama algo más que bienes materiales y comodidades, entre otros. No se puede llenar el hambre de trascendencia con el consumismo, la música sonora, o los estupefacientes. Por ello, el tiempo de Adviento nos sale al encuentro y nos invita a poner el corazón en los bienes que perduran: en Dios.
En el Evangelio de hoy Jesús es claro al decir: "Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempos de Noé. En los días antes del diluvio, la gente comía, bebía y se casaba hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos. Por lo tanto, estén preparados, porque no saben qué día vendrá su Señor (…)".
Por eso, mis queridos amigos, al transitar este primer domingo de Adviento pensemos: ¿Cómo vivimos? ¿Cómo nos relacionamos, como nos tratamos? Porque el Señor vendrá a la hora menos pensada "como el ladrón de noche". Y bien sabemos que el ladrón tiene una mala y pésima costumbre: no avisa. Viene cuando menos lo esperamos. Es peligroso vivir distraídos, dormidos o simplemente anestesiados.