Por Danilo H. Kilibarda
Por Danilo H. Kilibarda
Se pretende instalar, contra viento y marea, un nuevo ídolo de barro de una seudo ciencia de economía política: el déficit cero. Pero este cuento no es nuevo; ya lo vivimos, y así nos fue. Basta acudir a los registros periodísticos. El 10 de junio del año 2000 el ministro Domingo Cavallo (Cavallo con "v" corta, para no ofender a los que son con "b" larga) anuncia el "déficit cero" en la Bolsa de Comercio consiguiendo el aplauso espontáneo y prolongado de los "bolsistas", solo comparable al brindado a Jorge Videla y a Javier Milei en la Sociedad Rural.
El anuncio oficial era imponer el "déficit cero" en la Nación y en las provincias. Y para su logro se sancionaron dos leyes fundamentales: la ley N° 25250, de Flexibilización Laboral, y la N° 25453, de Equilibrio Fiscal (o de "Inflación cero"). La ley 25250, también conocida como "Ley Banelco", provocó el recordado "Escándalo Pontaquarto", llamado así en clara referencia a Mario Pontaquarto, por entonces secretario del Senado de la Nación, y portador de una valija con cinco millones de dólares para distribuir entre senadores de distintos partidos políticos para comprar sus votos favorables a la legislación en trámite (lo de Edgardo Kueider parece un vuelto al lado de aquellas sumas).
Ese escándalo tuvo secuelas. La renuncia del ministro Mario Alberrto Flamarique y la designación de Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad, como nueva ministra de Seguridad Social de la Nación. También se atribuye a este escándalo el desenlace fatal -suicidio- del ex presidente pro témpore del Senado, José Genoud. Así lo reconoció, entre otros, su correligionario Ernesto Sanz.
La ley 25453, por su parte, también hizo de las suyas. Recordemos algunas de aquellas medidas: el impuesto transitorio (¿?) al cheque; el pago de salarios en cuotas y con bonos; reducción de salarios con "topes" en las paritarias; eliminación de las "jubilaciones de privilegio" (nunca se supo cuáles eran) y un "aporte solidario compulsivo", es decir, una "rebaja" en los haberes de las jubilaciones comunes; se impuso el "corralito" en los depósitos bancarios. Y el locuaz ministro, para algarabía de los presentes, aprovechó la oportunidad, para despotricar contra el ex presidente Raúl Alfonsín, el padre del retorno a la democracia, por entender que retaceó su apoyo a las nuevas medidas
Las consecuencias al "déficit cero" no se hicieron esperar y todos sabemos cómo terminaron: los cacerolazos, protestas públicas a lo largo y ancho de la república y la respuesta del gobierno: estado de sitio y represión policial, con 39 muertos y más de 500 heridos. Recordemos en Rosario el caso de Claudio "Pocho" Lepratti, inmortalizado en el canto por León Gieco, como "El Ángel de la Bicicleta". ¿Cómo concluyó todo? El presidente de la república, Fernando de la Rúa, presentó una renuncia apresurada y abandonó la Casa Rosada en el helicóptero oficial.
A la postre y muy recientemente, se terminó condenando por la represión al ex ministro Enrique Mathov a cuatro años y nueve meses de prisión efectiva y al ex Jefe de la Policía Federal, Rubén Santos, a cuatro años de prisión. Una pregunta por simple curiosidad. ¿Los países más desarrollados, Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Japón, tienen "déficit cero"? La respuesta es no. Un rotundo no. Pero, además, con el agregado de que, en contra el dogma libertario, son altamente proteccionistas. Esperamos un duro reproche de "Javo" a Donald Trump.
Nuestra provincia no fue ajena a estas experiencias. También por estos pagos se legisló sobre "emergencia previsional" (ley N° 11373, de 1996) y sobre "emergencia económica y social" (ley N° 11696, de 1999) procurando la "sustentabilidad de sistema" y el "déficit cero". Se rebajó el haber básico de la jubilación ordinaria del 82% al 60%; se retacearon derechos y beneficios adquiridos de la mano de un Ministro de Hacienda especialista en desguazar bancos oficiales y se rebajaron los haberes de las jubilaciones imponiendo un "aporte solidario" compulsivo y los reajustes se le liquidaban a los sesenta días.
Cualquier parecido con la reciente ley N° 14283, de 2024, es producto de la casualidad, no de la causalidad. Para mayor inequidad se impuso un "tope" a los haberes jubilatorios pero no a los haberes del personal en actividad, violándose el principio de proporcionalidad. Bueno será recordar que Santa Fe, "La Invencible", en el año 1958 fue la primera provincia que estatuyó el 82% móvil (ley N° 4800) y que el gobierno de la Caja estuviera a cargo de una Junta integrada por un representante del Estado, uno de los pasivos y otro de los activos, elegidos por el voto directo de los mismos.
No hemos aprendido nada. Otra vez se pretende lograr el equilibrio fiscal a través de retacear derechos del personal en actividad o pasividad. Roguemos a Dios que dote a nuestros gobernantes de la inteligencia del burro, para que no volvamos a tropezar con la misma piedra...




