“José levántate, porque Herodes quiere matar a tu hijo”
El Evangelio invita a los padres a tomar conciencia de su rol, enfrentando desafíos modernos que amenazan a las nuevas generaciones con valores y amor.
“José levántate, porque Herodes quiere matar a tu hijo”
Queridos Amigos. ¿Cómo están? Hace poco celebramos solemnemente la Fiesta de la Navidad. Hoy la Liturgia de la Palabra de Dios pone en el centro a la Sagrada Familia de Nazareth. Qué bello. Y es así, porque... ¿puede haber otro tema más importante para la sociedad que la familia, que la educación de nuestros hijos, futuros ciudadanos, cristianos y profesionales?
Es verdad que la familia de Belén, vivió unas circuns¬tancias históricas y sociales muy distintas de las actuales. Pero las virtudes de la Sagrada Familia -las que presenta San Pablo en su Carta a los Colosenses- siguen siendo actuales.
¿Quién puede dudar que la base sobre la que se debe apoyar la vida familiar sigue siendo: la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión, el perdón y, ¿por encima de todo esto el amor? Sin estos valores ¿puede funcionar la familia? El texto del Evangelio de hoy, profundiza este tema, invitando a los padres a tomar conciencia de su rol y responsabilidad. Nos dice:
"Después que partieron los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo”.
En este texto breve de San Mateo encontramos tres ideas importantes, que me permito desarrollar y actualizar: En primer lugar, Herodes, que está buscando al niño Jesús para matarlo, representa todos los proyectos de destrucción para las nuevas generaciones.
Recuerden lo que dice la Palabra de Dios más adelante: "Herodes entonces mandó a matar a todos los niños de esa región". Y lo recordamos como la matanza de los inocentes.
En segundo lugar. Herodes mandó a destruir a todos los niños menores de dos años. No dijo a uno, dijo a todos, es un plan de destrucción masivo para las nuevas generaciones.
En tercer lugar. Este Herodes, el antiguo Herodes, hoy es el moderno Herodes en las drogas, en las corrientes de libertad sexual, en las corrientes de violencia de cualquier tipo, en la ley del aborto, en las ideologías que destruyen la vida de las personas, especialmente de los niños, adolescentes y jóvenes.
Muchos padres se preguntan y con mucha razón: ¿Cómo actuar? ¿Qué hacer frente a tantos desafíos que nos presenta la sociedad actual? Mucho. Debemos tomar conciencia que existen los peligros, los planes de destrucción. Nosotros necesitamos usar el método de Dios. ¿Y cómo fue el método de Dios?
Dios mandó a un ángel para que le hablara en sueños a José. “¡José despiértate! Herodes quiere matar a tu hijo”. José no era un hombre malo. La Biblia nos dice que José era un varón justo, pero estaba dormido. Y este también es nuestro riesgo, quedarnos dormidos.
¿Cómo actuó José? El versículo 14 nos dice explícitamente: "José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre y huyó a Egipto". Fíjense bien. No esperó ni siquiera que amaneciera. No preguntó: ¿cómo está el tiempo, hace frío o hace calor; está lloviendo o es un día soleado…? Inmediatamente, llevó al niño y a la madre y huyó a Egipto.
A veces me pregunto: ¿cuántos padres de familia escuchan advertencias y consejos, pero creen que es simplemente una predicación, un consejo de predicadores, de los docentes o educadores? O simplemente piensan que no les va a pasar a ellos. Y creen que están hablando de las cosas que no les dicen nada... o no les sirven para nada, o sus hijos están bien.
Recuerdo una bella anécdota. Un hombre iba viajando en un barco leyendo un libro. En cierto momento, las sirenas empezaron a sonar diciendo: “Atención, atención, el barco se está hundiendo. Atención, atención, el barco se va a hundir”. Y el hombre continuaba en el barco leyendo. La gente desesperada corría buscando algún salvavidas, pero él tranquilo seguía leyendo su lectura apasionadamente.
Alguien lo vio y le gritó: "Oiga... ¿por qué usted no corre?¿No se da cuenta que el barco se está hundiendo? El hombre dejó el libro, se quitó las gafas y con mucha calma respondió: “Que se hunda, el barco no es mío”. Y sin embargo se hundía con el barco.
Queridas familias. Gracias, gracias por tanto, por lo que son y lo que hacen en esta sociedad tan desafiante. Cuidemos a “nuestros niños” que son los tesoros más grandes de la sociedad.
Que Dios los bendiga.
León XIV advierte sobre los "Herodes" del mundo actual (*)
El papa León XIV advirtió de los "Herodes" en el mundo actual, los "mitos del éxito a cualquier precio, el poder sin escrúpulos, el bienestar vacío y superficial", durante su mensaje del rezo del ángelus dominical.
Asomado a la ventana del palacio apostólico ante miles de personas congregadas en la plaza de San Pedro, el pontífice estadounidense dedicó su mensaje a la huida de la Sagrada Familia tras la orden de Herodes de matar a los recién nacidos.
"Mientras contemplamos con asombro y gratitud este misterio, pensemos en nuestras familias y en la luz que ellas también pueden aportar a la sociedad en la que vivimos. Lamentablemente, el mundo siempre tiene sus 'Herodes' (...)", dijo Robert Prevost.
Se trata de "sus mitos del éxito a cualquier precio, del poder sin escrúpulos, del bienestar vacío y superficial, y a menudo, sufre las consecuencias con la soledad, la desesperación, con las divisiones y conflictos". Luego reclamó a todos los cristianos que "no dejen que estos espejismos sofoquen la llama del amor en las familias cristianas".
"Al contrario, protejamos en ellas los valores del Evangelio: la oración, la frecuencia a los sacramentos, especialmente la confesión y la comunión, los afectos sanos, el diálogo sincero, la fidelidad, el realismo sencillo y hermoso de las palabras y los gestos buenos de cada día", prosiguió León XIV en su mensaje.
Para finalizar, el Santo Padre pidió la bendición "a nuestras familias y a todas las familias del mundo, para que, siguiendo el modelo de la familia de su Hijo hecho hombre, sean para todos un signo eficaz de su presencia y de su amor sin fin".