Nos toca vivir tiempos complicados, situaciones difíciles, incluso misteriosas. Hablo de política, el único o el principal campo para intentar comprender los juegos y las tramas del poder que nos acechan. A propósito de la reciente jura de diputados, un dato me sorprende a través del contraste. Se enuncia desde el gobierno como una verdad irrebatible que vivimos tiempos nuevos, que participamos de una experiencia histórica sorprendente, tan inevitable que muchos argentinos "no la ven". Cuando me colocan en estas situaciones acudo a mi memoria histórica, probablemente la que más he cultivado. Y esa memoria histórica me dice que cuando en la sociedad se producían cambios las señales estaban en la realidad, incluso en la superficie del poder. Hago esta mención para observar que por más esfuerzos que hagamos a esas señales no las registro. Observo en la actualidad a los diputados que expresarían estos nuevos tiempos y, con todo respeto, el balance es decepcionante. Desechos de las viejas castas, aventureros, oportunistas, ventajeros y flores marchitas de la farándula. El espectáculo es deplorable. Desde Berti Benegas Lynch con sus aires de niño bien, pretencioso y engrupido, a personajes como Pareja, sacado de las cloacas del más rancio populismo, hasta la rama femenina libertaria siempre dispuesta a enredarse en debates que escandalizarían a las matronas del conventillo de La Paloma. Y otra vez la memoria histórica. En los años treinta del siglo XIX, después de los encontronazos entre unitarios y federales surgió la Generación del 37. Alberdi, Echeverría, Gutiérrez, fueron algunos de sus exponentes. Caras nuevas e ideas nuevas. Lo mismo puede decirse de los tiempos de la llamada organización nacional. Mitre, Sarmiento, Avellaneda eran algunos de sus exponentes. Para no hablar de la Generación del Ochenta o del nuevo período histórico abierto en 1916 -año siniestro para Milei- cuando al Congreso llegaron voces radicales, socialistas, demoprogresistas y conservadores lúcidos. Puedo extenderme con más ejemplos, pero en todos los casos los resultados son los mismos: tiempos nuevos, rostros, ideas, palabras nuevas. Ninguna de esas dichas están presentes en la actualidad. Los signos son más bien de decadencia, de cualunquismo. ¿O será que no la veo?
Los entendidos en la materia, aseguran que a Julio Grondona jamás le hubiera estallado un escándalo como le estalló al compañero Claudio Chiqui Tapia. Grondona no fue un ángel, pero se diferenciaba de Tapia no por ejercer una moral franciscana sino por lo que se llama el "estilo". Don Julio evitaba los conflictos, al punto que llegó a decirse que como el personaje del Padrino no odiaba a sus enemigos, si podía evitar el conflicto lo evitaba, aunque si había que cortar cabezas no le temblaba el pulso. Don Julio practicaba el principio que nos enseñó Carlos Menem: "El que se enoja pierde". Otra "virtud" adornaba a la personalidad de don Julio: no era exhibicionista. Los investigadores saben que desde su sillón en la AFA acumuló millones, pero era discreto, cauteloso, no se privaba de nada pero lo hacía con estilo. Ninguna de esas virtudes parecen adornar la personalidad de Tapia y de sus colaboradores inmediatos. El yerno de Moyano demostró ser fiel al estilo del suegro. Tapia y sus amigos pertenecen al linaje de Lázaro Báez, José López. Amado Boudou, Martín Insaurralde, Ricardo Jaime y, por qué no, Carlos Menem. Algún lector observará que todos los corruptos son peronistas y esto es injusto. Observación precisa. No todos los corruptos son peronistas, pero por un extraño sortilegio de la política pareciera que el copyright de la corrupción el peronismo lo ha ganado por méritos propios.
Javier Milei en la ocasión viajó a Noruega para estar presente en la ceremonia en que le entregarán la estatuilla del Premio Nobel de la Paz a la hija de María Corina Machado porque, como es de público conocimiento, ella no pudo salir del presidio político que es la Venezuela chavista. La ausencia de Corina Machado me sorprendió, porque suponía que la CIA iba a realizar las gestiones necesarias como para que esta mujer salga de Venezuela sin demasiadas complicaciones. Pues bien, parece que la CIA ya no es la de antes, la agencia de espionaje y algo más, para quien una misión como la de sacar a la flamante Premio Nobel de Venezuela hubiera sido un juego de niños. Por las informaciones que dispongo, la ceremonia en Oslo se desarrolló con absoluta normalidad. Milei, el mejor presidente del mundo, o de la historia argentina, se portó como un señorito inglés, una observación pertinente porque todos tocábamos madera de que no se le ocurriera a algún funcionario darle el uso de la palabra y lanzado al aire se despachara en términos parecidos a los que empleó en Davos. Daría la impresión que la sensatez se impuso. Harold, rey de Noruega, en estos temas se ha dado el lujo de darnos una lección de republicanismo y tolerancia. Dijo en su momento el marido de la dulce Sonia : "Los noruegos son jóvenes comprometidos y ancianos sabios; solteros, divorciados, familias jóvenes y matrimonios de edad avanzada. Los noruegos son chicas que aman a chicas, chicos que aman a chicos, y chicas y chicos que se aman entre sí. Los noruegos creen en Dios, Alá, en todo y en nada". ¡Qué tal Pascual! Usted se lo imagina al mejor presidente de la historia argentinos hablar en esos términos
Se estima que la compra de 24 aviones F16 nos sale más o menos unos 300 millones de dólares. Según los entendidos, hay que sumar los gastos provenientes de los acondicionamientos de las naves usadas y la capacitación de los pilotos. 300 millones de dólares es una buena cantidad de plata para un gobierno que insiste hasta el cansancio de que no tenemos plata en un país donde los índices de indigencia y pobreza son dolorosos. Los entendidos en materia de seguridad y defensa aseguran que el gasto es necesario. El tema no me termina de quedar claro, pero por ahora estoy dispuesto a creerles, incluso descartar la descalificación de "chatarra vieja", término que los opositores a Milei han empleado con frecuencia. ¿Será así? Por lo que pude averiguar, no hemos comprado el equivalente a un Rolls Royce o a un Porsche, pero atendiendo las posibilidades de Argentina me animo a decir que estos aviones no nos deshonran. Son como esos elegantes autos de clase media, que sin ser los más lujosos del mercado son confortables y jamás te dejan a pata. Capítulo aparte fue el culebrón abierto en la legislatura de la provincia de Buenos Aires con motivo del pedido del gobernador Kicillof para endeudarse (los peronistas solo se endeudan; si los antiperonistas hacen lo mismo, son vendepatria y cipayos) por unos 3500 millones de dólares. Curiosamente las resistencias mayores a la habilitación salieron de la interna peronista. Luego de idas y venidas, roscas, camándulas y trenzas para todos los gustos, el gobernador pudo salirse con la suya pero el gusto no le salió gratis. En el mejor estilo de nuestra peor política criolla hubo que repartir a cambio privilegios y prebendas, además de crear puestos jerárquicos para que todos, opositores y oficialistas, quedarán contentos. Como ya es bien sabido, siempre hay tropezones cuando un pobre se divierte, parece que Milei no tiene ni apuros ni ganas en autorizar este endeudamiento. Veremos qué sale finalmente en limpio de esta rumbosa merienda de negros.




