En nuestra entrega anterior nos referíamos a la importancia de la justicia. Jueces "flojos de papeles" son fácilmente extorsionables, a través de "carpetazos" con información proveniente de los organismos de inteligencia del Estado (como la ex SIDE, ahora AFI), que van desde inconsistencias patrimoniales entre los ingresos y egresos, pasando por delitos penales cometidos en el ejercicio de la función como el prevaricato, hasta escándalos sexuales de diversa índole, entre otros.
Un juez federal jubilado confesó ante los medios de comunicación haber cerrado de modo exprés una causa por enriquecimiento ilícito de una famosa política argentina, porque lo tomaron del cuello en su oficina. Ardua labor de los maestros y maestras, o profesores y profesoras, con tantos ejemplos negativos.
El entorno influye y mucho. En 1960 el psicólogo estadounidense Philip Zimbardo hizo un estudio abandonando dos automóviles en distintos lugares: uno en el Bronx (barrio pobre y marginado de Nueva York) y el otro en Palo Alto de California (barrio acomodado y seguro).
Los resultados fueron sorprendentes. En el Bronx, en minutos desmantelaron el coche. Las personas que pasaban por ahí no dudaban en aprovecharse de la situación. En Palo Alto las personas que pasaron respetaron la propiedad ajena y estaba intacto.
Pero el psicólogo rompió un vidrio. Al día siguiente al llegar al auto lo encontró desmantelado. Uno había iniciado y evidentemente los demás no tenían muy afirmadas sus convicciones. Recordemos que ya Platón refirió a la fábula del anillo de Giges en "La República", en la cual si un ciudadano giraba la piedra del anillo, se convertía en invisible a los ojos de sus conciudadanos, señalando el hiato existente entre la ética y la política.
¿Dónde están los valores?
Con respecto a la ética hay un ejemplo clásico. A una chacra llega un ingeniero agrónomo del INTA y le aconseja al dueño que no fumigue que la naturaleza tiene su propio control.
Pero al día siguiente pasa un ingeniero agrónomo que trabaja para una empresa fumigadora y le expresa que fumigue o pierde la cosecha. El primer agrónomo está demostrando una comprensión profunda de la ecología y el impacto que los productos químicos pueden tener en el medio ambiente; está priorizando la salud del planeta y la del campesino. Está actuando de manera ética.
El segundo está demostrando una falta de consideración por el impacto ambiental y la salud humana, está priorizando la productividad y el beneficio económico, sobre la ética y la responsabilidad.
Hay valores y disvalores. ¿Cómo puede ser que ambos egresaron de la misma universidad y con los mismos profesores? ¿Dónde están los valores? Hechos como este hace pensar que antes de entregar títulos se debería hacer espacios curriculares obligatorios sobre Ética Deontológica -profesional- en las carreras técnicas, prestando particular atención a este tipo de cuestiones en las prácticas pre-profesionales.
Claro que aprobar formalmente un espacio curricular obligatorio no garantiza la aplicación ni el cumplimiento efectivo de normas éticas en el ejercicio profesional. Los órganos competentes para este tipo de evaluación de la práctica profesional son los comités o tribunales de Ética de los colegios o las asociaciones profesionales.
Una estrategia complementaria desde el punto de vista de la formación, podría ser implementar cursos de Ética profesional, en los cuales se relacione Educación Cívica y Ética.
Este curso podría tener entre sus contenidos prioritarios temas como la importancia de la ética en la profesión, los principios de la responsabilidad social y la ciudadanía activa, la toma de decisiones éticas en situaciones complejas, la comunicación efectiva y el trabajo en equipo, la resolución de conflictos, la negociación y la mediación.
Dentro del proceso formativo o una vez obtenido el título, este curso podría ser una excelente oportunidad para que los y las estudiantes, como los egresados y las egresadas, reflexionen sobre su propio papel en la sociedad y cómo pueden contribuir a una Argentina más justa y equitativa.
El sistema educativo debe dar una respuesta inteligente y didáctica. Quienes están estudiando deben saber que en la realidad diaria hay competencia, sea en el trabajo o el comercio, o en lo que se ocupe, pero deben competir de manera saludable y ética; el otro no es su enemigo, sino un compañero o compañera de camino. Deben respetar a los demás, ser honestos y transparentes en sus acciones.
Y deben saber que si en la acción se unen -y esto es Educación Cívica y Ética-, va a ser más fácil hacer respetar sus derechos; van a poder mejorar y ofrecer mejores productos y servicios. El país se beneficiaría, sobre todo si los políticos no meten desde el gobierno ideología y adoctrinamiento.
El liberalismo extremo -disolutorio del Estado como institución pública-, fomentado desde un sistema propagandístico, presenta también rasgos autoritarios y microfacistas.
El rol de la familia
La república requiere un equilibrado balance de los tres poderes del Estado, cuyo objetivo principal ha de ser el buen vivir de los ciudadanos y ciudadanas.
Esto presupone una situación de austeridad que limite los privilegios del funcionariado (ingresos, exención de pago de impuesto a las ganancias, limitación temporal de los mandatos, fueros, jubilaciones de privilegio, impunidad), que en el marco de un país pobre -con una distribución regresiva del ingreso y un porcentaje intolerable de pobres e indigentes estructurales que no encuentran posibilidad de ascenso social dentro del sistema-, genera un malestar en la cultura.
La familia, por supuesto, también debe ser protagonista en este problema argentino, porque no hay mejor enseñanza que la ejemplaridad. Si los hijos ven al padre o la madre cumpliendo con las reglamentaciones vigentes, van a seguir el mismo camino.
Por eso insistimos en que desde los distintos poderes gubernamentales debe cuidarse el discurso comunicacional, la actuación en las redes, las entrevistas, reportajes y demás. Los establecimientos educativos pueden enseñar, pero con el respaldo irrestricto de la libertad de cátedra y apoyo ejemplar de los hogares.
Es la hora de encarar seriamente esta información-formación de esta generación, para que la patria gane en unidad, justicia, armonía, fraternidad, alegría, debate y solidaridad, respeto por deberes y derechos, y una ética insobornable.
Aquí no se trata de partidos políticos ni de ideologías, sino que todos participemos con responsabilidad y seriedad. A muchos les dolerá, pero la mayoría del pueblo lo está reclamando. La discusión sobre el fundamento ético de la política, presenta un antecedente en "La política" de Aristóteles durante la antigüedad en Grecia. La ética toma como objeto el bien privado del hombre.
Un ciudadano no puede ser feliz si una comunidad política no brinda el marco para que ello sea posible. La política tiene como finalidad el bien público temporal.
En contraposición, durante el renacimiento italiano, Nicolás Maquiavelo en su obra "El Príncipe" (escrito en 1513 pero publicado póstumamente, en 1531), para crear la ciencia política como ciencia autónoma, produce la doble ruptura epistemológica: emancipa la política de la ética, contra Aristóteles y la teología de la política, postura sostenida en la Edad Media por Tomás de Aquino.
Afirmamos que es inviable un Estado nacional, provincial y municipal sin base ética de la política. Por este motivo, en el marco de una república, son fundamentales los mecanismos de control, como ser auditoría, sindicatura, tribunal de cuentas, dirección de investigaciones administrativas, oficina anticorrupción, juicio político, jury de enjuiciamiento, habilidad moral de los miembros de las Cámaras (los legisladores y legisladoras son jueces de los títulos de los miembros de su propia Cámara), limitación temporal de mandato, revocatoria de mandato, así como otros mecanismos que resulten oportunos y pertinentes a los fines de garantizar la felicidad del pueblo.
Es una falacia considerar que el mercado, con la consecuente reducción de la categoría de "ciudadano consumidor", resolverá problemas institucionales propios de la política ya que en los grandes casos de corrupción han estado involucrados empresarios de la patria contratista, por lo cual la antinomia no es Mercado/Estado, sino la necesidad de articular un sistema político con fundamentos éticos.
Tampoco es la solución la ampliación irracional de la estructura del Estado, propuesta e implementada por los gobiernos populistas -no populares-, cuya finalidad resulta ser la creación de empleo militante, sin las condiciones técnicas necesarias para el ejercicio de una función profesional.