El Lasallanito desborda de alegría con Boca y Talleres como invitados estelares
En su segunda jornada, el tradicional torneo infantil que organiza el Club La Salle volvió a colmar las canchas del predio de Cabaña Leiva. Con la participación especial de Boca Juniors y Talleres de Córdoba, cientos de chicos y chicas de toda la región disfrutaron de una verdadera fiesta deportiva donde el juego, la camaradería y la pasión por el fútbol fueron los grandes protagonistas.
El Lasallanito desborda de alegría con Boca y Talleres como invitados estelares
Cabaña Leiva volvió a vivir una jornada de pura emoción y alegría. Desde temprano, el predio del Club La Salle fue escenario de un sábado inolvidable, en el marco del Lasallanito 2025, el tradicional torneo de fútbol infantil que año a año reúne a miles de chicos y chicas de toda la región. Con el sol como aliado y un marco de público extraordinario, la segunda jornada del certamen se desarrolló en un clima familiar, donde los valores del deporte, la convivencia y el respeto fueron tan importantes como los goles.
Las canchas lucieron impecables, con una organización que volvió a demostrar por qué este torneo es uno de los más esperados en el calendario formativo. Desde la coordinaciónde partidos hasta los espacios recreativos y la atención a las familias, todo funcionó a la perfección, lo que permitió que cada delegación disfrutara de una experiencia completa.
El atractivo mayor del día fue, sin dudas, la presencia de Boca Juniors y Talleres de Córdoba, dos instituciones que despertaron admiración y entusiasmo entre los pequeños futbolistas y el público en general. Los colores azul y oro y el azul y blanco cordobés tiñeron de emoción las canchas, en un encuentro donde no hubo rivales, sino compañeros de una misma pasión. La visita de estos clubes grandes del fútbol argentino volvió a jerarquizar el torneo, que se consolida como un punto de encuentro único para las divisiones formativas.
Cabaña Leiva vibró con otra jornada inolvidable del Lasallanito 2025. Crédito: Guillermo Di Salvatore.
En paralelo, los equipos locales y regionales dieron muestra de su talento y compromiso. Escuelas de fútbol, clubes barriales y entidades afiliadas a distintas ligas formativas se midieron en partidos intensos, con mucha entrega y momentos de gran nivel. Pero más allá de los resultados, el espíritu del Lasallanito sigue siendo el mismo: fomentar el juego limpio, el aprendizaje y la amistad.
Los llamados “terceros tiempos” —espacios para compartir después de los partidos— fueron otro de los puntos altos de la jornada. Allí, los chicos compartieron comidas, anécdotas y risas, generando vínculos que van mucho más allá de la competencia. Las familias, mientras tanto, acompañaron desde las tribunas o bajo las carpas, disfrutando de un evento que combina deporte, recreación y encuentro comunitario.
La organización, una vez más, demostró estar a la altura. Cada detalle, desde la atención a los equipos hasta la coordinación del buffet, se manejó con profesionalismo y calidez. El grupo de voluntarios, entrenadores, padres y miembros del club trabajó intensamente para que nada faltara, y el resultado fue una jornada redonda, donde la alegría se multiplicó en cada rincón del predio.
El clima acompañó y eso también se sintió. El sol y la temperatura ideal hicieron que el ambiente fuera propicio para pasar un día entero a puro fútbol, con mate, charlas y aplausos. La Salle, una vez más, abrió sus puertas y su corazón para recibir a cientos de familias que encontraron en Cabaña Leiva un espacio para compartir valores y emociones.
El Lasallanito no es solo un torneo: es una celebración de la infancia, una excusa para vivir el fútbol como debe ser, con entusiasmo, respeto y compañerismo. Desde los más chiquitos que dan sus primeros pasos con la pelota hasta los prejuveniles que ya sueñan con vestir camisetas grandes, todos encuentran en este evento un motivo para seguir creyendo en el deporte como herramienta de crecimiento.
La presencia de Boca Juniors llenó de emoción las canchas. Crédito: Guillermo Di Salvatore.
Con la expectativa puesta en la jornada de cierre del domingo, donde se disputarán los tramos decisivos y se realizarán las tradicionales premiaciones, el ambiente es de pura fiesta. La Salle reafirma, con cada edición, que el fútbol infantil puede ser una escuela de vida. Y Cabaña Leiva, una vez más, se transforma en el escenario perfecto para que los sueños rueden, entre abrazos, goles y sonrisas.
El Lasallanito 2025 sigue su marcha con un espíritu inquebrantable. Entre camisetas coloridas, banderas y cantos de aliento, los chicos siguen disfrutando, aprendiendo y compartiendo. Porque, al fin y al cabo, más allá del resultado, el verdadero triunfo es poder jugar, divertirse y construir amistades que quedarán para siempre.