El último prófugo de la llamada “causa Baigoría” fue detenido esta semana en Santa Fe por la Policía Federal Argentina (PFA), e indagado este miércoles por el juez federal Aldo Alurralde.
Los hechos se remontan a julio de 2016, cuando un oficial de Gendarmería lo interceptó junto a otros tres cómplices, en un auto que iba como “punta de lanza” de un cargamento de más de media tonelada de marihuana.

El último prófugo de la llamada “causa Baigoría” fue detenido esta semana en Santa Fe por la Policía Federal Argentina (PFA), e indagado este miércoles por el juez federal Aldo Alurralde.
Hugo Marcelo Medina (47), está acusado de formar parte de una banda, liderada por el ex sargento Edgardo Oscar Baigoría, cuyos miembros -13 hasta el momento- fueron condenados entre 2021 y 2022 por la Justicia Federal.
Puntualmente, se lo acusa de haber participado del transporte de 561 kilos de marihuana, el 8 de julio de 2016 en jurisdicción de la localidad de Apóstoles, en la provincia de Misiones. Según se probó en el juicio a los otros implicados, Medina era uno de los ocupantes del auto Suzuki Fun rojo en el que viajaban el “Cabezón” Baigoría y Lucas Gastón Da Silva.
El vehículo iba como “punta de lanza” de una camioneta Ford Ranger que transportaba 742 ladrillos de marihuana y que en un intento por eludir un retén policial, volcó en un camino rural, quedando la carga abandonada en zona rural.
Casi nueve años después, personal de la División Búsqueda de Prófugos de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA, se comunicó este miércoles con el fiscal federal de Santa Fe Walter Rodríguez para informarle la novedad.
El representante del órgano acusador solicitó la indagatoria, la cual se llevó a cabo ante el Dr. Alurralde y con la presencia de la defensora pública, Rebeca Mazzón.
“No voy a declarar”, dijo Medina luego de que le atribuyeran el hecho delictivo. “Lo único que quiero manifestar es que yo nunca estuve prófugo”, agregó.
Aunque no se refirió al hecho por el que se lo acusa, sostuvo que durante “los diez años (que pasaron) estuve en la calle trabajando y nunca me llegó una citación a mi domicilio, porque sino me presentaba, eso nada más”.
Al momento de requerirle datos personales, el detenido se presentó como vendedor de alimentos en dos puestos de la zona sur de Santa Fe -avenida Freyre y Monseñor Zaspe y Monseñor Zaspe y San José-, y dijo que maneja una furgoneta para una verdulería.
Reconoció que tiene un antecedente por homicidio por el cual cumplió condena desde 2007 a 2015 y que vive en una casa de calle Gaboto al 1800, junto con su pareja.
En cuanto a la acusación, el fiscal Rodríguez le atribuyó haber participado en el transporte de 561 kilos de marihuana, junto con Baigoria, Da Silva y Daniel Alejandro Fedorichek, este último, conductor y dueño de la camioneta donde iba la droga.
El 8 de julio de 2016 la policía de Misiones incautó 742 panes de la droga, dispersos en el camino vecinal, al este de la localidad de Apóstoles. Su participación puntual, el “barrido” de la ruta.
A propósito de aquellos acontecimientos, el fiscal mantuvo su postura acusatoria, por lo que Medina permanecerá detenido, al menos hasta que se resuelva su situación procesal.
La causa Baigoría tiene varios capítulos en la justicia federal santafesina. En particular, dos juicios finalizados en 2021 y 2022, con condena para 13 personas.
En el primero, el Tribunal Oral Federal impuso a penas de entre 3 y 15 años de prisión a nueve acusados de formar parte de una banda narco mixta -integrada por civiles, policías y gendarmes-, que funcionó entre diciembre de 2015 y hasta los allanamientos y detenciones del 4 de abril de 2018.
Baigoría recibió la pena más alta en su rol de “organizador” del negocio ilegal; seguido de Emanuel Maximiliano González (34) -con estrechos vínculos familiares con el clan Paz-, a quien se le impuso 9 años de cárcel.
También hubo condenas para vendedores barriales de Villa del Parque y Barranquitas, un sobrino de Baigoría, un misionero que fue atrapado en 2017 en un transporte de 4 kilos de cocaína desde Salta. Y tres gendarmes como encubridores.
En el segundo juicio, realizado en 2022 en forma abreviada, fueron condenadas otras cuatro personas por dos hechos ocurridos en Salta y Misiones, cuando introdujeron al país -vía Bolivia y Paraguay- 4 kilos de cocaína y más de media tonelada de marihuana respectivamente.
Los cuatro operaron como intermediarios entre proveedores internacionales de estupefacientes y una organización narcocriminal con base en la ciudad de Santo Tomé (Santa Fe), al mando del sargento Baigoría.
La investigación fue un desprendimiento de la denominada "megacausa Baigoría", en la que se cruzaban hechos que se tramitaron en distintos juzgados federales del norte del país entre 2015 y 2018, hasta la caída de la organización criminal.
Entre los condenados están los misioneros Daniel Alejandro Fedorichek (39), Carlos Meaurio (62) -6 años de prisión-, Lucas Gastón Da Silva (38) y el salteño José Isidoro Jesús Soria (54) -3 años de prisión-. Medina debió ser parte de ese juicio, pero estaba prófugo.
En el “caso Apóstoles” la justicia federal misionera había dictado el archivo en 2017. Sin embargo, el fiscal santafesino reclamó la competencia y logró reabrirla.
Como dato inicial, aparece la declaración de un gendarme que estaba en el cruce de las rutas provinciales 10 y 4 de Misiones en un puesto de control, que contó que esa medianoche del 8 de julio de 2016 recibió un pedido de colaboración de la Policía Federal para detener a una Ford Ranger roja y un Suzuki Fun del mismo color.
Dijo que interceptaron el auto, identificaron a sus ocupantes y hallaron una cédula a nombre de Fedorichek para manejar una camioneta F- Ranger. También relató que detrás del auto venía la camioneta, pero que al ser interceptado el “puntero” dobló hacia un yerbal y se perdió en la espesura. Finalmente a unos 10 km de donde estaba el retén, fue hallado con el amanecer el cargamento de marihuana.
En aquel entonces, una jueza federal de Posadas ordenó liberar a las tres personas detenidas (Baigoría, Da Silva y Medina). “Sentí una gran impotencia, una bronca muy grande, porque teníamos las pruebas de todo lo que había pasado”, reconoció el gendarme.




