La madrugada del domingo estuvo marcada por un nuevo episodio de violencia callejera en Río Gallegos, Santa Cruz. En la esquina de 9 de Julio y Alberdi, un sector habitual de la vida nocturna, un grupo de al menos cinco jóvenes mujeres protagonizó una pelea que incluyó golpes de puño, tirones de pelo y forcejeos.
Conflicto en plena vía pública
El episodio comenzó alrededor de las siete de la mañana y quedó registrado por un vecino desde su domicilio. Las imágenes difundidas muestran con claridad la secuencia de agresiones, que en un momento incluyó patadas a una de las participantes mientras estaba en el suelo.
También se observa a otra joven siendo arrastrada del cabello y a un joven que, al intentar separar a las agresoras, recibió golpes de cabeza por parte de las involucradas.
Fueron los mismos jóvenes presentes quienes intentaron intervenirDurante el incidente no se registró la presencia policial. Fueron los mismos jóvenes presentes quienes intentaron intervenir, aunque sin éxito. La situación se desarrolló entre gritos que pedían que la pelea terminara y otros que se burlaban de las protagonistas, reflejando un clima de tensión y descontrol.
Repetición de episodios y preocupación social
No es la primera vez que esta esquina se convierte en escenario de conflictos violentos. En junio pasado, un hombre quedó inconsciente tras recibir un golpe en la mandíbula durante otra pelea multitudinaria, lo que generó repudio social y llamó la atención sobre la falta de prevención en la zona, donde confluyen numerosos jóvenes a la salida de locales bailables.
Unas cinco jóvenes mujeres protagonizó una peleaHechos similares se han registrado en otras ciudades del país. Por ejemplo, el jueves anterior en el barrio porteño de Palermo, dos jóvenes resultaron heridos de arma blanca tras un robo que derivó en una riña a la salida del boliche INK. En esa ocasión, cinco personas fueron demoradas por la policía tras el conflicto, que también había sido registrado en video.
Especialistas y autoridades destacan la necesidad de reforzar la prevención y presencia policial en puntos de concentración juvenil durante horarios de alta actividad nocturna. La recurrencia de estos episodios pone en evidencia la combinación de alcohol, conflictos personales y falta de intervención temprana como factores que facilitan la escalada de violencia.