Los dolores de cabeza persistentes suelen tratarse como problemas neurológicos o tensionales. Sin embargo, un origen menos advertido —pero más común de lo que se piensa— puede estar en la articulación temporomandibular (ATM).
Los dolores craneales persistentes podrían originarse en la articulación temporomandibular. Expertos de Cleveland Clinic y otros especialistas alertan sobre señales poco conocidas como bruxismo, tensión mandibular y hábitos de postura. Una mirada amplia para entender y aliviar estos malestares.

Los dolores de cabeza persistentes suelen tratarse como problemas neurológicos o tensionales. Sin embargo, un origen menos advertido —pero más común de lo que se piensa— puede estar en la articulación temporomandibular (ATM).
Esta estructura, que conecta la mandíbula con el cráneo y permite funciones tan cotidianas como hablar, masticar o bostezar, también puede ser fuente de malestar craneal. Según especialistas de la Cleveland Clinic, tensiones musculares derivadas del bruxismo o del hábito de apretar la mandíbula irradian dolor hacia la cabeza y el cuello
El quiropráctico Andrew Bang alerta que muchas personas descartan estos síntomas por rutina, sin asociarlos a malos hábitos como rechinar los dientes o mantener la mandíbula tensada durante momentos de stress. Pero pequeños cambios —como corregir la postura y evitar apretar los dientes— podrían ser suficientes para aliviar estos dolores
El bruxismo, caracterizado por apretar o rechinar los dientes involuntariamente, suele ser un protagonista silencioso de las cefaleas matutinas. Un artículo de Infobae Perú indica que el bruxismo no solo ocasiona dolor mandibular y rigidez, sino también cansancio al despertar, sobrecarga cervical y desgaste dental.
El tratamiento involucra férulas dentales, fisioterapia cráneo-cervical y técnicas de relajación; e incluso, en casos más complejos, se recurre a infiltraciones con toxina botulínica
Por otro lado, los trastornos de la ATM tienen un origen más estructural o mecánico. Aunque comparten síntomas con el bruxismo, como dolores faciales, dificultad al masticar o ruidos articulares (chasquidos), su naturaleza es distinta: pueden derivar de lesiones, artritis, mala mordida o tensión crónica
En algunos casos, el bruxismo prolongado incluso daña la ATM, desencadenando estos trastornos
La tensión no se restringe a lo mandibular: la postura corporal y el estrés juegan un rol fundamental. El estrés y la ansiedad generan hiperactividad muscular involuntaria, afectando el músculo masetero y temporal, lo que deriva en cefaleas, a menudo sin que se lo relacione intuitivamente con la mandíbula.
Se recomiendan ejercicios de automasaje para aliviar zonas clave —mandíbula, sienes, frente y cuello— sin recurrir a medicación
Además, una investigación del grupo Viamed en España considera que las cefaleas tensionales tienen múltiples causas: estrés, ansiedad, insomnio, postura inadecuada o apnea del sueño, incluso bruxismo. Estas suelen iniciarse en la frente y extenderse hacia las sienes, rostro y cuello
En tanto, la neuralgia migrañosa y occipital, aunque menos frecuentes, pueden confundirse con cefaleas mandibulares por su extensión hacia mandíbula o nuca, y manifestarse con punzadas o descargas eléctricas
Padecer dolores de cabeza frecuentes no siempre implica una migraña ni necesariamente requiere medicación. Reconocer la mandíbula como un origen posible abre caminos de prevención accesibles y efectivos:
Observar si se presentan molestias al despertar, rigidez o tensión facial.
Adoptar prácticas simples: automasaje, relajación mandibular, corrección postural.
Consultar profesionales: odontólogos, fisioterapeutas o especialistas en dolor orofacial que puedan evaluar si hay bruxismo o disfunción de la ATM.




