Menopausia y climaterio: del tabú a la Sociología y la legislación local
Las concejalas Laura Mondino y Silvina Cian presentaron un proyecto de ordenanza para concientizar sobre estos procesos. Dos investigadoras proponen dar respuesta intersectorial a un tema silenciado, pero que forma parte del ciclo vital.
Menopausia y climaterio: del tabú a la Sociología y la legislación local
Hasta hace no pocos años el líquido que se usaba en publicidades de toallas femeninas era de color azul, no rojo sangre. Costó llamar a las cosas por su nombre y poner en agenda momentos y procesos que atraviesan todas (o la gran mayoría) de las mujeres.
Superada esa instancia, el desafío es nombrar, reconocer y aceptar otras etapas del mismo ciclo, como la perimenopausia, la menopausia y el climaterio. Hacia allí se orienta el proyecto de ordenanza que presentaron las concejalas santafesinas Laura Mondino y Silvina Cian. El objetivo es crear un Plan Municipal de Concientización y Sensibilización en estos temas, y generar información clara y fehaciente "a los fines de realizar acciones tendientes a la visibilización y concientización de la temática". Así se establece entre otros puntos previstos en la norma, que se debate en comisiones y cuya presentación se hizo en el marco de un foro del que participaron especialistas en distintas materias.
"Abrimos las puertas del Concejo para poner este tema en discusión y aprender desde un enfoque interdisciplinario, con profesionales que vienen trabajando en la temática y que aportarán sus saberes y experiencias", manifestó Mondino.
Allí estuvo Patricia Acosta, ginecóloga y mastóloga, junto a Verónica Giordano, socióloga e investigadora de Conicet con sede en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe (UBA), y Mora Vinokur, socióloga y becaria doctoral de Conicet con sede en el mismo instituto. Ambas son autoras de "Sangrar mucho, poquito, nada" y dialogaron conEl Litoral.
"6 de cada 10 mujeres están en el mercado de trabajo en edad de climaterio con una tasa de informalidad muy alta. Si pensamos políticas públicas como una licencia para ir al médico a realizarse controles, muchas mujeres se van a quedar afuera", advierten investigadoras. Foto: Archivo
- ¿Cómo hicieron esta investigación y por qué creen que es un tema silenciado?
Giordano: - Iniciamos la investigación en 2022, fue en la salida de la pandemia y yo estaba atravesando mi propia menopausia. Esta experiencia personal me permitió confrontar con la realidad de que hay muy poca información al respecto; ahora un poco más, pero en aquel momento era casi nula y tuve la necesidad de dar respuesta a ese silencio. En el equipo de investigación que coordino en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe me encontré con personas que se interesaron por el tema. Mora (Vinokur) venía trabajando en cuestiones vinculadas a las tareas de cuidado. Luego se sumaron especialistas de México, Chile, Brasil, Uruguay, Ecuador, y firmamos un convenio para trabajar con médicas de la Universidad del Hospital Italiano.
Históricamente el cuerpo de las mujeres ha sido concebido como un cuerpo que pare y las cuestiones del ciclo vital estuvieron atendidas en la medida en que refieren a ese cuerpo reproductivo. Por el contrario, las aristas más incómodas de esa biología son silenciadas. La menopausia es propia de un cuerpo no reproductivo.
Vinokur: - Desde hace varios años venía investigando cuestiones vinculadas a cuidados y cuando Verónica me propuso este tema, como militante feminista me pareció interesante pensar en discursos intergeneracionales. Porque la menopausia me resonaba desde la historia de nuestras madres y abuelas. Al igual que la ley de aborto (IVE, diciembre 2022), estos temas nos permiten mantener diálogos intergeneracionales para analizar cómo tener una buena calidad de vida a medida que va pasando el tiempo.
Las concejalas Laura Mondino y Silvina Cian, junto a la secretaria de Mujeres. Género y Diversidad de la provincia Alicia Tate y las expositoras que participaron, el 12 de agosto, del foro “Habitar la menopausia como parte del ciclo vital”. Foto: Gentileza
- ¿Es tabú para las propias mujeres hablar de esa etapa de la vida? Porque implica enfrentarse al paso del tiempo.
Giordano: - Tenemos abierta una encuesta permanente en conjunto con Economía Feminista que busca relevar de manera aleatoria, no estructurada, preguntas como ¿alguna vez padeciste estas cuestiones? ¿Tomaste medicación? Y después hacemos preguntas para ver cuánto conocimiento hay sobre menstruación y vemos que se niegan cuestiones como los cambios en el ritmo de trabajo, por ejemplo. Y se asocia mucho la menopausia a la vejez. Hay algo del cuerpo no reproductivo y la vejez, un mandato social de la juventud desde los medios en el abordaje de la menopausia; una estimulación al consumo de cierto parámetro hegemónico de cuerpo. Y por otro lado, hay una sensación de la mujer, al estar históricamente en el rol de madre (lo sea o no), que cuando llega el momento en que naturalmente no es capaz de reproducirse o la maternidad deja de ser una decisión, no encuentra un lugar social donde ubicar ese cuerpo. Desde el punto de vista sociológico ubicamos la primera infancia, la adolescencia, la primera juventud, la vida adulta y el adulto mayor y la tercera edad. Pero la vida adulta ocupa varias décadas y no había una distinción entre una persona de 30-35 o 55-60. Entonces, ¿cómo nombrar a las personas que dentro de la vida adulta, tienen estos matices? Definimos a las mujeres en edad de climaterio, pusimos un tope entre 40 y 60 años y relevamos datos de ocupación, salud mental y condiciones de vida.
Vinokur: - La necesidad de caracterizar los sujetos se funda en que estamos convencidas de que tiene que haber una solución desde la política pública. Cuando hicimos este relevamiento, vimos que nadie le estaba hablando a ese sujeto en particular: se habla a los adultos mayores, a los adolescentes y las infancias pero el adulto queda en un vacío.
Lo primero que tenemos que hacer es caracterizarlo: trabaja o no, tiene tareas de cuidado y, en ese caso, a quién cuida. Ahí encontramos esas brechas de desigualdad que ya existían y persisten: que las mujeres se insertan menos en el ámbito laboral, que 6 de cada 10 están en el mercado de trabajo en edad de climaterio y que, al igual que las más jóvenes tienen una tasa de informalidad muy alta. Entonces, si pensamos políticas públicas como una licencia para ir al médico a realizarse controles, muchas mujeres se van a quedar afuera. Sumado a eso, de la Encuesta Nacional de uso del tiempo, surge que este sector de entre 40 y 60 años tiene una demanda de cuidado muy alta de infancias, de personas mayores y, a veces, de sus propios pares. Entonces, ¿qué tiempo le queda para atender la gestión de la menopausia? Desde las Ciencias Sociales no pensamos el tema desde la enfermedad pero si de la necesidad de hacerse estudios y procesar un cambio de la vida.
Un diálogo intersectorial e intergeneracional, como se ve en las calles en cada marcha, es el que se propone para abordar los temas comunes a la salud y calidad de vida de las mujeres. Foto: Manuel Fabatía
- ¿Qué significa que aborden la menopausia dentro del ciclo vital?
Giordano: - Trabajamos con el concepto del ciclo vital porque una de las primeras consignas con las que salimos a dar talleres fue hablar de menopausia cuando hablamos de menstruación. Desde el ámbito de la política pública, donde es tan difícil llevar adelante proyectos como el que quiere llevar el Concejo, tratamos de pensar qué normativas había en relación con el cuerpo de la mujer y su menstruación para aportar una mirada sobre el ciclo vital completo. Si tenemos leyes de violencia obstétrica, de endometriosis, de reproducción asistida, algunas normativas sobre gestión de menstruación, ¿cómo hacer para colocar en esas miradas a un cuerpo que va a completar su ciclo vital hasta la muerte transitando la menopausia?
Vinokur: - También incorporamos la agenda de cuidados que nos permite pensar en la Medicina desde otros lugares, sin separar los campos sino integrándolos. La menopausia es una puerta para hablar de la vida.
- Ese concepto es el que plantean en el libro.
Giordano: - En nuestro libro "Sangrar mucho, poquito, nada" de la Editorial de la Universidad de La Plata y la colección Puntos de Fuga abordamos estos temas desde una perspectiva histórica, con atención a las desigualdades, intersecciones y diálogos intergeneracionales. El último capítulo aborda la ESI con perspectiva de edad, a partir de una invitación de trabajadoras sociales de CABA para dar talleres de ESI a población de centros de jubilados.
El libro es fruto de un trabajo enorme y lo hicimos con mucho esfuerzo en un contexto complejo de desfinanciamiento explícito del sistema de ciencia y técnica.