Sábado 15.8.2020
/Última actualización 14:42
Al final, como en las películas, la toma de "rehenes" terminó por ahora con final feliz en el Mundo Colón. Y como en el cine (ahora sería por la plataforma Netflix o Amazon Prime), fueron cambiando los famosos "negociadores". Como en la cancha, claro está, lo "gambeteaban" a Vignatti, aunque el mismo presidente junto con Darrás fueron los que fumaron la pipa de la paz con Luis Miguel Rodríguez (por lo que averiguó El Litoral, también tenía la carta-documento preparada, algo que finalmente no ocurrió).
Todos los actores pusieron lo "suyo" y acaso el que sufrió el mayor desgaste fue el abogado del club, Juano Saliva, que en términos futbolero fue "punta de lanza" y se comió casi todas las patadas.
Sin estar en "La Gran Manzana", la historia arrancó con "Tolerancia Cero" con las primeras tres cartas-documento. A ese tridente se sumó el cordobés Bernardi, un jugador que claramente hace rato que tiene ganas de irse de Colón. ¿Por qué no se concreta?: porque el club dice que nunca llega "una oferta como la gente".
Las llamadas iban y venían desde la zona de countries donde viven los futbolistas y el estudio de la Dra. Estela Reschia, otra vez subida (por responsabilidad de Vignatti) al cuadrilátero con el ropaje de enemiga pública número "1" de Colón, como si fuera ella la que les pusiera un rifle Winchester en la cabeza a los jugadores para reclamar lo que reclamaron.
Al tridente inicial de las viralizadas y nacionalizadas demandas (Bruno Bianchi, Rafael Delgado, Federico Lértora), estaba "agazapado" lo del "Pulga" y se había sumado Bernardi. Es decir, el as de espadas, un "7" bravo, dos "3" para hacer segunda y una sota de copas. El resto, expectante.
Colón, aunque nadie lo admita, siempre "masticó" si tirar el achique con los contratos vigentes tenía que ser algo "global"o algo "individual". A pesar que perdió la votación (la mayoría en esa mesa chica quería una oferta que sea para todos por igual), Vignatti impuso su estrategia de "ir caso por caso".
No es casualidad que los primeros tres que "saltaron" fueron Bruno Bianchi, Rafa Delgado y Federico Lértora. A los tres, con distintos acuerdos, Colón les compró el pase y todos tenían ese documento en la mano. Para que tengan una idea, como si fuera algo así especie de la ya desparecida "prima" (era algo que antes cobraba el jugador cuando pasaba de un club al otro).
¿Cuál era el "Plan José"?: les cancelaba ese documento de la transferencia, pero les ofrecía enero-septiembre al 50 por cincuenta en los salarios. El "No" estaba más cantado que la salida de Setién del Barcelona.
A este temblor, reflejado por los medios nacionales, se sumaba el tema siempre especial del "Pulga". A todo esto, Vignatti desfilaba por los medios con una frase que no parecía sensibilizar demasiado a los players: "De todos los años que tengo en Colón, desde 1992 a la fecha, nunca le vino al club un solo cheque rebotado".
Tampoco tenía impacto el llamado "Efecto Estigarribia": cancelar con dólares billetes en la mano una deuda millonaria en pesos y así obtener una quita impensada de menos del 50 por ciento. Al "Chelo" de paso, en el acuerdo final, le descontaron las entradas de protocolo para sus bisabuelos guaraníes en "La Olla" el día del 911 por la final de la Copa Sudamericana (increíble pero real).
La imaginaria toma de rehenes seguía complicada. Estaba claro que los enmascarados no querían hablar con Vignatti. Entonces, aparecieron en escena otros "negociadores". No hubo, esta vez, pases de magia (la galera y la varita del mago están afiladas para Luque y Suiza).
Fue clave Horacio Darrás, en el acuerdo final con el "Pulga" Luis Miguel Rodríguez. Dicho sea de paso, la bomba mediática de El Litoral publicando y chequeando que el pase de PR7 (Tucumán) a PR10 (Colón) sólo le costó a Colón 300.000 dólares dejó a varios sorprendidos. O sea, menos que un préstamo, porque además el jugador resignó el 15 por ciento.
Para sellar los acuerdos con Federico Lértora y Rafael Delgado fueron determinantes las llamadas del abogado Juan Saliva con el empresario Cristian Bragarnik, diferencia horaria mediante, ya que el ex dueño de Brian Fernández está en España, donde directamente es dueño de un club (el viejo Elche).
Y finalmente, a la hora de los acuerdos finales, hubo "recorrida domiciliaria" del vicepresidente José Alonso y el asesor económico Antonio Ciani.
Con cuatro futbolistas se acordó "todo de palabra" (Bruno Bianchi, Federico Lértora, Rafael Delgado y Luis Miguel Rodríguez) y en el caso del zaguero Emmanuel Olivera ya firmó el nuevo acuerdo para refinanciar la deuda con Colón. Los primeros nombrados desfilarán el martes para "poner el gancho".
Los otros dos acuerdos que están "muy avanzados" son la deuda con Rodrigo Aliendro (faltan detalles) y le renovación del contrato con Tomás Chancalay. Dicho sea de paso, su representante Adrián Ruocco, el mismo de Tevez, se habría asegurado a otra "joyita" de inferiores: el chico de 16 años Leandro Quiroz.
Así, con el cambio de los "negociadores", la primera toma de rehenes llegó a un final feliz, con balas pero sin sangre. Al menos en la primera tanda.
Como ya se dijo en este medio, tanto el punta colombiano Wilson Morelo como el golero uruguayo Leonardo "Cachorro" Burián van a recibir un "reconocimiento" en sus próximos contratos. Quedaron atados a un dólar que ya no existe. O sea: con ellos dos, todo bien.
Lo de Brian Fernández, como toda su vida cinematográfica en Colón, es para un capítulo aparte. Y también dependerá de varios llamados más a Braga.
Claro que, en un fin de semana de calma luego del tormentón, aparecen otros nubarrones en Colón. El club buscará reducir, de manera muy fuerte, los contratos del delantero Lucas Viatri y del zaguero charrúa Rafael García. Está anclados al dólar de enero. Sin dudas, ésa será otra película después del feriado con un fina que nadie se anima a escribir.