La Bolsa de Cereales de Entre Ríos, a través de su Sistema de Información (SIBER), difundió su informe más reciente sobre el avance de la soja en la provincia durante el ciclo 2025/26.
Según el SIBER, la superficie destinada a la soja de primera registra una fuerte retracción interanual del 38%, mientras que la soja de segunda aumenta un 17%.

La Bolsa de Cereales de Entre Ríos, a través de su Sistema de Información (SIBER), difundió su informe más reciente sobre el avance de la soja en la provincia durante el ciclo 2025/26.
Los datos reflejan una marcada reducción del área de soja de primera, acompañada por un notable incremento en la superficie destinada a la soja de segunda, lo que confirma un cambio de estrategia entre los productores entrerrianos.
De acuerdo con el SIBER, la superficie proyectada para soja de primera se ubica en torno a las 400.000 hectáreas, lo que implica una disminución del 38% interanual (unas 246.200 hectáreas menos que en la campaña 2024/25).
Aun así, el avance de siembra alcanza el 96% del área planificada, con un ritmo similar al de campañas anteriores, aunque con la superficie más baja desde 2020/21.
El informe señala que el sector Oeste de la provincia es el que muestra el menor progreso, con un 7% del área pendiente de implantación.
En contrapartida, la soja de segunda muestra un panorama más alentador. El SIBER estima para esta campaña una superficie de 750.000 hectáreas, lo que representa un crecimiento interanual del 17% respecto al ciclo pasado.
A nivel provincial, estiman un avance de siembra del 58% de la intención de siembra, con el Sur entrerriano liderando las labores con un 73% de área implantada, mientras que el resto de las zonas oscila entre el 46 y el 54%.
En términos absolutos, la superficie ya sembrada —unas 435.000 hectáreas— supera a la de los ciclos 2021/22 y 2020/21, cuando se habían implantado 405.000 y 398.000 hectáreas, respectivamente.
Los datos difundidos por el SIBER confirman una reconfiguración del esquema agrícola entrerriano, con productores que adaptan su calendario de siembra y apuestan por la soja de segunda como alternativa para aprovechar mejor la humedad residual y equilibrar costos en un contexto de incertidumbre climática y de precios.




