En los 80, el ascenso al estrellato de Mickey Rourke parecía imparable. Aunque era un tiempo en el cual los súper machos -Arnold Schwarzenegger, Sylvester Stallone, Chuck Norris- conquistaban taquillas, supo construir un galán diferente.
Un documental muestra la trama detrás del auge y derrumbe de un actor inclasificable. Su trayectoria encarna el vértigo de Hollywood: promesa, caída y una resurrección inesperada.

En los 80, el ascenso al estrellato de Mickey Rourke parecía imparable. Aunque era un tiempo en el cual los súper machos -Arnold Schwarzenegger, Sylvester Stallone, Chuck Norris- conquistaban taquillas, supo construir un galán diferente.
Era un actor capaz de aportar diversos matices a sus personajes, torturados, complejos, también oscuros. Mucho antes de "Fifty Shades of Grey", armó un personaje interesantísimo en "Nine 1/2 Weeks".
Basta repasar la filmografía que hizo en esos años para entender lo que prometía, como acaparador de taquilla y actor de talento para tocar las fibras más íntimas del público. Casi todos son personajes marginales y quebrados.
En "Rumble Fish" compuso al ex líder de una pandilla juvenil que se ganó la reputación de rebelde e intocable. En "Year of the Dragon", un policía obsesionado con el crimen organizado que también está sumido en un traumático pasado.
En "Angel Heart" es un detective privado en caída involucrado en una trama de magia negra. Tuvo en esta película el desafío de confrontar a Robert De Niro.
En "Johnny Handsome", tal vez su trabajo más logrado de los 80, es un hombre deformado, a quien le dan la posibilidad de cambiar su rostro, pero no sus recuerdos y heridas.
En los años siguientes, fue quedando relegado del star system. Esto obedeció, en parte, a su decisión de volver a boxear (lo había hecho de muy joven) con casi 40 años de edad.
Pero, a la vez, se había construido una fama de actor difícil, en un giro parecido al de Marlon Brando 20 años antes. Por eso, se quedó afuera de proyectos que lo podrían haber consolidado como intérprete.
A esto se sumó una variable más: las continuas lesiones en su cara lo obligaron a realizarse varias cirugías plásticas, lo cual derivó también en la forzosa desvinculación de una industria cerrada y desfavorable a estas variables.
Lo cierto es que en los 90 su carrera entró en un punto muerto del cual le costaría mucho trabajo salir. Tuvo intervenciones en films aceptables como "Buffalo 66" o "The Rainmaker", pero en roles muy menores.
Recién bien entrados los años 2000 su carrera pudo reflotar a partir de su participación en "Sin City". Paradójicamente, interpreta a Marv, un tipo duro que tiene que lidiar con un rostro deforme y una turbulenta vida interior.
Su "renacimiento" cinematográfico fue en "The Wrestler". Darren Aronofsky le dio un papel casi autobiográfico: un luchador profesional que, tras haber sido una estrella, trata de dar continuidad carrera en tugurios de tercera categoría.
A partir de allí, siguió trabajando con altibajos con participaciones en "The Expendables" o "Iron Man 2", pero su trabajo como "The Ram" (que casi le proporciona un Oscar) es hasta el momento su trabajo más redondo.
En las contradicciones de la vida y obra de Rourke se basa el nuevo episodio del ciclo "Iconos del cine" exclusivo para LATAM, que se podrá ver el jueves 25 de septiembre a las 20 solo por Film&Arts.
"Mickey Rourke encarna una de las trayectorias más crudas y fascinantes de Hollywood: la del ascenso meteórico, la caída estrepitosa y el eventual reconocimiento tardío", señala la sinopsis dada a conocer por el canal.
"Rourke se convirtió en símbolo de los excesos, en chivo expiatorio de una industria que castiga la vulnerabilidad masculina cuando no encaja en sus moldes", agrega.
"A través de su figura, la película revela cómo Hollywood construye, consume y desecha ídolos, y cómo Rourke logró desafiar esas reglas desde el margen, con una mezcla de dolor, resistencia y autenticidad brutal", finaliza.




