Bruno, un perro sordo rescatado, conquistó las redes cuando su familia mostró a través de un video compartido en redes sociales cómo le indican con lenguaje de señas que es hora de salir a pasear. La comunicación por señas apareció como solución tras confirmar la sordera y detectar una infección de oído, y se convirtió en el eje de un video que conmovió a miles de usuarios.
Los adoptantes son Skye y Daniel Tibbetts, quienes encontraron a Bruno en las calles de España y lo trajeron a su hogar en Stourbridge, Inglaterra. Al principio no advirtieron su pérdida auditiva porque el animal no respondía a llamadas en inglés ni en español. Luego de la consulta veterinaria, les confirmaron la sordera y atendieron la infección de oído. La familia no determinó si la sordera fue congénita o consecuencia de las afecciones, pero estableció que la adaptación exigiría paciencia y creatividad.
Skye y Daniel ya conocían el lenguaje de señas británico (BSL) porque los padres de Daniel son sordos, y empezaron a usar esas señales con Bruno. Con refuerzos y premios alimentarios, el perro aprendió con rapidez órdenes para “caminar”, “dar la pata”, “quieto”, “tumbado”, “arriba”, “dar la vuelta”, “girar” y “hacerse el muerto”. La convivencia también transformó su carácter: pasó de ser reservado a mostrarse cariñoso y buscador de contacto visual.
El aprendizaje y la rutina diaria
La familia incorporó señales sencillas y gestos amplios para que el perro pueda distinguirlos incluso desde la distancia. Además, el refuerzo positivo aceleró la fijación de las conductas solicitadas y ayudó a crear confianza entre el animal y sus adoptantes.
La historia trascendió lo viral y se transformó en un ejemplo sobre cómo incluir a mascotas con discapacidad en la vida familiar.
Reacción en redes y mensaje sobre adopción
La publicación se viralizó con más de 11.000 reproducciones, superó los 10.000 “me gusta” y recibió cientos de comentarios que celebraron la iniciativa. Usuarios señalaron que el clip fue una “gran manera de comunicarse” y compartieron experiencias similares con perros sordos. Ese intercambio multiplicó la visibilidad del tema y generó preguntas sobre cuidados específicos para animales con pérdida auditiva.