Cinco muertos y destrucción total tras un tornado de más de 250 km/h en Brasil
El violento tornado azotó la ciudad de Río Bonito do Iguaçu durante la madrugada del sábado. Hay personas fallecidas, más de 130 heridos y daños que alcanzan al 80% de la localidad. Las autoridades continúan la búsqueda de víctimas entre los escombros mientras se mantiene el alerta meteorológico en la región.
Cinco muertos y destrucción total tras un tornado de más de 250 km/h en Brasil
Río Bonito do Iguaçu, en el estado de Paraná, vivió una de las noches más devastadoras de su historia reciente. Un tornado con ráfagas estimadas entre 180 y 250 km/h atravesó la ciudad durante la madrugada del sábado y dejó un saldo inicial de cinco personas fallecidas, más de 130 heridos y daños estructurales de enorme magnitud. Las imágenes registradas por los vecinos y difundidas en redes sociales muestran viviendas derrumbadas, autos destruidos y calles completamente bloqueadas por árboles caídos y postes de luz arrancados de raíz.
El tornado dejó cinco muertos y más de 130 heridos en Río Bonito do Iguaçu, Paraná.
De acuerdo con el Sistema de Tecnología y Monitoreo Ambiental de Paraná, el fenómeno se produjo de manera repentina y con una intensidad excepcional para la zona. “Caída de árboles e incluso de casas enteras” fue la descripción utilizada en el reporte preliminar. En algunos sectores, el viento arrasó barrios completos en cuestión de minutos.
Mientras tanto, la Defensa Civil continúa trabajando en la búsqueda de posibles víctimas que pudieran haber quedado atrapadas bajo los restos de estructuras colapsadas. El número de heridos sigue siendo actualizado a medida que avanza la asistencia en los centros de salud y hospitales de la región.
Una ciudad paralizada por la destrucción
El impacto fue tan severo que, según medios locales como CBN, cerca del 80% de la ciudad quedó afectada. Techos volados, paredes derribadas, postes de electricidad caídos y calles bloqueadas componen un paisaje que, en algunos registros captados por drones, parece casi irreal.
Fernando Schunig, coordinador de la Defensa Civil de Paraná, confirmó que se sospecha que puede haber más víctimas: “Los daños fueron cuantiosos, con muchas estructuras colapsadas. Existe una alta probabilidad de que haya más personas bajo los escombros”.
El gobierno federal brasileño anunció el envío de ayuda humanitaria, personal especializado y equipamiento para acelerar las tareas de emergencia y comenzar a evaluar las necesidades de reconstrucción. Equipos de Bomberos, salud, logística y asistencia social trabajan de manera conjunta.
Además, se habilitaron refugios temporales para quienes perdieron sus hogares y se activaron redes de solidaridad vecinal para acercar agua, mantas, alimentos y ropa.
La escena es de un silencio interrumpido solo por sirenas, retroexcavadoras y radios de comunicación entre los equipos de rescate. Quienes sobrevivieron describen un ruido “como el de un tren”, seguido de una oscuridad total y la sensación de que “el viento se llevó todo”.
Advertencia meteorológica vigente y riesgo de nuevos eventos
El fenómeno ocurrió en medio de un período de inestabilidad que afecta al sur de Brasil y parte del litoral argentino. El Instituto Nacional de Meteorología emitió advertencias de “peligro por tempestades” para Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul, donde se esperan nuevas tormentas intensas, con posibilidad de ráfagas fuertes, caída de granizo y actividad eléctrica.
La región ha experimentado en los últimos años una mayor frecuencia de eventos climáticos extremos. Especialistas del área de meteorología señalan que el calentamiento global contribuye a la energía disponible en la atmósfera, lo que puede favorecer tormentas más violentas.
En el caso de Río Bonito do Iguaçu, la vulnerabilidad de las construcciones y la falta de estructuras reforzadas agravaron las consecuencias del tornado. Barrios construidos con materiales livianos fueron arrasados casi por completo.
La principal preocupación ahora es proteger a la población ante nuevas tormentas, garantizar la atención sanitaria y asegurar el abastecimiento de energía eléctrica y agua potable, rubros que se vieron comprometidos tras el colapso de la infraestructura urbana.