El Ministerio de Defensa de Rusia aseguró este sábado que sus fuerzas armadas han tomado el control de tres pueblos más en el este de Ucrania, en medio de intensos combates.
Rusia declaró la captura de Derilove, Maiske y Stepove en el este de Ucrania. Paralelamente, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, advirtió a funcionarios rusos que necesitarán "refugios antibombas" si la guerra continúa, citando nuevas armas de EE. UU. y drones de largo alcance.

El Ministerio de Defensa de Rusia aseguró este sábado que sus fuerzas armadas han tomado el control de tres pueblos más en el este de Ucrania, en medio de intensos combates.
Según el comunicado militar, los asentamientos capturados son Derilove y Maiske en la región de Donetsk, y Stepove en la región de Dnipropetrovsk.
Las fuerzas rusas continúan ganando terreno de manera lenta pero constante en el frente oriental. Los combates se concentran en zonas en gran parte arrasadas, donde quedan pocos habitantes y la mayoría de las estructuras han sido destruidas por la guerra de desgaste.
Mientras tanto, Ucrania reportó ataques rusos que causaron una muerte y 12 heridos en la región de Jersón y daños a las vías ferroviarias en la región vecina de Odesa. Por su parte, Rusia informó que una estación de bombeo de petróleo en la república de Chuvasia, en el centro del territorio europeo ruso, suspendió operaciones tras un supuesto ataque con drones ucranianos.
En una escalada verbal, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, lanzó una advertencia directa a los altos funcionarios rusos, sugiriendo que podrían convertirse en objetivos militares si no ponen fin a la guerra.
"Si tenemos tales armas de largo alcance de los Estados Unidos, las usaremos", declaró Zelenski en una entrevista en Nueva York. "Tienen que saber dónde están los refugios antibombas, los necesitarán. Si no detienen la guerra, los necesitarán de todos modos".
Aunque Zelenski no reveló el nombre del arma estadounidense, sí confirmó que su país ya dispone de drones de combate con capacidad para recorrer hasta 3.000 kilómetros, poniendo a tiro el Kremlin (a unos 450 km de la frontera).
La amenaza se produce después de que aliados occidentales como Alemania, Reino Unido, Francia y Estados Unidos levantaran las restricciones de alcance sobre las armas que suministran a Kiev, lo que permite a Ucrania atacar posiciones militares en Rusia para su defensa.
No obstante, el mandatario ucraniano insistió en que su objetivo son solo objetivos militares y no civiles: "No somos terroristas", explicó. Esto contrasta con la reciente intensificación de los ataques ucranianos contra la infraestructura energética rusa, que Zelenski ha calificado como "la sanción más efectiva".
El apoyo occidental a la capacidad de Ucrania de atacar en el interior de Rusia sigue siendo cauteloso, con Washington y capitales europeas temiendo una escalada mayor. Los temores se justifican en que drones y aviones rusos ya han violado repetidas veces el espacio aéreo de países miembros de la OTAN.
Finalmente, Zelenski abordó el tema de la suspensión indefinida de las elecciones en Ucrania en tiempos de guerra, asegurando que no buscaría permanecer en el poder una vez que se alcance la paz. "Mi objetivo es terminar la guerra", afirmó.
A principios de este año, la decisión sobre las elecciones fue objeto de crítica, con Donald Trump acusando a Zelenski de actuar como un dictador que usa la guerra como pretexto para aferrarse al poder.




