Después de cenar, cosimos varias veces algunas servilletas con mi madre. Por las tardes corríamos por el campo con mi padre. Había que practicar costura y ponerse a tono con las exigencias de las pruebas físicas. Algunas de las condiciones necesarias para ser Cadete del Liceo Militar “Grl. Belgrano”, un status que muchos soñamos -sin exagerar- de pequeños.
Casi 10 años después de egresar la nostalgia de aquellos días, que hasta ahora solía tener lugar solamente en los relatos de egresados mayores, empieza a ganar lugar en el pecho propio. Miles de ejemplos, como los mencionados al principio de estas líneas hoy parecen esfuerzos minúsculos porque son resueltos con facilidad o ya ni siquiera forman parte de nuestro día a día. Sucede que, a esta altura de la vida, son cuestiones superadas.
Integrantes de diversas promociones, de la 1 a la 64, del LMGB durante un encuentro de camaradería.
En el camino de superación de quienes recorrimos las aulas, compañías o escuadrones del barrio “Las Flores”; de Recreo o del centro santafesino, el Liceo Militar tuvo mucho que ver. Desde el desarraigo a la familia y, muchas veces, al material suntuoso, hasta escuchar desde pequeño que “para mandar, hay que saber obedecer” fueron contribuciones de disciplina y organización que hoy siguen haciendo eco en nuestros quehaceres diarios.
Como leyeron en el párrafo precedente, a veces la didáctica podía ser tan sencilla y directa, como brutal y exacerbada. Son observaciones que uno hace en la distancia del tiempo, ya que en esa época -en esa edad de inmadurez- era la fórmula perfecta para entrar en la joven mente revolucionada que estaba debajo de la boina, el birrete o casquete de todos los días.
El Liceo Militar “Grl. Belgrano” nos regaló a miles de argentinos de la provincia de Santa Fe y de varias del resto del país una marca a fuego en nuestro actuar: “constancia, espíritu y firmeza; con la Justicia por delante”. Legado atribuído a las enseñanzas del General Manuel Belgrano.
Entonces, ¿Qué regalarle al Liceo Militar “Grl. Belgrano en su cumpleaños? es una pregunta tan personal como difícil de responder. Algunos elegimos (o podemos) difundir su impacto en nuestras vidas (o lo que logramos expresar), otros ayudan a que las nuevas generaciones también puedan transitar el mismo camino y muchos acompañan con un silencio de añoranza el recuerdo de lo vivido. El Liceo buscó en sus ex cadetes siempre la misma cosa: buenos ciudadanos. Seguramente allí está el mejor regalo.
(*) Subteniente C de Reserva del LMGB - Prom. LXIV.