El lugar de Santa Fe

Se dice que fue hecha -en 1910- con el bronce de los cartuchos del arsenal de guerra de la Nación, la araña de más de tres metros de diámetro del Salón Azul del Congreso, que cuelga de 65 metros de altura. Su ornamentación cuenta los grandes hitos del país, muestra bustos de sus héroes y de algunos de sus hombres de Estado más influyentes. Y, con sus nombres en medio de los destellos de las tulipas, a quince figuras femeninas que representan a la República y las provincias que la antecedieron. Allí Santa Fe está donde debe: en un lugar central.

A esa altura estuvieron las decisiones de las Cámaras legislativas de Santa Fe al encontrar mecanismos para sesionar pese a la cuarentena, antes que el Poder Legislativo de la Nación.

Esta semana, además, hubo dos reuniones relevantes que forman parte del clima que puede construirse en la Legislatura. Primero las autoridades de la UCR fueron recibidas por el titular del Poder Ejecutivo, el martes, y el miércoles fue el turno para seis de los doce senadores que componen el bloque mayoritario del justicialismo.

El radicalismo dijo que fue positiva la reunión y se aseguró de dejar un extenso pliego de pedidos, que bien podría ser una útil hoja de ruta para un gobierno para parece no tenerla más allá de la gestión de la pandemia. Las declaraciones de los integrantes de la mesa de acción política de ese partido, así como de su presidente Carlos Fascendini, describieron lo “amistoso” del tono de las conversaciones.

En cambio, solo hay trascendidos -y ninguna foto- de la charla del miércoles entre el gobernador y los seis legisladores justicialistas que procuran llevar adelante “un oficialismo responsable” y tienen como referencia interna el Nuevo Espacio Santafesino, que impulsó la figura de la vicegobernadora Alejandra Rodenas y encabeza el jefe del PJ en la Cámara Alta, Armando Traferri.

El grupo de WhatsApp de los 6, le puso a la reunión -como nota promedio- un 5,50 (del uno al diez). Si fuera cierto habría que darle un ocho o un nueve, refunfuñó uno de ellos, que escuchó lo que quería pero le falta lo principal: confiar.

Otro, amigo de los apotegmas, definió una tercera posición: ni agoreros, ni optimistas, seamos cautos, dijo.

En la reunión del martes quedó un documento con medidas para hacer más vivible la cuarentena (antes de que la propia sociedad decida desobedecerla por completo) y en la del miércoles un punteo de nombres de dirigentes y realidades en cada departamento que muestra que el peronismo tiene una vida interna compleja, diferente del esquema de la unidad en la diversidad que le permitió ganar la elección.

Si el gobernador supo escuchar, debe haberle quedado claro que en materia de seguridad no hay más margen.

Entre la Casa Gris y los radicales los roles están claros y se sabe que las propuestas de la oposición, si el gobierno no acierta a llevarlas a cabo o a producir otras acciones sobre esos temas, serán la agenda de una parte de la oposición. La pregunta es si al Ejecutivo le interesa conversar con el Frente Progresista en su conjunto y con el socialismo en particular, liderado por el titular de la Cámara de Diputados, el ex gobernador Miguel Lifschitz, clave para el 50% de las decisiones de la Legislatura.

En cambio, cuando se reúnen el gobernador y los seis, se discuten incluso sus roles, además de una cuota del poder.

El ex intendente de Rafaela tuvo la fortuna de enfrentar a propios y extraños antes de una noticia fuerte. Serán “made in Corrientes” los respiradores que proyectaron, diseñaron y propusieron investigadores de Rosario que no encontraron aquí lo que sí hubo allá: decisión política.

El gobernador Gustavo Valdez tomó el riesgo de comenzar aun sin la autorización de la Anmat.

El lugar en el bronce de Santa Fe -que tantas veces habrá visto como senador nacional el gobernador Perotti- impone un peso mayor a las dos toneladas de la bella araña del Salón Azul del Congreso.