El proyecto del oficialismo nacional cuestiona hasta la infraestructura educativa, con recortes presupuestarios que afectan gravemente las condiciones de enseñanza en 2025 y 2026.
El proyecto de ley de La Libertad Avanza (LLA) sobre "libertad educativa" para los niveles inicial, primario y secundario propone "el derecho de toda persona a enseñar y aprender conforme a sus propias convicciones, métodos y proyectos pedagógicos con sujeción al orden jurídico".
Y permite el homeschooling, es decir el aprendizaje en el hogar de la familia, ya sea por parte de los padres o terceros.
Es decir que el Estado solo controlará ese aprendizaje sin importar la calidad de los que educan, desmereciendo el valor pedagógico de los docentes y profesores actuales, se lava las manos para mejorar los programas de formación docente y renuncia a "garantizar el derecho de enseñar y aprender según las bases del sistema educativo argentino" (artículo 14 de la Constitución Nacional)
La premeditada intención del proyecto es clara, anular la existente Ley Nº 26206 que le exige calidad y financiamiento educativo. No le importa la educación como derecho humano esencial (artículo 75, inciso 22.11) y como lo exigen tratados internacionales con jerarquía constitucional:
la Declaración Universal de Derechos Humanos (artículos 26.1 y 26.2), la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (artículo XII) y la Convención de los Derechos del Niño (artículo 28).
El abandono también se plasma en las pobres condiciones edilicias y equipamiento de las escuelas que en 2025 se redujo un 68% y en el presupuesto 2026 representa una décima parte de los recursos que tenían hasta hace poco.
Y como fin de la fiesta libertaria también pretende un recorte del 57% de lo imprescindible (7,32 billones de pesos según el Consejo Interuniversitario Nacional) para garantizar el funcionamiento del sistema universitario.
Esto exige LLA que voten en el Congreso de la Nación sus legisladores y aquellos otros que por alguna circunstancia se vistan de "violeta" para la ocasión. ¿Lo aprobarán? ¿Y si lo hacen... festejarán con un ¡Viva la Patria!?