El duro cruce entre Michlig y Mayoraz del plenario anterior, que repercutió incluso en medios nacionales a raíz de un exabrupto posterior del presidente de la Convención recogido por un micrófono extemporáneamente abierto, mereció alusiones indirectas la sesión del miércoles. Antes de ello, como quedó asentado, hubo un formal pedido de disculpas, debidamente aceptado. Y no parece haber dejado heridas visibles. Tanto que el propio convencional libertario fue muy elocuente al valorar una intervención aclaratoria del sancristobalense sobre el tema que se estaba discutiendo, en un elogio que éste agradeció con un gesto.


































