En los pasillos enmarañados de Alto Verde, donde el río y el monte se trenzan en complicidades, cayó este sábado un hombre con demasiados fantasmas a cuestas. Lo atraparon en la manzana 6, mientras intentaba convencer a los uniformados de que su nombre era otro. Una treta burda, impropia de quien carga en la espalda un historial de violencia.
Se trata de Julio Alberto Galicio, de 27 años, un apellido que ya era familiar para los expedientes judiciales de Paraná.
A sangre y fuego
En diciembre de 2023, junto a dos cómplices, entró a sangre y fuego al Establecimiento “La Patricia”, en un camino rural a 1500 metros de la ruta 35, en zona de influencia de Seguí, provincia de Entre Ríos.
Momento de la detención en Alto Verde. Foto: GentilezaAquella tarde, el trío redujo a un matrimonio con un revolver, los ató, los amordazó y los amenazó con mutilaciones.
Botín digno de película
El botín fue digno de una película: 42.000 dólares, más de un millón de pesos, armas largas, celulares, una notebook y hasta una Play Station. El saldo humano, en cambio, fue peor: golpes, terror y la dignidad de dos personas humilladas.
La fuga de Galicio parecía eterna, hasta que en la tarde santafesina del 20 de septiembre, agentes de la comisaría 24 le pidieron papeles.
Identidad apócrifa
Él balbuceó una identidad apócrifa, creyendo burlar la rutina burocrática. Pero en la máquina de huellas, los fantasmas hablan más fuerte: el verdadero nombre surgió con un pedido de captura vigente emitido por el Juzgado de Garantías N° 7 de Entre Ríos.
El trámite fue implacable: traslado a la seccional, comunicación con la Oficina de Gestión Judicial, y la orden directa del juez Mariano Budasoff: detenerlo y ponerlo a disposición de Paraná. El engaño había durado apenas unas horas.
Ahora, detrás de los barrotes, Galicio ya no tiene a quién apuntar con un arma ni a quién atar con sogas improvisadas.
Lo espera un juicio donde el botín robado será apenas una nota al pie: lo central será la violencia desplegada, la marca imborrable que dejó en quienes fueron sus rehenes.